Capitulo 31

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Y ahí estaban ambos, uno al lado del otro, la supuesta pareja Kennedy dándose su primer y tierno beso.

León se había atrevido a besar a Jill, sin embargo, y pese a qué fue algo fortuito, La castaña no se negó ante la acción del hombre, es más, cuando sintió como León la acercó a su persona lo único que ella pensó fue en su tan deseado beso.

Sus labios se rozaron y sintieron su sabor, Jill estaba perdida, no tenía conciencia de dónde estaba, para ella el tiempo se había detenido, y el mundo a su alrededor dejo de existir.
Por su parte León, que podría decirse que tenía experiencia en este tipo de cosas, llevaba casi de la mano el acto, casi como le dijera a Jill como besar.

Segundos más tarde, León se alejo, despegando su boca de la de Jill, está última aún seguía con los ojos cerrados pensando aún en su fantasía perfecta, que se estaba haciendo realidad.

Un poco de labial rojo quedó impregnado en los labios del rubio, La castaña abrió lentamente sus ojos, y lo primero que ve, es los ojos azules del agente.

Un poco de labial rojo quedó impregnado en los labios del rubio, La castaña abrió lentamente sus ojos, y lo primero que ve, es los ojos azules del agente

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—Leon...

El hombre puso su mano en la mejilla de la castaña, acto seguido dijo:
—Jill... Estaba confundido, no se sabía si esto era verdadero, o simplemente una atracción física, ahora se que siento algo por ti...

—Lo se, algo me lo dice, tú me haz hecho una persona diferente, Y si me no me correspondes al final de todo esto, Yo respetaré y aceptaré tu decisión...

—Porque al Final, para bien o para mal, todos somos el recuerdo de alguien... Yo quiero que tú seas mi recuerdo más bonito, cuando parta de este mundo... si tú me lo permites claro.

Ella se quedó callada, sus ojos querían llorar a chorros, las hermosas palabras de León le habían llegado al alma, y la habían hecho feliz después de tanto tiempo.
—Leon...—Murmuro tomando lentamente la mano del hombre, entrelazando sus dedos con los de él.

—Murmuro tomando lentamente la mano del hombre, entrelazando sus dedos con los de él

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—Me gustas León, pero no de una manera superficial... Si no de una manera real, verdadera, quisiera compartir toda mi vida con la tuya, si tú lo me permites...

La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora