León había pasado casi todo el día en el hospital, su amigo Ark había despertado y pese a todo, el castaño se encontraba bien, esto ánimo al rubio un poco, aunque su mente seguía en Jill.
Al pasar las 4 de la tarde, León se despidió de la madre de Ark, y del mismo castaño, que en broma también lo hizo.
El agente Kennedy tomo su celular para ver si Jill le había dejado algún mensaje, o una llamada perdida, sin embargo, no fue el caso, no tenía notificación alguna en su pantalla.Su ceño se frunció, guardando el teléfono en el acto, pidió un taxi, ya que no tenía auto, y llamar a Jill para que fuera por él, simplemente no era su estilo.
Subió al taxi dándole al conductor información acerca de su destino,demoraría un poco más de media hora, para llegar a casa, sin embargo, su mente seguía pensando en Jill, “Porque no me dicho nada acerca de la prueba" pensó, mirando las calles por la ventana del auto.
Estando a solo minutos de su casa, El cielo comenzó a nublarse y un fuerte viento frío, se apoderó del ambiente,—Valla que está helando—Comento el conductor.
—Si... Si que lo está.
Al divisar su casa a lo lejos, León se percató de que no había luces encendidas, más allá de las del exterior.
Apretó su mandíbula, temió que quizás esa sea la razón por la que Jill no se comunicó con él, hace tiempo.El taxi se estacionó en la acera unos segundos después, El rubio se tranquilizó al ver la habitación de ambos con la luz encendida, enseguida pensó en Jill.
Le pagó al conductor, que en respuesta le agradeció y se retiro saliendo la colonia.León se quedó parado enfrente de su casa, las cortinas de su habitación estaban puestas, e impedían ver hacia dentro, el nerviosismo empezó a salir de su cuerpo, y un ligero tic en el ojo comenzó a surgir.
—Diablos...
Caminó hacia la puerta, saco su llave, y usándola, entro a la vivienda.
Cerro la puerta de la entrada sutilmente, giro para ver la sala enfrente y su cocina hacia su derecha.
Todo estaba en perfecto estado, limpió y con un ligero aroma a lavanda qué tanto amaba Jill.Se quitó su chaqueta dejándola en el sofá de la sala, encendió la televisión y la lámpara que estaba aun costado de él, acto seguido se dispuso a por Jill y ver cómo se encontraba.
Subió las escaleras con algo de miedo en cada paso, a medio camino, logro escuchar un leve sollozó que provenía de su habitación, enseguida se angustió, y creyendo que algo le había ocurrido a la mujer, corrió lo más rápido que pudo.
Empujando la puerta de su habitación con su cuerpo, entro de forma abrupta a está.
Había entrado en secó, sin embargo, la castaña no se encontraba en la habitación.
—Jill!! —Grito León, llendo al cajón por su arma, cuando repentinamente ve la silueta de ella en baño.
Los sollozos de ella se escuchaban más claramente ahora.
León guardo el arma, y camino lentamente hacia su baño, el cuál estaba con la puerta abierta.
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La historia de Leon y Jill
RomanceEs el libro 1, DE LA SAGA LEON Y JILL El agente de la D.S.O Leon S. kennedy sufre un terrible accidente que lo deja invalido por un tiempo, ocasionado por tratar de salvar a Jill, la cual se encontraba en peligro, Ante esta situación, la mujer para...