Capitulo 42

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Durante todo el camino, León se quejo del dolor, de Ark y de su Porsche Panamera que había sido perdida total.

Para Jill ya era costumbre ver qué León se preocupe tanto por su auto, incluso en ocasiones se preocupaba más por el Porsche, que por ella, de hecho, el agente no la dejaba subir con bebidas o alimentos, por miedo a que manchara o estropeará su tapiz.

—Cariño... —Dijo, con voz suave y amena—Si no dejas de hablar de tu Porsche, olvídate para mañana que te prepare algo para desayunar, comer o cenar... Entiendes...

León asintió, y callo en secó, evitando hacer enojar a la mujer, mientras ella conducía hacia la vivienda

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León asintió, y callo en secó, evitando hacer enojar a la mujer, mientras ella conducía hacia la vivienda.

...

En alguna parte de la ciudad

Debajo de una casa abandonada, en un laboratorio secreto, Chris se encontraba riendo sin parar, mirando una y otra vez la escena del choque.

—Te salvastes de está León... Pero la suerte no siempre te va acompañar.

Se levantó para tomar un trago de vino blanco, bebió lentamente, un áspero sonido al ingerir la bebida produjo un garraspeo en su garganta.

Camino hasta llegar a una puerta cerrada, a un costado de ella, un escáner de retina impedía entrar a esta, Chris puso su ojo, y al ser escaneado, la puerta se abrió al instante, dejando lo pasar.

Adentro de esa habitación, una gran cantidad de jaulas había dentro, monos, aves, reptiles y una que resaltaba más de la cuenta, ya que no era un animal.

Era una persona, la cuál estaba inconciente con un grillete en su pie izquierdo, y un collar electrificado en su cuello.
Chris se acercó hasta la valla y dijo:

—Ahh... Es una lastima Redfield que no veas a tu querida Jill con otro hombre, pero no importa...

—Yo me voy a desacer de su novio, si eso te hace sentir mejor—Una carcajada maquiavélica, comenzó a cubrir toda la habitación y el laboratorio, acompañada de cientos de gritos, aullidos y gemidos de animales, en cautiverio.

—Ya verás lo que te espera León!!!

...

Casa de León y Jill—En la noche

El rubio se encontraba dándose una afeitada en el baño de su habitación, la cuál mantenía con la puerta abierta, Jill por su parte, aparentemente leía una revista de ciencia espacial, sin embargo, su mirada estaba puesta en León sin camisa que tenía a escasos 3 metros de ella.

El rubio se encontraba dándose una afeitada en el baño de su habitación, la cuál mantenía con la puerta abierta, Jill por su parte, aparentemente leía una revista de ciencia espacial, sin embargo, su mirada estaba puesta en León sin camisa que ten...

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La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora