28 Exquisitos frijoles rojos

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Durante las noches, Chen Yu estaba durmiendo extraordinariamente bien.

Los días siguientes había estado de muy buen ánimo. En el pasado, Chen Yu pasaba el tiempo o en la cama con el rey o en la cama enfermo. Una vez que terminó el tratamiento médico, descubrió que tenía un poco de tiempo libre.

Chen Yu sacó unos dados de jade que tenía cosidos a su ropa interior, dentro había un frijol rojo.

Frijoles rojos crecen en las tierras del sur, cuando llega la primavera crecen algunas de sus ramas, espero que puedas recolectar algunos más, estas cosas son de lo que uno añora más.

Éste era un poema que Chen Yu cantaba en su mente cuando era niño, él se lo sabía al derecho y al revés, pero no entendía el significado y no podía tararear.

Cuando era pequeño, su madre se lo cantaba cuando era hora de dormir, solamente ese poema una y otra vez.

"Este poema es de mi ciudad natal, todos nuestros compatriotas lo conocen." Le decía su madre.

"¿Qué significa?"

El niño gesticuló a su madre preguntando.

"Si no le entiendes ahora, lo entenderás más adelante."

"¿Dónde está la ciudad natal de mi madre?"

"Es un lugar pequeño llamado Yunmeng, está muy lejos." Los ojos de su madre veían al futuro.

'Temo que mi madre nunca volverá en su vida.'

Chen Yu sabía que su madre y él no eran del territorio del norte, su madre había nacido en el país sureño de la Dinastía Jìng, en la ciudad de Yunmeng. La gente ahí se dedicaba a plantar frijoles rojos. Esta ciudad tenía una costumbre: cada hombre y cada mujer debía elegir el frijol rojo más grande y brillante al cumplir los dieciocho años, para convertirlo en un dado y, una vez que encontraran a su persona amada, debían grabar su nombre en el dado. Así la otra persona también se enamoraría de ellos.

'Yunmeng debe ser un lugar particularmente hermoso.' Pensó Chen Yu.

Pero Chen Yu no tenía aún los dieciocho años y ya lo habían casado con el Rey de Zhen Bei en lugar de la hija del Magistrado. Entonces su madre hizo unos Dados Linlong por adelantado y se los entregó a Chen Yu.

"Buen chico, si tienes la suerte de poder vivir fuera del palacio... si conoces a alguien que sea digno de ti, graba su nombre en el dado y esa persona te amará."

Chen Yu guardó cuidadosamente los dados en donde estuvieran a salvo y no los había sacado hasta hoy.

Los miró por un momento, jugando con ellos. '¿Estos objetos de verdad irradian una energía tan fuerte?'

Chen Yu los sacudió y los frijoles del interior se movieron emitiendo un sonido sutil. Se quedó dudando por un tiempo sobre si tomar o no el cuchillo para tallarlos.

'Madre, ya no necesito buscarlo. El Rey de Zhen Bei no es un demonio que mata a la gente sin pestañear, él es muy bueno con Yu-er.'

Chen Yu pensó felizmente que nunca había sentido que el rey era demasiado malo con él, aunque el rey tenía muchísima fuerza, solamente lo lastimaba cuando sus emociones estaban demasiado exaltadas.

Incluso, le había dado comida medicada de excelente calidad y no tenía que hacer trabajos desgastantes como recoger agua o cortar madera. Realmente se sentía mucho más a gusto que en la prefectura.

Especialmente en los últimos días, el rey lo cuidaba y eso llenaba su corazón. Las personas jóvenes que no están familiarizadas con la vida son generalmente fáciles de conmover.

'Mientras no haga nada mal, él me tratará bien.'

En el momento en que se levantó para tomar el cuchillo, la puerta de la habitación se abrió de golpe y el rey entró precipitadamente.

"Yu-er, está nevando."

El viento helado entró en la habitación y Chen Yu se estremeció de frío, pero aún lo saludo con una sonrisa.

"¡Espera!" El rey lo detuvo. "Hace demasiado frío, no salgas aún, si no tendrías que aguantar el frío demasiado tiempo."

El rey ordenó a dos sirvientes que lo acompañaban que trajeran dos estufas de cobre para que las colocaran en las esquinas de la residencia. El rey se paró frente a una de las estufas calentando sus manos y después se acercó a agarrar una de las manos de Chen Yu.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora