CAPITULO 71

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''LA FELICIDAD ES UNA ETIOPIA QUE SOLO UNOS POCOS LOGRAN CONSERVAR. ''

CARLA ROSON CALERUEGA

Justamente cuando quería poner alguna película oí el timbre de las puertas, me frustre, lo pause y me levante del sofá. Abrí las puertas y por supuesto me encontré con Samuel, tenía una cara muy arrepentida.

-¿Qué quieres? – pregunte

-A ti.

-Hace días que ni me hablas...

-Eso no tiene nada que ver contigo, quería pensar un poco.

-Pues sigue pensando, cariño – dije sarcásticamente

Quería cerrar las puertas pero él me lo impide, sigue parado allí...

-¿No puedo ni ver película tranquilamente?

-¿Puedo verla contigo?

-Mira, Samuel... no te atreviste mandarme ni un solo mensaje, ni un puto mensaje ni nada.

El baja la mirada, ni siquiera dice nada, no sabe qué decir, lo único que entiendo es que está arrepentido pero no pienso perdonarle tan fácil.

-Para mí no es nada fácil tener que asumir el hecho de que mi padre es un mal hombre y un desgraciado, pensé que era sincero pero me equivoque pero también te metí a ti en todo.

-No podías saber de lo que es capaz...

-Sí pero el pudo hacerte daño si yo no estaba de cerca.

-Samuel, lo que más me duele que has desconfiado de mi.

-Te juro que no es así, yo...

-¿Tu qué?

No le pienso dejar entrar, se que sería capaz de perdonarle de inmediato, quiero que sufra un poco, es lo que se merece.

-Me conoces, sabes que te amo y que no quise reaccionar así.

-Pero reaccionaste y ni siquiera me llamaste.

-Te dije porque no me atreví llamarte, me sentí como un imbécil, estoy a punto de echarlo de mi casa y olvidarme de su existencia.

-Entonces haz lo que quieras y déjame en paz.

-Carla...

-¿Qué más quieres?

-Necesito estar contigo.

Lo mire profundamente en los ojos, quería estar con él pero no así de repente, sonreí...

-Vete a la mierda – dije

Cierre las puertas en su cara, daría lo que sea para ver su cara en ese momento, los dos sabemos que todo calmara pronto y que volveríamos a estar juntos pero quiero hacerle ver cómo me sentí yo durante todos estos días.

SAMUEL GARCIA DOMINGUEZ

Me cierro las puertas en mi puta cara, eso dolió, digo emocionalmente no físicamente. Ella no me volverá abrir las puertas, necesita un poco de espacio y así será.

Fui a ver a mi madre, necesito decirle algunas cosas acerca de papa, no quiero que sigue creyendo a cada una mentira suya.

-¿Estás bien, hijo? No te vi desde hace muchos días...

-¿Has hablado con mi padre?

-Me llamo par de veces.

-Ya...

-Me dijo que está quedando contigo, podría verlo y...

-Tú no vas a hacer nada.

Se asusto un poco, necesito defenderla de hijos de puta como mi padre, no quiero que sufra.

-¿Paso algo?

-Si, muchas cosas.

-¿Qué hiciste?

-¿Yo? ¿Por qué piensas que es mi culpa?

-No es eso lo que quería decir, dime qué fue lo que paso.

Siento a su lado, tomándola por la mano.

-Cuando acabe con él, ese desgraciado no volverá molestarnos.

-No hagas nada, por favor.

-Fue un error darle oportunidad, mama. Te juro que tengo ganas de romperle la cara, hico algo que me enojo mucho, además va gastando todo mi dinero en puto alcohol.

-¿De verdad?

-Si.

No sé porque se le hace tan difícil creer en lo que le digo, de seguro porque sigue creyendo que se cambio y otras cosas pero a veces la gente no cambia.

-Mama, no necesitamos a alguien como él en nuestras vidas, es inútil y el no tiene buenas intenciones.

-Tienes razón, si de verdad crees que él no vale la pena yo te apoyo en todo lo que quieres hacer pero no puedes pelear con él, no puedes volver perder el control, hijo.

-Parece que dios lo mando para ver si yo perderá control o no...

-Samuel, hijo, tienes que ser más fuerte, no dejas que te provoca, además yo iré contigo.

-No, de ninguna manera.

-Por favor, quiero estar allí...

No pude pelear con ella acerca de ese asunto, los dos nos fuimos a mi casa, quería resolver este asunto lo más rápido posible.

Cuando entramos me encontré con una escena que de hecho imagine... el estaba sentado en el sofá, jugando póker con alguien, bebiendo whiskey.

-¡Fuera!

El otro hombre me mira muy mal, sale de la casa y mi padre sonríe.

-Por fin llegas – dijo, hablándole a mi mama

-¡A ella no le hablas!

-¿Me vas a prohibir hablarle a mi mujer?

-No es tu mujer, no le hablas, toma todas tus cosas y vete de aquí – dije al acercarme a el

-¿A dónde se supone que debía ir?

-No se... supongo que podrías ir donde estabas antes de llegar aquí.

-Samuel, tranquilízate.

-No le calmes, déjalo...

-Vete de aquí o te juro que...

-¿Qué? ¿Me matas?

De verdad tenía ganas de hacerlo, de hecho.

-Sal de aquí – dije más calmado

-¿Me vas a echar tu?

-Si es necesario lo hare...

No quería hacer escándalos delante de mi mama, si ella no estuviera aquí de seguro lo pegaría con mis manos, le echaría de esta casa como si fuera basura.

-Eres muy débil, Samuel.

-¿Eso me lo dices tú?

-Qué pena que has crecido sin mí, de verdad.

-No cambiara mi vida por nada en este mundo, siempre hemos vivido mejor sin ti para jodernos la vida.

Mi padre se ríe cínicamente, le empujo, veo que no me toma enserio, es un gran desgraciado y siento mucha felicidad de que he crecido sin él.

-¡Vete!

Vuelve sonreírse de esa manera que quiero romperle la cara y por fin sale de mi casa, yo abrace a mi mama, no quiero que se sienta mal, al menos siempre me tendrá a mí, yo jamás le fallare.

Después de lo que se atrevió hacerle a Carla no lo quiero de cerca, no quiero saber nada de él ni de su puta existencia, ahora lo único que tengo que hacer es pensar en cómo volver con Carla y que hacer al respeto de exámenes finales.

Apuesta |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora