49 Casa de oro

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"No conoces a Dairou como yo la conozco, te ha amado por tantos años, es inevitable que no lo pueda soportar. Estas siendo tan romántico con la concubina, Dairou no está pidiendo tanto, sólo que pases con ella una noche."

El rey levantó la mirada y se empinó el tarro completo de vino, riéndose. "Sabía que venías a actuar de intermediario."

"Hermano no nos hemos visto desde hace tanto tiempo, no hablemos de asuntos de gobierno, ¿podemos charlar simplemente?"

Los ojos del emperador lo fulminaron con la mirada, se inclinó para agarrar un plato de comida, pero falló dos o tres veces.

"Xuanxiao, no es que quiera intervenir en tus asuntos privados. Después de todo, Dairou es tu esposa legítima y la Princesa Imperial, es muy delicada y costosa. Si realmente la mandas de regreso, ¿cómo quedaría ella? ¿Cómo podría soportar ese tipo de humillación? Incluso yo me siento avergonzado. Pobre de mí, como hermano mayor no tengo ninguna forma de disciplinarla. Ve cómo te fue a ti. Si puedes aguantar a tantas concubinas y mascotas masculinas, ¿por qué no te puedes quedar con ella también?"

El rey no le contestó y continuó sirviéndose vino tarro tras tarro.

El emperador sabía cómo era su forma de pensar y decidió no seguir presionándolo. Incluso aunque era el emperador, si se pusiera a ordenarlo, estaba seguro que no solamente no conseguiría hacerlo cambiar de opinión sino que además la amistad entre los dos quedaría completamente destrozada.

"No digas más, no digas más." El emperador lanzó una mirada alrededor y pregunto. "Está bien si dejas a Dairou encerrada, pero he viajado miles de millas y me habías pedido que consagrara la vida de una concubina, ¿qué hay con esta nueva Concubina Imperial? ¿Por qué no la he visto por ningún lado?"

Las manos del rey se detuvieron.

"Ha estado débil y enferma de nuevo estos días, así que le ordené que se quedara en su residencia para que no se resfriara."

"Je, je, je, una casa de oro para ella sola." El emperador lo miró con una sonrisa cálida. "No sé qué tipo de belleza sea, pero ni siquiera eres capaz de dejar a este espíritu romántico salir y conocer a otras personas."

"Tonterías." Regañó el rey.

"¿Son tonterías? Dairou me dijo todo acerca de ella en la carta. Tu Concubina Imperial es celestialmente hermosa. Ella dijo que desde que te casaste, no has pasado la noche con nadie más y aún no te has aburrido de ella. Me pediste que la consagrara y lo hice por ti, aunque fue un poco desconsiderado de tu parte."

El emperador seguía hablando en su borrachera.

"Dairou también me dijo que la consientes como si fuera la princesa, sin embargo, ¿es esto correcto? Sé quién eres, pero no te dejes confundir por la belleza. ¿Por qué no la llamas para que pueda ver con mis propios ojos? ¿Ver quien realmente es?"

El rey le dijo con desprecio. "No te gusta el sexo con hombres, entonces, ¿para qué quieres verlo?"

El emperador se había quedado sin palabras y finalmente gritó, aunque era una acción vulgar, cuando él lo hacía aún era agradable a la vista de quien lo viera.

El banquete terminó muy avanzada la noche, el emperador y el rey caminaban apoyándose uno a otro y tropezándose. El rey lo acompañó hasta la Residencia Biqiong y se alejó tambaleándose.

Después de que el rey se marchó, el emperador alejó a sus sirvientes, sus ojos comenzaron a aclararse, se alisó las arrugas de sus ropas y se limpió las manos con una toalla húmeda que una de sus sirvientas le había dado.

'Dejaré a Xuanxiao proteger a esa belleza como si fuera su bebe, solamente quiero echarle una mirada a este perfume, siento demasiada curiosidad.'

"Daré un paseo a solas, quiero bajarme un poco la borrachera."

El emperador movió su mano y despidió a sus sirvientes. Caminó alrededor del Palacio del Rey, admirando las cuevas lunares y sin rumbo fijo, dio muchas vueltas hasta que llegó a la Residencia Shaohua en una de las partes más remotas del Palacio. El lugar estaba en silencio y sin personas cerca. Esta residencia era sencilla y sin pretensiones, bastante diferente al resto del palacio.

"¿Todavía tienes personas cuidándolo? Al parecer no podré verlo hoy, bien Xuanxiao."

Elemperador había visto a los dos guardias y a Song Qing desde lejos, levantó loslabios sonriendo y se alejó con pasos inseguros por el alcohol.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora