CAPITULO 18

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'' LA AMABA Y SABIA QUE DESPUES DE ESTE MOMENTO, MI VIDA NUNCA IBA A SER IGUAL DESPUES DE ELLA. ''

CARLA ROSON CALERUEGA

Samuel y yo quedamos en irnos a la cabaña de mi familia que se encuentra fuera de Madrid. De todos modos necesitábamos pasar un tiempo a solas. Llegamos a un acuerdo de que vamos a quedar dos días y luego volver para poder seguir con todas tareas en el colegio.

No sé qué le pasa a Samuel de un momento a otro pero supongo que podría descubrirlo mientras estamos lejos de todo y todos, solos...

Aunque creo que vamos a utilizar tiempo para otras cosas...

Yo preste el coche de mi padre, manejaba mientras Samuel dormía. Se veía tan tranquilo y guapo... pero necesitaba concentrarme en lo que tengo en frente.

-Samuel, ya llegamos. – le digo después de una hora

El lugar era precioso, me gusta venir aquí cuando busco tranquilidad y paz. Samuel estaba fascinado con imagen del lugar, con cabaña, con ambiente, con todo.

-¡Que guay! – dice Samuel

No traigo mucha ropa, solamente una falda para cambiarme, dos camisas y pijama.

Al entrar veo que nada cambio, no he venido por mucho tiempo, me gustaba venir con mi madre. Siento tanta nostalgia al entrar después de tanto tiempo, el lugar era perfecto... podría quedarme a vivir aquí si no tendría porque regresar a la ciudad.

-¿Te gusta? – pregunto

Samuel estaba callado por un momento, yo se que a el no le gustan esas cosas de mucho lujo pero fue su idea...

-Claro.

Samuel sienta en la cama, pone mano sobre cabeza, debe ser que tenía un gran dolor. Yo siento a su lado, poniendo mano sobre su cuello, acariciándole.

-Aquí estamos solos. ¿Sabes que eso significa? – le digo

Samuel levanta cabeza, mirándome con una sonrisa.

-Si, podemos hacer lo que queremos sin importarnos nada. ¿Qué quieres hacer?

-Abrir ese vino que traigo de casa y hacer el amor contigo... toda la noche. – le suspiro

Samuel muerde su labio, eso significa que estaba de acuerdo conmigo.

Vamos a pasarlo de puta madre, la verdad... lo veo un poco tenso y diferente, los dos necesitábamos esto. Lo único que quiero es saber que le sucede y ayudarle aunque él pretende no meterme en sus líos.

-Me parece una idea perfecta, guapa. – dice, mientras besa mi cuello

-Samuel... tenga paciencia, vamos a comer algo, beber un poco de vino y luego... ya sabes.

-Yo tengo toda paciencia del mundo.

Me levanto de cama, quería irme a la cocina para prepararnos algo para comer pero siento mano de Samuel tomándome por el brazo.

-Te amo, Carla... todo lo que siento por ti es real.

-Lo sé, no es necesario que me lo digas todos los días.

De nuevo me estaba preocupando por él, siento una oscuridad muy grande en esos ojos marrones, es como si quería decirme algo pero no sabía por dónde empezar.

-Para mí es importante decírtelo todos los días, pase lo que pase no dudas de mis sentimientos hacia ti.

-Samuel, el que debía estar dudando eres tu... hace meses ni hablamos, no me tenias confianza, me odiabas.

-No te odie, jamás te odie.

-Pero tus amigos sí.

-Yo no soy mis amigos.

Esto se estaba convirtiendo en una conversación seria y eso no me gustaba, como siempre.

-Lo único que quiero es que no piensas que no siento lo mismo por ti, conocí a verdadera Carla y eso me hace muy feliz, das mucho sentido a mi vida y es más de lo que puedo pedir.

Siento a su lado, pongo manos sobre su rostro, acariciándolo.

-Te voy a preguntar esto una sola vez y entonces dejo la tema... ¿tienes algo que decirme?

Samuel baja la mirada, no puede mirarme.

-Joder... no lo soportarías.

-Pruébame.

Samuel levanta cabeza, me mira profundamente pero no dice nada. Quiero conocerlo mejor y entender lo que sucede pero es difícil cuando uno no te deja entrar en su corazón completamente.

SAMUEL GARCIA DOMINGUEZ

Miro esos ojos verdes que provocan tanto en mi y no puedo hacerlo... no puedo decirle todo, no puedo romperle corazón aunque mi corazón ya está dolido.

-¿Samuel?

Carla esperaba mi respuesta... dos días con ella en esta cabaña va ser difícil, voy a estar en una tentación de decirle la verdad o callarme para siempre o hasta que alguien decida decirle lo que sucede.

-No pasa nada, no te pones paranoica por nada.

Carla me cree pero algo en ella sigue haciéndole tener dudas... y debería. Aun no entiendo porque se me ocurrió hacer puta apuesta, quería humillarla porque creí conocerla o quizás me acorde de eso en peor momento posible.

Entre todas las cosas que me pasa lo último que necesito es ser odiado por un chica que amo con todas mis fuerzas... la quiero de verdad, me enamore de ella y me cuesta mucho aceptar estar sin ella.

Las apuestas existen para eso... para poder hacerlas y luego enamorarte de las ''victimas'' aunque en novelas y películas no sería el mismo caso. Carla debía haber jugado conmigo y no yo con ella... si fuera diferente yo le perdonaría de inmediato, sinceramente. Ahora entiendo como es hacer apuestas y ya quiero detenerme aquí y borrarlo todo de mi mente.

Carla y yo pasamos los dos días encerrados en una habitación, hicimos el amor con mucho gusto, hablábamos, reíamos, veíamos unas películas viejas, nos divertimos como nunca antes.

¿Y después? ¿Qué sucede después de esto?

¿Cómo explicarle que todo empiezo porque me deje llevar por el rencor que sentía? No existe una explicación para algo así... no existe, simplemente.

No puedo dejar de mirarla mientras duerme, es como un libro que no puedes dejar de leer, una canción que no quieres dejar de escuchar todo el día, una película que has visto mil de veces... así es Carla.

Me acero a ella, ambos estábamos en ropa interior, ya eran siete de la mañana y tendríamos que volver a Madrid... volver al puto infierno donde terminan todos mis sueños.

Le acaricio mejilla lentamente, quería recordarla así porque todo lo que podría pasar después no es nada bueno... siempre me va odiar, siempre.

Y yo voy a seguir queriéndole... una vez que la pruebas y te enamoras de ella ciegamente es difícil dejarla ir, yo no sé si podrá hacerlo.

Apuesta |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora