Capítulo 33.

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Diamantes oscuros.
Capítulo 33.

-Oh, aquí estás- el rostro de Becca se descompuso al instante en que me vio temblando-, ¿qué tienes?- me quedé parada en el medio de pista, justo donde estaban mis amigos, y esperaba que Finn y Shelby no lo notaran, pero ya era tarde.

-¡Dios mío, Luna!- la voz de Shelby era un chillido alarmado- ¿Qué ha ocurrido?

-¿Qué diablos pasó?- Nolan me abrazó y yo sólo lloraba amargamente.

-Annie- dije-, Liam- negué rápidamente y las lágrimas siguieron brotando. Todos parecieron entender.

-¡Esa perra maldita!- escuché a Becca gritar con furia- Ahora vuelvo- Shelby asintió y yo continué abrazada a Nolan.

-Vamos a casa- Finn parecía furioso también-, ya fue suficiente de ese imbécil.

Mientras Finn pagaba la cuenta, Nolan corrió a pedir las llaves del auto, y me metió rápidamente. Todos comenzaron a entrar.

-¿En dónde está Becca?- preguntó Robert.

-Supongo que fue a darle una paliza a esa bruja- respondió Shelby con orgullo. Yo estaba extrañada de escuchar eso viniendo de ella. Después de dos minútos la puerta de mi lado se abrió.

-Listo- sonrió y me abrazó.

El camino a casa fue silencioso y yo caminé rápidamente hacia la entrada en cuanto escuché el auto detenerse. Los chicos me miraron con pena y me dejaron ser. Ellos caminaron hacia la sala de estar y las chicas me pidieron que las dejara acompañarme arriba, pero no accedí, yo apreciaba lo que hacían, pero estaba agotada de todo.

Comencé a desabrochar mi ropa y me arropé en la pijama roja de seda que mis padres me habían regalado hace algunos años. Me metí entre las sábanas y cerré los ojos.

Nada.

No podía dejar de pensar en ellos. En la forma en la que Annie había mentido todo este tiempo, en lo enamorada que estaba, en el hecho de que Liam cometiera esa bajeza y que Annie con gusto le ayudara a hacerme pedazos. Ella..., mierda, ella había sido una gran amiga. Ella sabía lo que yo sentía y aún así lo utilizó en mi contra. Ese amargo sabor y el temblor de mis piernas al verlo salir con tanta gracia, como si no hubiera destrozado todo.

-¿Puedo pasar?- dijo con algo de esperanza en su voz. Yo salí de mis pensamientos y prendí la pequeña lámpara blanca.

-Claro, adelante.-Luna- dijo mientras se sentaba en una esquina de la cama-, estoy furioso en este momento. Diablos, estoy tan furioso que podría dispararle a alguien.

-Siento lo de Annie, sé que le quieres...

-¿Esa perra enferma?- negó rotundamente- Ni hablar. No después de esto. Aprecio que quieras meter mis sentimientos hacia ella para sentirte un poco más miserable por habermelo dicho, pero no. No permitiré que te dañen, ni ella, ni él. Y yo sé que estás pensando en todo el asunto, pero basta.

-Es que, Nolan- comencé y mi voz se cortó-. ¡Ella sabía! Ella sabía lo mucho que quería hacer que Liam me quisiera. Y ni siquiera me lo dijo, ella sólo salió sonrojada y sudada del maldito baño.

-No vale nada- añadió.

-Liam salió riendo, ¿por qué no notaron que nosotros estábamos en el lugar? Yo estaba tan feliz, arruiné la noche de Shelby, lo siento tanto...

-No digas tonterías, Shelby me dijo que plantearías algo así, pero ella sólo quiere que estés bien. Luna, escúchame- se acercó hasta mí y me tomó entre sus brazos-: eres la mejor chica que he conocido. No necesitas esa basura en tu vida.

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