113 Depende de ti

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Se escuchó un estruendo procedente de la puerta del palacio y Chen Yu no pudo evitar dirigir su vista en esa dirección, probablemente, la puerta del palacio había cedido. En ese momento, se comenzó a escuchar el sonido de los caballos y de armas encontrándose, como si quisieran que toda la ciudad lo escuchara.

La gente dentro del palacio estaba incluso más asustada, habían estado a la espera, con la esperanza de que el emperador obtuviera la victoria y los salvara. Ahora, no podían esperar nada más que ser destruidos, salieron de sus escondites y huyeron desesperados. Habían escuchado que el Rey de Zhen Bei ni siquiera parpadeaba en el campo de batalla y no le perdonaba la vida a nadie, no querían convertirse en fantasmas bajó esas espadas.

"¡Mátenlos!"

Después de una hora, la batalla había pasado del campo de batalla al palacio, como el emperador había concentrado a su guardia en la torre, el palacio estaba completamente desprotegido y el Ejército del Rey de Zhen Bei invadió completamente el palacio.

Las concubinas y eunucos fueron rápidamente rodeados por los soldados del rey antes de que pudieran escapar, parecía un círculo de ejecución, estaban completamente aterrados incluso para intentar huir.

La Familia Imperial, el príncipe heredero y algunos personajes distinguidos habían sido transferidos fuera del palacio el día anterior al ataque. Los demás, tenían un único destino.

El Rey de Zhen Bei apareció afuera del Templo Jin Luan sobre su caballo negro, estaba bañado en sangre humana y su armadura se había convertido en un abrigo de sangre. La sangre era de los soldados de la Dinastía Jing e incluso su caballo estaba empapado en ella. El rey parecía un Raksha personificado, resoplando con ira y Song Qing le seguía detrás mirando en todas las direcciones, buscando a una persona.

"Tú, ve a la pagoda, ayuda a este rey a recuperarlo y ¡no te permito que sufra ningún daño!"

La orden de Jun Xuan Xiao fue dirigida a Song Qing, quien inmediatamente aceptó las ordenes y cabalgó hacía la pagoda.

"¡Song Qing! ¡Eres hombre muerto!" Detrás de Song Qing había un esclavo con una figura sugestiva, montando un caballo débil, el rostro de Hong Lian estaba pálido por el esfuerzo de tratar de mantener el paso de Song Qing.

"He recibido la orden de Su Alteza y ¡no tengo tiempo para esperarte!" Song Qing habló con indiferencia y añadió. "Te dije que no me siguieras, ¿hace cuantos días que aprendiste a montar a caballo?"

Hong Lian hizo un gran esfuerzo para fingir una sonrisa y dijo de manera desvergonzada. "Sabes que este esclavo no es bueno montando a caballo, solamente es bueno montando hombres, ¿podrías ir más despacio?"

Song Qing lucía incómodo y le dijo. "No es como que yo te hubiera pedido que vinieras a la capital con el Ejército de Zhen Bei."

"Cierto, no tienes conciencia, pero cuando este esclavo salvó a tu concubina, causó que su hogar sufriera esa calamidad. El establecimiento Qin Hua ha desaparecido, ¿dónde esperas que este esclavo se asiente?" Hong Lian se quejó ofendido.

"Afortunadamente cuando esos bandidos quemaron el establecimiento Qin Huai, éste esclavo se salvó porque estaba en el Palacio del Rey. De otra manera, aunque hubieras querido ver a este esclavo, yo ya no querría verte."

Song Qing volteó a ver a Hong Lian que se estaba limpiando las lágrimas, secretamente fingiendo de nuevo.

"El rey te ha malcriado, tampoco te avergüenzas de ser desvergonzado y descarado en el palacio."

EL loto rojo realmente dejó de llorar y sonrió alegremente diciendo. "A este esclavo no le importa, este esclavo lo salvó y debes estar agradecido. Este esclavo no tiene familia y ahora depende de ti, ¡debes hacerte cargo de este esclavo!"

Song Qing se había quedado sin aliento, había peleado todo el camino con Hong Lian, desde el Palacio del Rey hasta la capital. Nunca le había podido ganar, la clave era que el rostro de Hong Lian era de acero y no conocía lo que era la vergüenza.

La pagoda estaba cerca y Song Qing dejó de hablar con él.

Cuando el Ejército de Zhen Bei entró por la puerta del palacio, muchos soldados y caballos se habían dispersado dentro del palacio y, aunque no habían matado indiscriminadamente, la escena era aún terrorífica. La gente del palacio estaba hecha un desastre pero ninguno había irrumpido en la pagoda, ni el ejército del norte ni la guardia del palacio habían puesto un píe adentro.

Chen Yu vio a una muchacha, de aproximadamente veinte años, llorando a los pies de la pagoda. Al verla mirándolo, pensó que probablemente se había separado de su familia. Chen Yu temía que fuera lastimada por los soldados, por lo que la ayudó a entrar en la pagoda.

La muchacha llevaba ropas lujosas, probablemente era alguien con un estatus de realeza, pero Chen Yu la miró mientras lloraba y le trajo una taza de té para ayudarla a calmarse. Ella se encogió hacia un lado y la bebió, calmándose un poco.

"Yo soy la princesa Yaojia, tú me salvaste. Le diré a mi padre, el emperador, que te de una recompensa."

La princesa era orgullosa pero seguía teniendo un aire infantil. Ahora que el palacio había caído, era imposible decir donde estaba el emperador.

Chen Yu negó amablemente con la cabeza, ella probablemente no podría entenderlo si él intentaba hacerle gesticulaciones.

Parecía que la princesa había pensado en algo. La persona enfrente de ella era claramente un hombre pero lucía más atractivo incluso que una mujer, era mudo y vivía en la pagoda. ¿Quién más podría ser sino el demonio legendario? La cara de la princesa cambió inmensamente y apuntó a Chen Yu con miedo y desagrado. "Tú, ¡tú eres ese demonio! ¡No te me acerques!"

Chen Yu estaba sorprendido, en los últimos días, a parte del emperador, nadie se atrevía a comunicarse con él. En el palacio lo trataban como si fuera la plaga, pero no esperaba que incluso una muchacha joven lo evitara de esa forma.

"¡Realmente eres ese demonio! Tú fuiste el monstruo que mató a mi tercer hermano y ¡confundiste a mi padre el emperador!" La princesa le gritó con odio. "Tanta gente ha muerto en el palacio y ¡todo es tu culpa! ¡¿Por qué no simplemente te mueres monstruo?! ¡Muérete!"

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora