CAPITULO 66

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''EL AMOR NO ES Y NO PUEDE SER SIMPLE AFECTO. NO SE TRATA DE COSTUMBRE O DE AMABILIDAD. EL AMOR ES LOCURA, ES EL CORAZON QUE LATE A DOS MIL POR HORA, LA LUZ QUE SURGE DE NOCHE EN PLENO ATARDECER, LAS GANAS DE DESPERTARSE POR LA MAÑANA SOLO PARA MIRARSE A LOS OJOS. ''

CARLA ROSON CALERUEGA

Hable con mi padre y ambos llegamos a conclusión que va ayudar a Samuel, le dará un trabajo en su empresa para poder ganar dinero y así hacer algo antes de buscar la universidad.

-¿Seguro que podrás hacerlo? – pregunte

-Por supuesto, mi amor – responde

Le agradecí mucho, le comente a Samuel que va poder hacerlo pero claro, no le prometí nada.

-Samuel estará muy encantado – dije

-Haría lo que sea para ti y para él, me siento muy contento por verte tan feliz – dijo sincero

Ya tenía que irse a la empresa, utilizara el momento libre para llamar a Samuel para que venga, además quiero saber que sucede con el asunto de su padre.

-Me voy, nos vemos luego – dijo

Me da un beso en cabeza y sale de casa, yo mande un mensaje a Samuel y me duche, cuando salí creí tener algún tiempo para cambiar la ropa y arreglar algunas cosas pero al entrar en mi habitación me encontré con Samuel.

Me sorprendió...

-Samuel...

El estaba sentado en cama, tenía una cara muy seria.

-¿Qué haces aquí?

Es una estúpida pregunta pero pensé que no iba venir tan rápidamente.

Samuel sonríe pícaramente, tenia esos momentos donde se comporta como un seductor...

Se levanta de la cama, acercándose a mí, no sé que pretendía hacer, me beso con mucha pasión.

-Samuel... - gime

Quería detenerlo pero no pude, es difícil detenerlo cuando se pone de esa manera, me pone muy excitada y además acabo de salir de la ducha.

Samuel acaricia mi rodilla con una mano y con la otra acaricia mi mejilla mientras sigue explorando mi boca con su lengua.

Si sabía con lo que me encontraría de seguro no llevaría la toalla, creo que él se dedicara a quitármela lo antes posible, ambos estamos tan excitados que no pensamos en otra cosa que tocarnos y besarnos.

-No te detengas – suspire

SAMUEL GARCIA DOMINGUEZ

Cuando suspiro esas tres palabras me quede aun más excitado, dentro de poco tiempo terminamos completamente desnudos y seguíamos explorándonos en su cama.

Por fin nos calmamos un poco, yo la tenía abrazada por la cintura, dándole pequeños besos en el cuello en cuanto logramos recuperarnos por completo.

-Esto fue... - empieza decir

-¿Increíble?

-Siempre lo es pero ahora es diferente.

-¿Diferente... como?

Me empiece preocupar un poco, de hecho.

-Samuel... quiero decir que fue más que increíble, no encuentro la palabra para describirlo.

-Joder, me asustaste un poco.

Carla levanta cabeza, me mira con ese brillo en sus ojos, acaricia mi barbilla.

-Quería comentarte una cosa – dijo

Dio vuelta, enfrentándome, seguía acariciándome mientras me habla – una de mejores sensaciones de mi vida.

-Mi padre te encontró trabajo en su empresa.

-Carla... no tenías porque hacerlo.

-Pero lo necesitas, mucho más ahora.

-No sé como agradecerte.

Me mira sonriéndose pícaramente, sienta sobre mis rodillas.

-¿Mas? – cuestione

Me fascina esta chica, hemos terminado de hacerlo y ella quería más...

-Nunca me cansare de ti, Samuel.

-Ni yo de ti...

Le tome por la cintura, volteándola, quede sobre ella, besándola, tocándola de nuevo, haciéndola gemir mientras lamia su cuello.

Me detuve un poco, quería mirarla en los ojos por un solo momento, ella empieza acariciar mis labios de manera que solamente me excita aun más, creo que será mala idea seguir en la cama con ella.

-¿Sabes que pasara si seguimos aquí encerrados? – cuestione

-¿Qué?

Se hace la tonta pero sabe muy bien...

-Carla...

-Dime que esto no te excita – dijo al lamer mi oreja

Puse una mano sobre la parte madera de cama, no pude contenerme, su manera de hacerlo me excito aun mas, no tenía idea cuanto, cuando por fin logre volver a realidad, le tome por la cintura, mi miembro empieza entrar adentro de manera rápida, ella gemía, yo también...

-Samuel...

-Un poco más.

-Creo que...  - suspira - ... creo que me voy a correr – casi grito

Seguía entrando en ella, sonriéndome, fue una mezcla de dos emociones – excitación y amor o deseo.

-Un poquito más... - dije entre gemidos - ... mi amor

Cuando los dos llegamos al orgasmo por fin logramos suspirar profundamente, besándonos, ella cae sobre mí, su cabeza sobre mi pecho, así quedamos dormidos, cansados.

Apuesta |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora