Capituló 43

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Era el medio día, y como había una gran posibilidad de que Jill estuviera embarazada, la mujer se dispuso a comprar una prueba de embarazo rapida en la farmacia, sin embargo, la sucursal más cerca estaba a más de una hora en auto.

—Te dejaré en el hospital para le des una visita a Ark, y de ahí yo me voy a la farmacia—Decia ella, poniendose un chamarra por el frío que hacía.

Ambos subieron al auto Jill, está última se detuvo por unos instantes, pensando cómo reaccionaria en el resultado de la prueba.

Ambos subieron al auto Jill, está última se detuvo por unos instantes, pensando cómo reaccionaria en el resultado de la prueba

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—Tengo miedo León...—Dijo en susurro, mientras mantenía sus manos en el volante.

El rubio contesta, al escuchar la suave voz de ella—No tienes nada que temer linda,—Tomando su mano, continuo—Ya te lo dije, pasa lo que pasé, yo te voy a apoyar.

—No es eso...—Giro para ver mejor a su compañero.

—Me aterra ser madre... No creó, estar lista para cuidar de un bebé... Hacerme cargo de una pequeña persona es...

—Nadie está listo para ser padre o madre, solo sé es...—Aquellas palabras, parecían haber serenado la ansiedad de Jill, enseguida, ambos sonrieron por unos segundos, disfrazando el terror de cada uno.

El camino a la farmacia fue algo largo, a la media hora, León bajo para ver el estado de Ark en el hospital, por su parte, Jill condujo aún más por su prueba para el embarazo.

Al llegar, bajo de su Nissan cerrando la puerta del auto, su mano temblaba por los nervios que sentía en ese momento.
León le había dicho que no se preocupará, y que dejará todo en manos del destino, sin embargo, y pese a lo alentador que sonaba eso, La castaña no podía ocultar su miedo a ser mamá primeriza.

Se aferró a su bolso marrón durante unos segundos, por su mente se cruzaba no entrar y decirle a León que todo había sido una falsa alarma, sin embargo, sabía que no podía hacer eso, sobretodo porque sería muy irresponsable de su parte, si es que en verdad había una criatura formándose dentro de ella.

Cerro sus ojos por unos momentos, al abrirlos su miedo se había convertido en valentía de cierta manera, con esa inercia, camino directo a la puerta de la farmacia.

Al entrar, un mujer le pregunto que era lo que necesitaba, Jill se congelo, sin embargo, en cuestión de segundos recupero su voluntad.

—Necesito... Mmm... Necesito—Musito, con suma dificultad para artícular esas palabras.

La empleada levantó sus cejas, abrió ligeramente su boca, intentando adivinar y suponer  lo que Jill trataba de decirle.

—Que es lo que necesita señorita??

Al final, unos segundos pasaron, y con una voz gentil, exclamó—Ne... Necesito un prueba de embarazo, si es tan amable...

La empleada asintió bajando su cabeza de arriba abajo, y le indico que la esperase unos momentos.
No paso más de un minuto, para que regresará con una pequeña caja que decía en su portada, prueba de embarazo, se la entrego amenamente a Jill, que en respuesta pago el artículo adquirido.

La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora