Capítulo 19.

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Diamantes oscuros.

Capítulo 19.

-Tengo una duda- habló. Lo miré-. ¿Por qué demonios ahora hacen fiestas de bienvenida, cuando ya tiene meses de haber iniciado las clases?

-Me preguntaba lo mismo, pero Isabella dijo que es porque cuando iniciamos el semestre, necesitábamos acoplarnos a las materias y no podían hacerlo antes.

-De acuerdo- dijo-. Sigue sonando absurdo. Eso no es una bienvenida, fue una puñetera fiesta cualquiera.

-Aburrido- miré hacia el camino, Liam sólo se encogió de hombros-, ¿alguna vez vas a fiestas?

-No de este tipo, definitivamente.

-¿Por qué? No eres tan mayor.

-Digamos que voy a las fiestas a las que asisten los padres de todas esas chicas borrachas y huecas con las que convives todos los días. 

Oh, él asistía a reuniones de negocios y fiestas elegantes.

-¿A dónde iremos?- pregunté.

-Ronan quería desayunar contigo y yo necesitaba hablar de algunas actualizaciones del caso.

-¿Ronan?- ese niño era la cosa más preciosa que había visto, y más si le sumabas el hermano mayor que tenía.

Asintió sin dejar de ver el camino- Está enamorado de ti, supongo.

-Es precioso.

-Tiene tres años, no le fastidies el amor, Luna- me reí por su comentario tonto, y logré ver otra sonrisa en su duro rostro.

-Rafael- habló Liam. El mismo corpulento y moreno hombre que vi la primera vez que vine, salió rápidamente.

-Señor- respondió con respeto.

-Necesito que vayas y entregues estos papeles- tomó un sobre color marfil y se lo entregó-, vuelve alrededor de las nueve de la noche.

-Sí, señor- asintió-, con su permiso- me miró y me hizo una educadísima reverencia. Podía sentir el sabor latino tan fuerte.

-Ven conmigo- señaló el camino y lo seguí hacia las escaleras que yacían justo en medio de la enorme sala. Caminé con cuidado pero ansiosa por conocer la casa. Era un lujo poder decir que conocía un lugar así.

-¡Luna!- sentí unos pequeños brazos lanzarse sobre mí y me tambalee sobre mis pies en las blancas escaleras.

-Ronan, detente- reprimió Liam, mientras bajaba para sostenerme.

-¿Cómo estás pequeñín?- pregunté, tomando su mano para subir las escaleras. Liam se quedó parado en el escalón en el que estuve a punto de caer hace segundos, él sólo nos miraba mientras subíamos y platicábamos. Tal vez para él no era cómodo que me acercara tanto a su hermano, pero Ronan tenía algo que te hacía sentir querido.

-Bien, mi profesora de canto me dijo que cantaba bien, yo creo que debe ser por Liam- se encogió de hombros. Miré a Liam, él sólo se removió y se dio cuenta de que llevaba parado en el mismo lugar mucho tiempo.

-¿Cantas?- le pregunté admirada, ¡era injusta tanta perfección!

-En la ducha.

-Ah, vaya respuesta.

-¡Canta genial, Luna!- gritó, Ronan sabía perfecto que tenía a un gran hombre como hermano, y era más que obvio que lo admiraba.

-Ronan, ¿quieres ir con Agatha?- preguntó Liam, tal vez no quería que difundiera sus talentos. Ronan me miró triste; el esperaba pasar más tiempo con Liam.

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