Capitulo 25

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Jill pensaba en lo que había sucedido hace apenas unos minutos, la simple idea de besar a León, la hacia ruborizarse.
“En que estoy pensando, Eso sería aprovecharme de León..."pensó la mujer a medida que mordía su labio inferior.

Su caldo se coció, y le llamo a León para que viniese a cenar, La mujer no había salido de la cocina desde ese momento.
—Que tal...—Dijo León algo incomodo, y entrando a la cocina.

—¡La cena ya está lista!—Respondio Jill quitándose el mandil de su cintura.

—Huele bien...quiero decir, hace rato olía a quemado y ahora se ve perfecto, ¿Qué... Tanto hiciste?

—Gracias, solo tuvo que hacer mi pequeño secreto para que se vea así—Respondio la mujer.

Cada uno se sirvió un plato, y se dispusieron a cenar, León dio el primer sorbo al caldo, y sus ojos brillaron al instante.
—Wow, sabe muy bien Jill.

La castaña sonrió levemente, he imitó al rubio probando su plato.

Mientras cenaban, y hablaban de cualquier cosa, ninguno menciono el momento en que casi terminan besándose, Para León era mejor así, en cambio se sentía mal, ya que pensaba que se aprovechaba de León estando en esa situación.

—Leon... Sobre lo que sucedió hace un rato...—Comento temerosa,—Te quería decir que...

El hombre noto la voz tímida de la mujer, he interrumpió:
—A eso, supuse que dirías algo así.

Jill abrió sus ojos por completo,—Entonces... estás de acuerdo con que... Ya sabes...tu y yo—No alcanzo a terminar su oración, ya que desvió su mirada en la última palabra, evitando hacer contacto visual.

León bajaba y subía su cabeza, en señal de concentir la petición de la mujer—No tenías que decírmelo mujer, claro que acepto—Finalzo el rubio con cierta seguridad en su voz.

Jill sonrió de oreja a oreja, acto seguido se lanzó a abrazar al agente.
—¡Hay León!, créeme que estos días han sido difíciles para mí, pero contigo... El vacío en mi vida y mi corazón, parecen llenarse al fin —Indico mientras continuaba el abrazó, se alejo Instantes después, y tomando las manos de rubio finalizo—Se que esto es demasiado rápido, pero... Tu me haces sentir especial... Cómo ningún hombre lo había hecho...

Jill estaba totalmente sonrojada y ruborizada, ya que su vida, al menos por el momento volvía a tener sentido cuando ella creía que todo estaba perdido, y se sentía desangelada, y lo más curioso es que unas circunstancias algo extrañas la unieron con León.

El agente miraba confundido las palabras de Jill, No entendió que quiso decir su compañera,—Me gusta que tú vida sea mejor Jill y que en general disfrutes de mi compañía, pero... ¿que tiene ver esto, con tocar el piano?

De inmediato el rostro de Jill cambio al Instante, su mirada dulce y feliz, se transformó a una triste, de decepción y por supuesto de enojo.
—¡¡Tocar el piano!!—Comento Jill alzando la voz.

León retrocedió un poco al notar el enojo de su compañera—Pues si... ¿Acaso no quieres que te enseñe a tocar el piano?

Jill no podía creer lo que León estaba diciendo, sabía que era un hombre algo torpe y distraído en las relaciones amorosas, eso debido a que Claire se lo había dicho, pero esto es ya ser un despistado en todo el sentido de la palabra.

La mujer inclino lentamente su cabeza resignada y molesta,“Para que me molestó en decir estás cosas"pensó apretando la mandíbula a todo dar.

—Jill... ¿Que pasa?—Vio desconcertado la reacción tan negativa de la mujer a sus palabras.

La castaña se puso de pie instantáneamente, y le respondió con cierto enojó:
—¿Quieres saber que es lo que pasa?, De igual manera a ti no te importan mis sentimientos!... Ni antes ni ahora.

La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora