Capitulo 22

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Habían pasado varios días desde que Jill le dijo a todos sus conocidos, y al Doctor, que ambos eran pareja, esto de alguna manera la hizo acercarse más a Sherry y evidentemente a León, pero a pesar de todo lo contrario que uno podría pensar cuando miente, Jill sentía que eso la revivió.

—Si, tienes razón...—Dijo la mujer, mientras le indicaba al hombre que se acercara.

El hombre acato las palabras de la mujer, a medida que ella entrelazaba sus dedos.
—Antes de contarte todo, quiero que entiendas que lo hice, porque...

Justo en ese momento Jill se congelo, no sabía que decir, no se le venía nada a la mente, de solo pensar en lo que había pasado y las mentiras que había dicho la hizo sentir algo culpable y caprichosa.

León por un momento, pudo sentir los sentimientos desbordados de Jill—Vamos, cuéntamelo...te prometo que entenderé porque lo hiciste.

La mujer sonrió ligeramente al saber lo comprensible del agente, y es que León a pesar de ser algo sarcástico, siempre le decía lo que ella quería escuchar, de alguna manera u otra.

Y con tan solo una palabra de la mujer, León puso atención y escucho cada oración, cada palabra que salía de los labios de Jill, al poco rato, la castaña le había dicho lo sucedido todo al pie de la letra.

Y con tan solo una palabra de la mujer, León puso atención y escucho cada oración, cada palabra que salía de los labios de Jill, al poco rato, la castaña le había dicho lo sucedido todo al pie de la letra

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—Ahora entiendes por que fingí ser tu novia—Enseguida dejo caer su cabeza en la mesa, totalmente resignada.

León se limito a mirarla, y a estirar su boca, esperando digerir todo acontecido lo más rápido posible.
—Oye—Dijo el tomando la mano de Jill.

La mujer levantó su mirada al sentir su mano con la del hombre.

—Tu eres la menos culpable de todo lo que pasó en Nueva York, Es cierto terminé herido por salvarte... pero fue una decisión mía, y créeme que lo volvería a hacer—Indico sin soltarla de la mano.

—Y lamento lo de Niko, no sabía que...—Incapaz de terminar la oración, decidió desistir.

—El está en un mejor lugar León, de eso puedes estar seguro...—Contesto Jill despegando su mano.

La castaña espero un momento y se puso de pie, dándole la espalda a León, el agente se extraño con eso pero no dijo nada.
—Leon...—Dijoen susurro y con una voz tenue por elegible.

El rubio pareció haberla escuchado, y puso su atención en ella una vez más.
—¿Que pasa Jill?

—¿Conoces a Chris?—Pregunto la mujer con la mirada baja.

—Si, pero que tiene que ver el en esto—Respondió confundido.

Jill tenía un combate mental, en si hacer el trato con León, sobre seguir fingiendo ser pareja hasta la llegada de Chris a la ciudad, pero venía a su mente, y se negaba o ponía una condición fuera del lugar.
"Pero como se lo digo"... Mordió su labio y comenzó a tocarse el cabello nerviosa.

—¿Pasa algo Jill?—La curiosidad de por el cambio emocional tan repentino de la mujer se hizo notar.

Dió media vuelta, Y miro fijamente a los ojos del agente.
—Leon, quiero que sigamos ¡siendo novios!—Comento de manera tajante y segura la mujer.

El deseo de Jill dejó perplejo a León, ya que pensaba que cuando la mujer le dijera la verdad, está mentira se convertirá en una anécdota más y que volvería a la normalidad

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El deseo de Jill dejó perplejo a León, ya que pensaba que cuando la mujer le dijera la verdad, está mentira se convertirá en una anécdota más y que volvería a la normalidad.

Con una ligera sonrisa el agente Respondió.
—Jill me halagas, eres una mujer linda y atractiva pero...

—No entendiste, lo que quise decir León...—Comento al interrumpir al agente.

—Quiero que finjas ser mi novio un poco más.

León se recargo levemente hacia atrás, al haber captado el mensaje, y a su vez se confundió.
—¿Porque haría eso?

Ella dió un gran suspiro, ya que le avergonzaba decir que tenía cierto sentimientos hacia Chris, con todo y que el pareció haber despreciado su compañía.
—La razón es que...

—Chris se va a casar con... otra mujer...—Su voz empezó a sonar triste y quebradiza—El vendrá en unos días, y necesito que sepa que mi mundo no era él...

—El me dio la espalda León...yo lo busque durante años, le ayude en los momentos difíciles y... Le di mi inocencia hace mucho tiempo...—Exlcamaba de forma grave y sumisa, mientras ponía su mano derecha en su boca, y las lágrimas salían sin parar de sus ojos.

Fue ahí que Jill comenzó a llorar, su cara de tristeza había inundado su bello rostro, la voz quebradiza y débil se había apoderado de ella por completo y su aura de mujer de hierro, se había ido.

—El no merece verme triste... Y no le daré ese lujo, ¡¡incluso si todo esto es falso!!—Continuo, alzando su voz y con cierta irá en su comentario.

—Jill...—Musito suavemente el agente.

León llevaba poco tiempo de haber conocido a Jill, incluso su encuentro fue algo abrupto, sin embargo, con lo poco que conocía de ella, se daba cuenta que en realidad Jill no había hecho nada para merecer esto, ya que desafortunadamente había sido dependiendo a los acontecimientos del alguien más.
"Hacer cosas buenas, no te garantiza que te sucederán cosas buenas... La vida en ocasiones es injusta Jill" se dijo.

León se acercó para darle un abrazo a la castaña, con todo y que estaba en silla de ruedas.
Jill lloro y lloro en el hombro de León, se estaba desahogando de alguna manera, y apesar de que no tenía mucho tiempo conociendo al rubio, este último parece escuchar y entender el dolor que ella siente, no la juzgó y la recibió como si llevara años conociéndola.

—Vamos... Si eso es lo que quieres, pues acepto...—Comento susurrando al oído de ella, esto provocó un escalofrío que recorrió cada parte de su cuerpo.

La mujer enseguida se aferró fuertemente al hombro de León, el sintió eso, sin embargo, no dijo nada al respecto.
—¿Estas seguro?...—Increpo Jill apretando sus ojos a medida que se mantenía unida al torso del hombre.

—Por supuesto, no tengo problema alguno... Chris es una buena persona, pero si te hizo esto a ti, entonces ya no lo considero como tal...

Jill abrió abrió sus ojos de inmediato a escuchar esas palabras, acto seguido, se separado lentamente del abrazo, para mirarlo detenidamente y el en respuesta, hizo lo mismo con ella.

Ella sonrió ligeramente mientras sus lágrimas salían en menor medida,—Gracias León...

El hombre bajó y subió su cabeza lentamente asintiendo y sobando el hombro de Jill, intentando tranquilizarla y hacerla sentir mejor.

—Solo promete una cosa Jill.

La mujer estucho y asintió esperando el comentario de León.
—Promete que jamás volverás a llorar por un hombre... Las mujeres como tú, deberían reír a carcajadas en lugar de llorar.

La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora