121Es como un caniche(狮子狗炸毛)

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Cuando Chen Yu escuchó que su vida podría no ser larga, una nube de lluvia ligera lo invadió e inmediatamente pensó que su vida había sido cortada por Jun Xuan Xiao. No le importaba si tenía un año o meses antes de convertirse en nutrientes para las plantas.

"Eh, ¿no tienes miedo de morir?"

Bian XIV se acercó y lo miró con cuidado, estaba tan cerca que casi podía tocar la punta de su nariz y no podía ver nada más que cansancio en sus ojos brillantes. Chen Yu se alejó incómodo.

"No puedes morir tan pronto." Bian XIV se negaba a rendirse. "Si mueres, ¿dónde más voy a encontrar a un mudo con una enfermedad tan agresiva que necesite de mis conocimientos médicos? Tu padecimiento es tan poco común que no lo voy a volver a encontrar en mi vida. Espera a que encuentre como curarlo antes de que mueras."

Los ojos de Chen Yu brillaron por un instante antes de que se apagaran de nuevo, todo el mundo moría, no importaba si podía hablar o no.

"Mira, aún tienes un poco de esperanza." Bian XIV se sentó en la cama y se inclinó al lado de él, manteniéndose cerca.

"Puedes hablar, ¿no es probable que hayas nacido mudo? Dile a este médico, ¿desde cuándo dejaste de poder hacer sonidos?"

La garganta de Chen Yu se movió un poco, era cierto que podía hacer unos pocos sonidos como huh, pero nunca había podido decir una sola palabra.

Aun así le respondió a Bian XIV gesticulando. "Cuando tenía entre tres y cuatro años, no lo recuerdo."

"Mmm, esa es la edad en la que, comúnmente, los niños aprenden a hablar." Bian XIV le preguntó sobando su barbilla. "¿Debería haber una causa externa?"

Cuando era muy pequeño, Chen Yu no podía recordar mucho, pero vagamente recordaba que había seguido a su madre y a su padre mientras escapaban de las tierras del sur y se desplazaban hacia el norte. Una noche, se habían quedado a descansar en un templo abandonado y su madre le había contado después que un grupo de soldados feroces a caballo los iban persiguiendo. Su madre lo había abrazado y se habían escondido en el sótano del templo, desde ahí había visto como su padre era asesinado por esos soldados y comenzó a llorar por el terror pero su madre le había cubierto la boca y la nariz aterrada. Antes de desmayarse había visto la cabeza de su padre rodar en el suelo sobre ellos y su sangre había caído en sus ojos. Esa imagen enrojecida era lo último que recordaba.

Bian XIV se mordió un dedo y murmuró. "Así que sufriste un trauma y quedaste mudo, este es un caso difícil."

La mayoría de los tipos de mudez provenían de un problema en la garganta, tal vez en algún momento mejoraría, pero si llevaba una mala vida, el efecto de la medicina sería muy pobre.

Bian XIV estaba inmerso en sus pensamientos y el cuarto quedó en silencio.

"Médico Bian."

Una sirvienta sostenía la puerta con una mano y en la otra llevaba un contenedor de comida.

"Esto ha sido enviado por alguien afuera del palacio que dijo que estos dulces eran los favoritos del médico Bian."

Bian XIV levantó las cejas, saltó fuera de la cama, se puso los zapatos y corrió a abrir la caja de comida. Adentro había pastel de nuez, pastel de gofré y otro tipo de postres, también había un tazón de sopa de raíz de loto. Era todo lo que le encantaba comer.

¿Quién sabía sus gustos tan claramente? ¿Quién más podría ser?

"¡A este médico hace mucho tiempo que no le gustan estas cosas! ¡Devuélvelas!"

Bian XIV gritó con intensidad y la sirvienta se sorprendió, cerró rápidamente el contenedor, y estaba a punto de irse pero Bian XIV la detuvo.

"¡Hey!" El médico dudó por un momento y le preguntó. "¿Quién es la persona que envió esto? ¡¿Por qué no vino a entregarlo en persona?!"

La muchacha respondió. "Dijo que tenía prohibido entrar al palacio y que no podía verlo antes de retirarse."

"¡Pretendiendo ser un fantasma! ¿Quería hacer enojar a este médico con un paquete de comida? ¡No hay puertas! A menos que venga en persona." Bian XIV gritó. "No, incluso aunque venga en su carroza más lujosa, ¡no lo voy a recibir! ¡Simplemente ve a decírselo!"

La sirvienta estaba un poco asustada, tembló y le pregunto. "Entonces, la caja de comida, médico Bian..."

"¡No! ¡Dáselo de comer a los cerdos!"

Bian XIV apretó los dientes mientras veía a la muchacha retirándose con la comida y se apresuró a arrebatársela de las manos.

"¡No hay cerdos en el palacio!"

Bian XIV dijo su excusa y se metió un pastel de nuez dorado en la boca, masticando bruscamente, como si estuviera devorando la carne de la otra persona.

"¿Quieres probarlos?"

Bian XIV se sintió avergonzado y le mostró la caja a Chen Yu.

Chen Yu asintió y tomó una porción para probar, el arroz glutinoso dulce y suave estaba delicioso, nunca antes había probado un postre tan rico.

"¿Esta delicioso?" Sin esperar por la respuesta de Chen Yu, Bian XIV habló con orgullo. "Son del restaurante que era mi favorito cuando era niño. El viejo quiere disculparse, por eso usó estos postres, recuerda que es lo que me gusta comer. Pfff."

Chen Yu observó su expresión delicada, aunque su boca estaba apretada y tenía un aura de enojo violento, aun así había una pequeña muestra de dulzura.

Chen Yu se sintió alegre, no sabía quién era la persona de la que hablaba Bian XIV pero parecía como un caniche en cuanto hablaba de esa persona, la mayoría de la gente reaccionaba así cuando tenían personas que atesoraban en su corazón.

Eso estaba bien.

Chen Yu sentía envidia, aunque estaban peleados, se preocupaban el uno por el otro. Pero, él y Jun Xuan Xiao, cada vez que se encontraban, se alejaban más y más, y cada momento que estaban juntos era una tortura para los dos.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora