Apuesta |CARMUEL|

CAPITULO 26

''LAS DISCULPAS NO CURAN TODO EL DAÑO HECHO... SON COMO LAS CURITAS, TAPAN LA HERIDA PERO POR DENTRO SIGUE DOLIENDO. ''

CARLA ROSON CALERUEGA

Sentí labios de Samuel recorriendo los míos, ese sabor me hace querer más y más hasta que terminamos follando pero eso no va a pasar. No respondo al beso, solamente le empujo y le doy una cachetada.

-No tienes ningún derecho a faltarme el respeto de esta manera. – le advierto

Samuel queda mirándome, no estaba borracho solamente quería seguir con su juego, según Christian.

-No te debí besar, lo siento.

Ahora mantiene una distancia conmigo.

-Entonces no lo hagas.

-Carla, déjame explicarte todo. Cuando escuchas todo lo que tengo que decirte vas a entenderme, vas a ver otro lado no solamente el tuyo.

Increíble.

-Samuel, no estoy sola aquí, Christian me está esperando.

-¿Cuándo estaría dispuesta a escucharme?

-No lo sé, quizás mañana pero lo que digas no va cambiar nada.

-¿Todo bien? – oigo voz de Christian quien venia

Por suerte vino a rescatarme, ya no podía seguir a solas con Samuel, tengo miedo de mi atracción física hacia él y que eso podría hacerme terminar entregándome a esos besos.

Atracción física no significa nada tampoco lo justifica.

-Piénsalo, Carla. – dice Samuel al dejarnos solos

Christian lo mira con ojos de rabia, se acerca a mí, tomando mis manos.

-¿Qué quería?

No puedo decirle que me beso.

-Nada, lo de siempre.

Christian asienta con cabeza, preocupado.

-¿Segura?

-Si, ¿vámonos ya?

-¿Carla, tu confías en mi? Todo lo te dije es cierto, es solamente pretende volver meterse entre tus piernas para poder ganar la apuesta completamente.

¿Por qué tenía que acordármelo?

-Quiero irme a casa. – sigo insistiendo

Cuando page la cuenta tomamos un taxi, presiento que Christian quería otra cosa ya que decidió acompañarme a casa. Cuando llegamos salimos, Christian pago al taxista y le dijo que no tiene que esperarlo. Yo page las copas así que él decidió pagar el taxi, que bien.

-Entonces... - empieza decir Christian

No teníamos muchos temas en común, no sabía cómo empezar una conversación con él, tampoco fue tan interesante.

-¿Entonces qué?

-Carla, yo no vine esta noche para acompañarte como un amigo, me gustas demasiado para ser tu amigo.

Joder con esto.

-Christian, yo no me enamoro de nadie, lo único que puedo darte es pura diversión y no sé si tengo ganas ahora mismo, lo siento. – digo sincera

-De Samuel te enamoraste.

Sí, me enamore y el jugo conmigo.

-Y gracias a ti descubrí lo que sucede.