Es el libro 1, DE LA SAGA LEON Y JILL
El agente de la D.S.O Leon S. kennedy sufre un terrible accidente que lo deja invalido por un tiempo, ocasionado por tratar de salvar a Jill, la cual se encontraba en peligro, Ante esta situación, la mujer para...
Era domingo de lluvia y fuertes vientos, un fuerte huracán había sido pronosticado días antes, y llegaría a en cuestión de días.
León y Jill permanecian juntos en la cama, uno pegado al lado del otro, el hombre la abrazaba, y la mujer disfrutaba de los delicados roces que hacían sus cuerpos, no había nada mejor para Jill, que estar a lado del hombre que amaba.
Ya habían pasado algunos meses desde que fingió ser la novia de León, y en todo ese tiempo, su vida termino viniendo a la alza, había días tristes y de enojo, pero la mayoría eran días felices donde el agente siempre se tomaba el tiempo de hacerla sentir única, especial e importante para él.
Todo ese tipo de cosas, hacían que Jill se enamorara perdidamente de León, para su persona, ya había encontrado al hombre adecuado, con quién compartir su vida, y la vida de la próximo personita que vendría al mundo en unos meses. Sin decir nada más, Jill vivía los mejores años de su vida, al menos como soltera.
-Estas despierta linda...-Susurro León al oído de Jill.
Esa acción hizo que ella sintiera un ligero escalofrío, pero no de miedo, si no placer.
La castaña giro un poco su cabeza, sin mover su cuerpo que estaba dando la espalda al rubio, el mantenía su brazo rodeando la cintura de ella.
-... Si, estoy despierta...
El rubio sonrió, y estirándose un poco, propinó un lento beso en la mejilla de Jill.
La mujer sonrió, y una ligera sensación de cosquillas corrió por todo su ser.
-Hey... Que haces galán, quieres hacer que me ponga loca como ayer...
-Yo, no hago nada-Respondio el agente, mirando dulcemente los ojos azules de Jill.
Ella le respondió con su tierna sonrisa de siempre-Si Claro...
Enseguida, León alzo su mano, y con cierta delicadeza, acomodo algunos cabellos sueltos que molestaban el rostro de su novia.
-¡Wow!, -Exclamo el agente fascinado.
-Y eso porque?...
Apoyando su codo en la cama, dijo-Es que eres la mujer más hermosa con la que jamás he estado jamás,... Soy un tipo con suerte...
Rápidamente, ella se ruborizó y dando se vuelta, comenzaron a besarse.
Al cabo de un rato, de caricias y besos, Jill bajo a la cocina a preparar el desayuno, en cambio León le daría de comer a caramelo, que en desesperación, rascaba la puerta de la habitación.
Al bajar a la cocina, y pasar por el estante de cubiertos, Jill pudo notar en un espejo que tenía el mueble, como su vientre comenzaba a hincharse, y percatarse que su tan envidiada cintura comenzaba a desaparecer.
Chasqueo, acto seguido se apoyo con el marco de una puerta, y dando una ligera vuelta de perfil, para ver mejor como perdía su deseada figura.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.