52 Nevada I

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Después de que la princesa lograra que los guardias y Song Qing se fueran, el emperador entró a la Residencia Shaohua. No tenía prisa, era como si estuviera caminando en la primavera admirando las flores, disfrutando juguetonamente todo.

"Éste patio está más desgastado que cualquier otro lugar en el palacio, ¿no está Xuanxiao ofendiendo a la Concubina Imperial? ¿Cómo puede vivir en una residencia tan arruinada? Sólo unas cuantas flores, la residencia está prácticamente escondida. Princesa escondida, Xuanxiao, ¿qué tan profundo quieres esconder a esta princesa escondida?"

De repente, el emperador se detuvo y se escondió detrás de un ciruelo.

Vio a un hombre sentado en el borde de un pozo de piedra, con las piernas colgando. Estaba sosteniendo un collar con una campana o algo parecido, jugando con el reflejo de la luna, agitándolo cerca de su oído y escuchando el sonido que emitía.

"Esta es la concubina imperial."

El emperador solamente podía observar un poco de su costado y su espalda desde lejos. Estaba vestido de blanco y la luz de la luna lo hacía ver como si estuviera cubierto de plata blanquecina, con el pelo negro como la tinta completamente suelto. Aunque su cuerpo delgado no era tan agraciado como el de una mujer, tenía un espíritu extraño y espléndido.

El emperador no pudo evitar observar todo su cuerpo y se dio cuenta de que no traía ni zapatos ni calcetines, sus delicados pies de jade estaban balanceándose juguetonamente. Parecía que estaba a punto de derretirse con la luz de la luna, sus ropas y el cabello revoloteaban juntos por el viento, parecía que saldría volando en cualquier momento.

'Es un hada, no puede ser otra cosa que eso.' Pensó el emperador.

Había incontables bellezas en el harem del emperador, las flores rojas y el sauce verde competían en belleza, pero claro que ningún hombre, a él no le gustaban los hombres.

Pero la persona enfrente de él, el emperador sabía que era un hombre, y no podía evitar sentir tanta curiosidad y querer ver cómo era.

"¡Oh!"

El emperador sólo quería suspirar al verlo, sin embargo, debido al asombro, solamente pudo hacer un sonido áspero al respirar. Debido a lo remoto y silencioso de la residencia, el emperador podía escucharlo claramente y no pudo evitar comenzar a avanzar, quedando sólo a unos pasos de él.

Observando al joven bajo la luz de la luna vio que inclinó su cabeza un poco y levantó un objeto en su mano, lo observó con alegría y un poco de resentimiento. Eran unos dados.

Finalmente pudo ver su apariencia. En ese momento, era como si el emperador sintiera que el viento se había detenido.

Su piel era casi transparente, tenía la nariz delicada y refinada, sus labios estaban ligeramente abiertos, eran pequeños, carnosos y radiantes. Sus ojos eran increíblemente llamativos, era imposible encontrar otros ojos más llenos de pasión que estos en el mundo, estaban llenos de ternura y afecto.

Cuando sonreía era como si la nieve se derritiera.

Este hombre no era solamente un hada encerrada en el Palacio del Rey sino que también era un demonio de nieve que se había robado el alma de un hombre.

El emperador de repente se sintió celoso del Rey de Zhen Bei, él quería disfrutar de este tipo de vista todo el tiempo, incluso se sentía capaz de hacerlo su concubina y traicionar al rey. El emperador se quería acercar a él, incluso aunque no lo tomara ahí mismo, quería apreciarlo más de cerca.

Chen Yu había escuchado a Song Qing marcharse, por lo que pensó que el que había llegado era el rey y no podía esperar a darle su dado grabado. Corrió a recibirlo, pero cuando vio que no estaba ahí, se había sentado deprimido en la orilla del pozo, suspirando en silencio y pensando en si el rey estaría feliz cuando le entregara el dado y su corazón. La alegría invadió el rostro de Chen Yu.

Después de esperar por un rato al rey, Chen Yu sintió mucho frío y se dio cuenta de que había olvidado ponerse zapatos y, estaba a punto de regresar a su habitación, cuando escuchó pasos que se acercaban más y más.

Una persona con una apariencia noble había ido averlo.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora