Es el libro 1, DE LA SAGA LEON Y JILL
El agente de la D.S.O Leon S. kennedy sufre un terrible accidente que lo deja invalido por un tiempo, ocasionado por tratar de salvar a Jill, la cual se encontraba en peligro, Ante esta situación, la mujer para...
La agente especial de la B.S.S.A, Jill Valentine se encontraba en Alaska en busca de información sobre el paradero de su antiguo compañero, Chris, el cuál estaba desaparecido desde hace poco más de 8 meses, según fuentes cercanas a la B.S.S.A, Chris fue visto hace 3 meses en la isla kodiak, los lugareños dijeron que el sujeto estaba en busca de un laboratorio perteneciente a una nueva pero, desconocida organización llama RED UMBRELLA, la cuál había organizado varios ataques a punto aleatorios en todo el globo, sin embargo, no se pudo constatar que está organización halla sido, y que siquiera exista, pues lo poco que se sabe de Red UMBRELLA es mínimo para ser considerado verídico.
...
La agente llegó a parar a un pequeño pueblo cerca de la costa, ahí donde se dice que Chris fue visto por última vez, Jill empezó a preguntar a las personas que habían en el pueblo, Este último era rústico, había casas de madera, algunas tiendas de conveniencia, pero lo que realmente hacia sobrevivir a las personas del pueblo, era la pesca.
Había decoraciones de pescados, de anzuelos y osos, los cuales habitaban por todo el lugar, a pesar de que todo era llamativo, no era lo que a fin de cuentas, la agente vino a buscar.
Las horas pasaron y le fue imposible averiguar algo trascendental sobre Chris, frustrada por la situación, Jill decide tomar un trago en el bar local.
Al entrar, vislumbró que había muchas personas la gran mayoría hombres, esto debido a que al final del día los obreros al acabar su labor de pesca, se iban al bar para tomarse un trago y embriagarse hasta el otro día.
Jill se acercó a pedir algo de beber, pero al pasar de largo, pudo notar las miradas perversas de los hombres, La agente llevaba un pantalón de mezclilla algo entallado, que hacía lucir muy bien sus curvas, unas botas de montaña y por supuesto una gran abrigo, esto por los fuertes fríos de Alaska.
—Ignóralos, no han visto a una mujer tan atractiva como tú en años—Dijo el dueño del bar.
—Me gustaría un trago de lo más fuerte que tenga—Ordeno ella sentándose y sacando su teléfono.
—He...quieres olvidar un mal momento...tengo lo que buscas.
El dueño hizo caso a la petición de la agente, y le ofreció la bebida, Jill por su parte, se quedo mirando el baso lleno de cerveza durante unos momentos. "Donde estás Chris" Pensó, a medida que con su mano derecha sobaba su cabeza.
Y cuando estaba a punto de darle un sorbo a su bebida, un sujeto se acerca a ella. —Mm...Si todos los hombres tuvieran ese trasero encima no habría guerras.
—Lárgate—Dijo Jill con una voz profunda y dura.
El sujeto al escuchar eso, se incito más a seguir molestando. —Va... Te haces la difícil linda...
—Ya te dije que te fueras de mi vista...—Replico, apretando su mano con firmeza.
El hombre coloco su mano en el apoyo donde suelen beber las personas, tratando de lucir su brazo velludo y fornido. —Vamos... Linda, ¿Cuánto cobras?...veo que estás enojada, quizás algo no te gusto o... Algo no te lleno por completo—Musito el sujeto, mirándola maliciosamente.
Esto hizo que Jill abriera sus ojos por completo, y reaccionara de manera hostil. Se levantó del asiento y encaro al hombre, este le sacaba como 15 CM, pero eso nocla intimido en lo absoluto.
Los demás en el bar miraban el encuentro, como espectadores que están a nada de ver una gran espectáculo. —¿Qué harás preciosa?—Bajo un poco su cabeza para tratar de estar a la altura de ella.
—Retira lo dicho... !Viejo asqueroso!—Respondió Jill de manera amenazante.
—O ¿que?...
—O te... Voy a dar una paliza aquí mismo.
Al escuchar esas palabras, el sujeto comenzó a reír, instantes después, las personas del bar le siguieron su ejemplo, y los pocos segundos todo el bar reía sin parar.
Esto, sumado con lo de Chris, hacia que Jill estuviera furiosa a más no poder, apretó su mandíbula como nunca, su expresión era de violencia pura. —Te lo advertí—Añadió, Tomo el baso de cerveza, y con el, golpeó al hombre silenciando a todo el bar.
El hombre no cayó, pero se tambaleó durante unos instantes. —Hija...pu...—El sujeto no termino la frase, ya que Jill le propinó una patada en al rodilla, haciéndolo gritar del dolor.
Ya estando de rodillas y a la altura de la castaña, ella se acercó a el y dijo. —Te dije que te iba a dar una paliza.
Golpeó con la izquierda, luego con la derecha el rostro del sujeto, este último, intento lanzar un golpe con su mano diestra, pero es bloqueada, acto seguido, con el golpe fallido, Jill le hace una llave, al punto de que el hombre grita de dolor, y termina pidiendo perdón al sentir como sus articulaciones tronaron.
Jill lo soltó, no le rompió el brazo, aunque ganas no le faltaron, pero tenia cosas más importantes que hacer, más que darle palizas a tipos en los bares.
La agente salió de dicho lugar a los pocos segundos, pago los daños, iba directo al lugar donde pasaría la noche, una cabaña a las afueras del pueblo, sin saber, que a la mañana siguiente recibiría una llamada que cambiará su vida.
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