Capitulo 33

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Con sutileza, Jill comenzaba a bajar el cierre de su ropa, mientras León veía a un par de metros el espectáculo.

De manera suave, Bajó lentamente su vestido hasta quedar en el suelo, dejando solo el sostén y su pequeña ropa interior.

León estaba hipnotizado, su vista no cambiaba de dirección, y la lujuria del momento comenzaba a apoderarse de él.

—¿Quieres ver más?...—Susurro Jill insitando a un más al agente.

Lentamente quitó los bordes que sujetaban el sostén, acto seguido cayó por el mero principio de la gravedad, dejando expuestos de forma literal los pechos de Jill

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Lentamente quitó los bordes que sujetaban el sostén, acto seguido cayó por el mero principio de la gravedad, dejando expuestos de forma literal los pechos de Jill.

Lentamente quitó los bordes que sujetaban el sostén, acto seguido cayó por el mero principio de la gravedad, dejando expuestos de forma literal los pechos de Jill

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La cara de León lo decía todo, y dando una señal con su dedo indice tratando que el rubio se acerque, Jill comenzaba su trabajo de cautivar a su compañero.

León dio un par de pasos al frente, quedando a solo un par de centímetros de ella.
—Ya es hora...—Murmuro Jill dejandoce caer en la cama.

Con una tibieza, el agente se acomodo encima, ambos coincidieron miradas, Jill apesar de que se atrevió a proponerle a León la situación, ella esperaba que el rubio tomara la batuta en el acto.

Con suavidad y ternura, León beso a Jill ya acostados en la cama, La mujer no pudo dejar sus ojos abiertos, los tuvo que cerrar por el momento tan erótico que comenzaba a tener.

León bajó hasta el cuello de la castaña, y comenzó a besarlo lentamente y deliciosamente, Jill por su parte soltaba una que otra sonrisa de cosquillas y de exitación, sus pequeñas manos se aferraban al torso desnudo de este.

Ambos rostros mostraban la lujuria en su máximo explendor, El seguía haciendo su trabajo, calentando más y más a una castaña que ya de por sí deseaba a León desde hace semanas.

Un ligero gemido salió de la boca de Jill, seguido de otro y otro, ella ya no aguantaba más, y de manera rápida separó a León, acto seguido se quitó bruscamente su pequeña ropa interior quedando así totalmente expuesta.

Respirando de forma agitada y con algo de sudor, ocasionado por la increíble tensión de ambos dijo—¡¡Penetrame!!... No te contengas...

Jill lentamente separó ambas piernas, dejando su zona íntima a merced de León.

La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora