Apuesta |CARMUEL|

CAPITULO 34

''LO QUERIA TANTO QUE ME RESULTABA IMPOSIBLE EXPRESARLO CON PALABRAS. ERA PARTE DE MÍ. Y YO, DE EL. UNIDOS PARA EL RESTO DE ETERNIDAD. ''

CARLA ROSON CALERUEGA

El siguiente día me desperté en brazos de Samuel de nuevo, sentí su perfume mientras dormía tan tranquilamente. Va ser un marido perfecto algún día, lo hace todo de manera tierna y perfecta.

Me levanto, siento en cama, quería ir a tomar una ducha pero de pronto siento mano de Samuel sobre mi brazo.

Me asusto.

-¿A dónde vas?

-Quise tomar una ducha.

Samuel va despertando, abriendo los ojos claramente.

-Quédate conmigo un rato más.

-¿Crees que no vas a poder seguir sin mi?

-No quiero acostumbrarme a estar sin ti.

-Yo no voy a ningún lado, Samuel.

-¿Me prometes?

-Por supuesto.

A pesar de nuestra reconciliación Samuel seguía inseguro de sí mismo, tenía poca confianza, no entiendo porque. Creo que hasta ahora logre convencerle de que lo quiero de verdad, quiero tener un futuro con él, vamos a lograr dejar toda esta mierda atrás y empezar desde cero.

-No quiero volver a perderte, Carla. – dice, poniendo manos sobre mi mejilla

-¿Por qué me perderías?

-No sé, tengo miedo de que voy a despertar mañana y tú decidas que puedes buscar a otro, a alguien mejor y más adinerado.

-¿Eres tonto o que te pasa?

-Dímelo tú, ¿crees que podría pasar una cosa así?

Quiero darle una cachetada ahora mismo o una ducha fría para que deje de decir esas estupideces.

-No, no va pasar.

-¿Segura?

-Samuel, yo no sé qué te pasa pero deja de pensar en esas cosas, tú vales mucho, no te olvides de eso. Yo soy la que no te merece, en realidad.

Me levanto de cama, aun puedo sentir mirada de Samuel sobre mí.

-¿Quieres venir conmigo? – le pregunto pícaramente

-¿Contigo?

-Si.

-No creo que será buena idea.

-Lastima.

-Si entro contigo vamos a quedare allí todo el día o hasta que gastamos toda agua caliente.

-¿Crees que no me apetece ducharme con agua fría?

Samuel sonríe, se levanta.

-Te quiero mucho. – suspira mientras me besa el cuello

A propósito tiro mi cabeza hacia atrás para hacerle entender donde quiero que me bese, su lengua sigue recorriendo mi cuello, yo pongo mano sobre su pelo.

Besos de Samuel siempre son salvajes y sensuales.

-Si seguimos así no voy a poder ducharme.

-Lo sé, esa es mi intención.

Di vuelta, poniendo manos sobre pechos de Samuel.

-Samuel, dejamos esto para esta noche.

-Vale.

Me da un beso en mejilla, dejándome ducharme. En cuanto entro a ducha sentí agua caliente recorrer todo mi cuerpo, haciéndome despertar más rápido. No puedo dejar de pensar en Samuel, por fin logramos llevar una relación normal, sin juegos, sin mentiras, quiero estar así siempre.

Todo es perfecto aunque sigo echando de menos a mi madre, se me hace muy difícil entender que jamás voy a volver verla. Me gustaría conversar con ella sobre todas las cosas que me atormentan, todas las dudas pero es la vida, las cosas son así.

SAMUEL GARCIA DOMINGUEZ

Cada vez que despierto con Carla en mis brazos me siento aliviado, llevo teniendo muchas pesadillas por las noches. Siempre empiezo con mismo sueño, Carla y yo estamos juntos, al fin ella da vuelta y se va... en ese momento yo despierto.

Estoy harto de sonar una misma cosa, sigo con putas dudas que no me dejan tranquillo.

Yo decidí dormir un poco mas mientras Carla duchaba, una hora después volví despertarme en brazos de Carla. Me di cuenta que cambio la ropa, estaba dormido en sus rodillas, ella acariciaba mi pelo.

-Buenos días, de nuevo. – bromea Carla

Sin embargo, yo sigue en esas rodillas que me vuelven loco, me siento como, es un lugar seguro.

-Tú siempre sabes lo que necesito.

-¿Cuándo piensas prepararme esas macarrones?

-Esta noche.

Me olvide por completo de macarrones.

-Vas a comer los mejores macarrones de tu vida.

-Eso espero.

Y así fue, le prepare mejores macarrones, esa noche comimos, bebimos, conversamos, hasta teníamos bastante tiempo para ver alguna película. Después de ver película quedamos abrazados en sofá del salón, no teníamos ganas de hacer nada más que estar así, abrazados.

-Esto se siente tan bien. – murmura Carla

-¿Qué?

-Estar contigo.

-¿No te parece raro?

-Ya no.

-Entonces, podríamos quedar así toda la vida.

-Toda la vida es mucho pero acepto. Trato hecho, Samuelito.

Me rio.

Carla nunca me llama Samuelito.

-Vale, Carlita.

-Ay, no me llamas así.

Sabía que eso iba enojarla.

-Me siento triste porque mañana tenemos que irnos al colegio. – comenta

Pongo mano sobre su rostro, acariciándola.

-No te pongas triste, vas a estar conmigo.

-¿Hablaste con Christian?

Ese es tipo de pregunta que me gustaría evitar normalmente.

-Con ese hijo de puta no pienso hablar nunca más.

-Tranquilo, solamente me interesaba saber si volvieron ser amigos.

-Carla, el y yo nunca más vamos a ser amigos, no después de todo lo que hico.

-Lo sé.

-No necesito amigos, te tengo a ti.

-¿Crees que podrías sobrevivir solamente estando conmigo?

-Eres mi aire, Carla...sin ti yo no respiro.

-Yo me siento igual.

Quedamos así abrazados, queríamos dormir juntos sin hacer nada por primera vez últimamente.