54. Duelo de destinos (FINAL)

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Dedicado a todos ustedes porque me olvide de dedicar los capítulos anteriores (soy esto):

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Daniel

Era evidente que los Demonios notaban que algo había cambiado, todo había cambiado desde que Sher se había alzado como un nuevo Elemento. Muchos de ellos comenzaban a retirarse de a manadas y lo mismo hacían los Desertores, quienes se rendían a nuestros pies.

Observo a Bruno en la distancia: nadie que atravesara su paso sobrevivía. Era implacable y feroz, poderoso como muy pocos Genetics lo eran. Recuerdo la primera vez que lo vi en el club de pelea, recuerdo su arrogancia y su soberbia ante mí, que lo duplicaba en fuerza y tamaño.

Recuerdo como me atrajo que no me temiera.

Tampoco le temía a ninguno de sus enemigos, era una mancha negra que se movía con agilidad y destreza a medida que electrocutaba y enviaba volando por los aires a todo aquel que fuera lo suficientemente estúpido como para acercarse.

Levi se unió a mí unos minutos más tarde, los dos observamos a Sher internarse en la batalla: todo aquel que intentara atacarlo salía despedido hacia atrás, como si un campo de fuerza lo rodeaba. Las balas, las flechas, los cuchillos, todo rebotaba en esa pared de Éter que había creado a su alrededor, volviéndolo casi imbatible.

-¡Levi!- grito de pronto, una bala perdida se había disparado justo hacia él. No había tiempo para frentarla, no había tiempo para hacer nada. Levi se encoge, sin embargo la bala rebota de la misma manera que lo había hecho con Sher.

-¿Qué mierda pasó?- digo. Levi se para detrás de mí, espalda con espalda.

-Es Lawliet- dice, maravillado. Solo él lo llamaba así- Nos está protegiendo con el Éter.

Era cierto. De pronto todos nuestros enemigos parecían completamente incapaces de acercarse a nosotros. Zara y Elizabeth destacaban entre la multitud: incluso en su estado más débil era más poderosas que cualquier otra persona mágica en el mundo.

Elizabeth gritó y golpeó sus puños contra el suelo, al instante cientos de demonios fueron expulsados dentro de las gritas demoníacas. A su lado, Zara movió sus manos hacia los acantilados soltando tierra y nieve sobre ellos para que no pudieran volver a subir.

A este ritmo, no pasó mucho tiempo hasta todos los Desertores se rindieron ante nosotros. Los Demonios caían muertos como moscas y los que no lo hacían, huían hacia las grietas demoníacas.

-Creia que los Elementos iban a cerrar las grietas- digo, observándolos. Los Elementos y sus hijos se encontraban luchando a la par contra cronos.

-No pueden cerrarlas con el Titan fuera, es demasiado peligroso- niega Levi- creo que lo están distrayendo, lo están obligando a concentrarse en ellos.

-¡Mira!- le digo señalando un punto distante en el cielo!- es Otrera.

La Reina Amazona se encontraba volando hacia arriba, era como si quisiera llegar a la estratosfera. La chica ascendía y ascendía junto a Cicero y se alejaban de todos nosotros.

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