Apuesta |CARMUEL|

CAPITULO 16

''SUS MANOS SON CALIDAS Y SUAVES. MANOS QUE CONOZCO MEJOR QUE LAS MIAS. ''

CARLA ROSON CALERUEGA

Después de unos minutos Samuel salió de habitación, tomándome por la mano...

-Vámonos de aquí, Carla.

¿Qué le paso? ¿Por qué se pone así?

-Samu, piensa bien lo que te dije. – dice Christian

¿De qué hablaron para ponerse así?

-Vete a la mierda. – dice Samuel

Los dos salimos de casa de Christian, no entiendo porque se pelearon o discutieron... espero que no fue por mi culpa.

-¿Samuel, que fue lo que paso? – le pregunto cuando estábamos fuera de casa

Samuel da vuelta, es desesperado... su reacción es horrífica, jamás lo vi así... de hecho hasta último mes ni siquiera lo conocía tan bien, ahora sabia que algo le pasaba.

-Quiero irme de aquí, eso es todo.

-¿Por qué?

-Carla, por dios deja de preguntar estas cosas. ¿Podemos irnos a mi casa?

¿Quién es este Samuel y que paso con ese chico un poco raro pero interesante?

-No pienso ir a ningún lado contigo hasta que te calmas y me explicas lo que sucede. – le digo con voz dura

Algo le pasaba, claramente... es imposible descubrir lo que es cuando el no pretende hablar ni explicármelo.

-Carla...

Se acerca a mí, de nuevo tiene esa mirada tierna y dulce, pone manos sobre mi rostro. Samuel me conoce perfectamente, sabe como soy, no tengo nada que esconder de él, no después de que le deje ver todo de mí. Pero el tiene algunos cambios de personalidad a veces, le suceden cosas raras, es un poco oscuro.

-Perdóname.

-¿Por qué reaccionaste así?

-Es un asunto entre Christian y yo, nada más.

-Pues, te ves muy intranquilo. ¿Te puedo ayudar?

-Vámonos a mi casa, te necesito.

Asiento con cabeza, le abrazo, puedo seguir sintiendo su angustia e intranquilidad.

Seguimos caminando hacia su casa en silencio, no sabía que decir, algo le molestaba y no quería hablarme de ese tema.

Al entrar sentamos en sofá, tomábamos café y veíamos algo en televisión.

Dentro de pocos segundos sentí sensación de necesitar empezar esta conversación que podría tener resultados negativos para ambos.

-Samuel, tu sabes que puedes hablar conmigo. – le aseguro

Hace semanas lo quería follar y divertirme y ahora quería estar aquí, apoyándole en todo lo que le sucede. Estoy enamorada de este chico, es la verdad...

-Carla, no insistes por favor, esto es algo privado, no puedo decirte nada.

-Así que vamos a tener una relación donde no existe sinceridad ni confianza. – comento

Sentía tanto rencor, estaba enojada, quería levantarme e irme de aquí, al ver a Samuel aun callado ese fue mi próximo paso pero él me detiene con mano.

-¿Y si te quedas a dormir?

¿Cómo puedo negarme a esos ojos marrones?

Joder, en mismo tiempo quería follarme y estaba enojada con él.

Sin embargo vuelvo sentarme a su lado y lo siguiente que ocurre es sentir manos de Samuel sobre mis rodillas, acariciándome.

Este chico sabía lo que yo necesitaba, sabia como tocarme y como sentirme menos enojada. Siento que estaba manipulando conmigo con ''sexo'', no quiero pelearme con él pero tampoco quiero follar en vez de llevar una conversación seria.

Maldita sea... por su culpa me ha vuelto más humana, siento más cosas, es su culpa.

SAMUEL GARCIA DOMINGUEZ

Lo que hico Christian solamente me había enojado aun mas, no puedo hacer lo que me pida, digo... puedo hacerlo pero no sé si estoy dispuesto. Si lo hago pierdo a Carla para siempre y si no lo hago la voy a perder... la pierdo de todos modos.

Nos estábamos besando en sofá en mi salón, sutilmente pongo mi mano debajo de su falda...

-Estas mojada.

Carla sonríe pícaramente.

Me quita camisa, poniendo mano sobre mis brazos, haciéndome acercarme a ella, nos seguimos besando con tantas ganas.

En el fondo siento que todo esto va acabar muy pronto pero quiero llevar esta noche en mi recuerdos... como todas otras.

-Tócame, Samuel.

-¿Qué?

-Hazlo.

No puedo decirle que no... pongo mano debajo de falda de nuevo, en las bragas acariciándola, empiezo con pequeños círculos sobre su clítoris.

Nos seguimos besando, siento su respiración rápida, sus órdenes son mis deseos.

Oigo sus gemíos mientras pone mano sobre mis pantalones, librándome de cinturón, esto se estaba poniendo aun más tenso y sensual, como siempre. Y ahora vamos a follarnos en sofá de mi casa... no tiene idea cuanto le deseo.

Dentro de poco tiempo logramos encontrarnos desnudos debajo de manta, follando.

Jamás pensaba que iba tener una relación llena de mucha pasión y caricias en mismo tiempo... Carla provoca muchos sentimientos en mi interior... muchos.

Estaba entrando en ella, poco a poco, despacito... quería hacerlo de manera lenta, además trataba seguir sus reacciones, quiero hacerla sentirlo todo.

-Joder. – gemía Carla

-¿Quieres que me detenga un poco?

Carla pone manos sobre mi rostro, acariciándome, yo tenía mis manos sobre su cintura, sentí sus piernas colgadas sobre mi cuerpo.

Somos adictos uno al otro.

-No, me gusta así. – responde

-¿Así como?

-Ya sabes... me gusta cómo eres y que lo haces de tu manera.

-Vale... entonces necesito apurarme un poco.

Carla echa su cabeza para atrás al sentir mi miembro entrando más rápido, cerraba los ojos, disfrutaba de lo que hacíamos.

-Joder, Samuel. – gemía

-Carla... - le digo mientras entraba y salía rápido

Creo que íbamos a corrernos muy pronto...

-Carla... - la llamo de nuevo

-Dime. – dice con gran respiración

-Creo que te quiero. – confieso en mismo momento que nos corremos

No es algo que precisamente necesitaba oír en este momento pero necesitaba decirlo, así me sentía, era un sentimiento real, al menos podría recordarlo cuando descubre que todo fue apuesta.

Carla abre los ojos, aun acariciando mi rostro.

-Yo también te quiero.

Ahora me siento mucho peor, la quiero y ella me quiere... y no voy a poder conseguirle que no todo fue apuesta...

No todo fue juego, no con ella.

Toda la noche quedamos dormidos en sofá, ella durmió en mis pechos que subían y bajaban tranquilamente mientras trataba encontrar una luz al fin del túnel.

Todo esto terminara pronto y lo único que voy a tener es nada... me voy a sentir miserable, no me va creer, ni va volver tenerme confianza.

Soy patético.