99 Reencarnación

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Había un olor muy fuerte a medicina dentro del Templo Jiao Fang, lo que irritó la nariz de la concubina Chen e hizo que su lengua supiera amarga. Se cubrió la nariz con una mano, frunció las cejas y entró.

En el salón principal, había varios jarrones de medicina que borboteaban al fuego y sus tapas oscilaban por el vapor. Había muchas sirvientas bastante ocupadas, incluso la emperatriz Jiang sostenía una preparación de medicina en las manos, analizando unas recetas.

"Esta concubina ha venido a visitar a la emperatriz."

La emperatriz agarró un puñado de medicina y lo puso sobre una balanza, sus cejas estaban estrechamente apretadas, estaba ansiosa y acalorada por el fuego de varias estufas. Un olor fragante se desprendía de su frente.

"No vez como están las cosas, ¿no puedes relajarte en paz en estos días?"

La concubina Chen suspiró. "La concubina estaba preocupada por Su Alteza Real el tercer príncipe, cuando piensa que está sufriendo enfermedad, esta concubina no come y no duerme bien. Desearía estar enferma en lugar del tercer príncipe. Esta concubina ha venido a visitarlo, pero tendrá cuidado de no alterarlo."

"Bueno, gracias."

La emperatriz Jiang escuchó sus palabras consideradas y su humor originalmente ansioso e irritable se calmó un poco. Ella no estaba familiarizada con la concubina Chen, sólo había procurado que tuvieran un trato armonioso superficial, si no se arriesgaba a que los extraños dijeran que la emperatriz era cruel.

"¿Esta mejor Su Alteza Real el tercer príncipe?" La concubina Chen sondeó la situación.

"Todos los doctores han ordenado que se cambien las tres prescripciones. Yu-er ni siquiera ha dejado de tener fiebre y tose peor. Anoche tosió sangre."

Mientras la emperatriz hablaba, giró la cabeza para limpiarse las lágrimas en secreto.

La concubina Chen la consoló rápidamente y dijo. "La emperatriz madre no debe preocuparse mucho. Tal vez es culpa de las sirvientas que no cuidaron bien del príncipe. Después de todo, el tercer príncipe tuvo un nacimiento auspicioso."

"Debido a su negligencia, esta emperatriz tomó a Yu-er y lo trajo al Templo Jiao Fang para cuidar de él personalmente. ¡Oh!"

La emperatriz Jiang levantó el rostro, se veía cansada y había un halo negro alrededor de sus ojos. No había dormido por dos noches.

La concubina Chen le preguntó inmediatamente. "Desde que fecha Su Alteza Real comenzó con los síntomas del resfriado."

"Han pasado quince días, medio mes." La emperatriz le contestó casualmente.

"¡Quince días!"

La concubina Chen parecía que estaba pensando en algo, su rostro se contorsionó lleno de terror y gritó.

"Yu-er se acaba de dormir, ¡¿lo quieres despertar de improvisto?!" La emperatriz la regañó en voz baja.

"No, esta concubina se disculpa." Chen Ruofei se veía enferma y parecía estar dudando.

"Si tienes algo que decir, ¡dilo!" La emperatriz estaba impaciente.

La concubina Chen se acercó y dijo. "Esta concubina acaba de recordar que, el hombre que vive en el Pabellón Qilin, coincidentemente llegó el día quince de marzo."

La emperatriz estaba incomoda. "Que se supone que significa eso, ¿dices que él fue el que lastimó a Yu-er cuando llegó al palacio?"

"Esta concubina no se atreve."

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora