Capitulo 45

1K 61 4
                                    

Al paso de una semana, la vida de la pareja había cambiado mucho, sabían que dentro unos meses tendrían la mayor responsabilidad de sus vidas, y pese a qué León había tratado con infantes anteriormente, Jill jamás lo hizo, y esa cuestión la aterraba.

Los dos se encontraban en un parque, cerca de su casa, eran las 11 de la mañana, y como la castaña quería algo de aire fresco y no estar viendo todo el tiempo las mismas paredes, le pidió a León que la acompañase y así poder pasar algo de tiempo juntos, ya que el agente había vuelto al trabajo.

Apesar de que la temperatura era algo baja, era lo suficientemente agradable para disfrutarlo y poder salir.
Sentados y recargados en la banca, Jill leía un libro, mientras León jugaba con caramelo en el extremo de la banca.

Acariciaba la cabeza del perro, mientras esté en respuesta movía la cola en señal de alegría, La mujer miraba de reojo la escena, y soltaba una que otra sutil sonrisa.

Acariciaba la cabeza del perro, mientras esté en respuesta movía la cola en señal de alegría, La mujer miraba de reojo la escena, y soltaba una que otra sutil sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Si continuas consintiendo a caramelo, se terminará enamorando de ti León.

El agente se giro para verla mejor, con una media sonrisa, dijo—No creí que fueras celosa...

—No soy celosa...

—Aja si...—El sarcasmo del hombre inundaba sus palabras.

La mujer cerró su libro rápidamente, haciendo un puchero con su boca—Tu eres más celoso que yo...

—Que!!—Carcajeo el agente por el comentario—Eso no es cierto Jill,... ya se te olvidó que ayer discutiste con una mujer solo porque me preguntó que hora era.

—Si!! ...Pero fue porque ella se te insinuó!!—Levanto su barbilla, muy segura de comentario.

—Que!!, linda, solo se quedó conversando conmigo por unos minutos.

—¡No seas tan inocente León!, crees que un hombre como tú pasa por alto por las mujeres,—El subio sus cejas en respuesta

—¡Eres la clase de hombre que todas las mujeres soñamos tener como pareja!... ¡Y esa mujer de ayer se te insinuó! Aunque tú lo niegues...

—Aqui vamos otra vez...—Murmuro León, rascando su cabeza, sabiendo lo alterada que se estaba poniendo ella.

Al cabo de un rato, León logro calmar a Jill que comenzaba con algunos cambios de humor, más de lo normal.

León la llevo en su nuevo BMW a un restaurante, aunque no para que ella y él comieran juntos, ya que la castaña tendría un día de chicas con Claire, Sherry y Rebecca.

Las 4 mujeres se verían a las 2 de la tarde, y permanecerán allí hasta que después de las 5.

—Bien linda este es el restaurante que me dijiste—Indico el rubio estacionando su BMW enfrente del establecimiento.

La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora