Genetics

37. Las dos caras de la moneda

Pablo

-¿Némesis?- la llamo. Mi amiga se separa de mí para observarme, sus brazos aún rodeando mi cintura. Ella levanta la barbilla sutilmente, indicando que tengo su atención.

-He estado pensando, ¿Sabes? Nos conocemos hace mucho y últimamente no he dejado de pensar...

Me detengo cuando un ruido atrae la atención de Némesis y, luego del mismo, cientos de sonidos idénticos. Ambos nos separamos y nos inclinamos sobre la baranda.

-¿Estás viendo lo mismo que yo?- pregunto. Némesis se aferra con fuerza a la barandilla de metal como si temiera caerse hacia adelante. Corro hacia el otro extremo de la terraza y luego a otro- están por todos lados.

Eran cientos de miles de demonios, manchas negras avanzando a toda velocidad hacia nosotros.

Urian debe habernos encontrado, quizás es por eso que dejó ir a Sher. No le importaba él si no encontrar la forma de localizarnos. Me dice Némesis. Lucía más calma de lo que hubiera esperado, aunque el repiqueteo de su pie contra el suelo la delataba. En un parpadeo estoy a su lado y tomo su mano, ella se sobresalta por mi repentina cercanía, sin embargo se relaja al instante.

-Tenemos que advertirle a la Compañía- le digo- llévanos allí.

Némesis se aferra a mí y aparecemos en la recepción del edificio. Dos integrantes del grupo de Sher se encontraban detrás del mostrador y se encontraban tomando notas de quién sabe qué. En un instante estoy contra el escritorio.

-Hay demonios en camino- advierto- tenemos que evacuar a todo el edificio.

¿A dónde? Me pregunta Némesis. Nos tienen rodeados.

-A la terraza- dice uno de los chicos. Por un momento me sorprendió que supiera lenguaje de señas pero, considerando a qué Pelotón pertenecía, era completamente lógico- los contendremos y veremos cómo escapar, somos más fuertes juntos.

Suena como una terrible idea. Se lamenta Némesis, sin embargo era la única que teníamos y no había tiempo para idear estrategias. Me sorprendo cuando ella se para frente a mí y coloca ambas manos sobre mis hombros, obligándome a observarla.

-¿Qué pasa?- le pregunto sintiendo mi piel bajo sus palmas cosquillear. Ella se separa para señalizar.

Tienes que ir habitación por habitación e indicarles que suban hasta la terraza. Me pide. Necesito que corras más rápido de lo que has corrido en tu vida, ¿Lo entiendes?

-Entiendo- asiento.

Iré a buscar a Thunder y Blue, necesito su ayuda para bloquear estas puertas. Me dice y mira a los dos chicos del mostrador. Ustedes suban con el resto.

-Ten cuidado- le pido- vendré a buscarte en cuanto termine.

Némesis sonríe.

Puedo cuidarme sola, pero gracias. Dice y me besa en la mejilla. Poso mi mano, allí donde sus labios estuvieron hace unos segundos, sin embargo ella no me da tiempo a reaccionar. Con una carcajada me empuja suavemente hacia las escaleras.

Ve, tienes que advertirles.

Y así lo hice. Habitación por habitación corrí y corrí y repetí lo mismo "Vienen demonios, nos rodean, a la terraza". No había tiempo para explicaciones, no había tiempo para dudar. Varias Videntes iban y venían llevando a las personas de los pisos inferiores para acelerar el proceso mientras los ex-miembros del escuadrón de Daniel y Bruno se armaban y llevaban armamento para aquellos que los necesitaban.

Cuando terminé de advertirles, volví al piso inferior y subí piso por piso verificando que no quedara nadie más. Némesis, Thunder y Bruno ya estaban en la terraza para cuando cerré la puerta de la terraza detrás mío.