98 Amor para la mascota

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Se escucharon unos pasos confusos afuera de la ventana y luego una voz respondió. "Emperador, soy la concubina Chen."

La persona que entró era la verdadera Chen Yu y, aunque habían vivido en la misma residencia, Chen Yu solamente se había atrevido a verla de reojo una vez. En ese tiempo, Chen Yu pensaba que ella era una criatura celestial y no se atrevía a mirarla directamente en lo absoluto.

Después, cuando Chen Yu ya no podía salir del patio por órdenes de su madre, las oportunidades para verla eran mínimas. Después de varios años de no haberla visto, la señorita Chen se había vuelto más esbelta y agraciada. Iba vestida con un vestido rojo ligero siguiendo la moda del palacio, lo que la hacía ver más delicada que una petunia. El título La Primera belleza de la Dinastía Jìng le quedaba a la perfección.

"Chen Jieyu, ¿qué haces escondiéndote afuera?"

Xiao Xiye estaba molestó, los sirvientes no habían dicho nada.

El día del festival de febrero, en el que el dragón visitaba el palacio, el magistrado Chen había sobornado al departamento del palacio encargado de los festivales para que la señorita Chen representara el papel de la diosa de la primavera. Su belleza había sorprendido a todos.

El emperador sabía que el magistrado quería otorgarle a su hija y él necesitaba ganarse la confianza del magistrado para monitorear la ciudad del Rey de Zhen Bei en el norte, así que la consagró como Concubina Imperial y le dio el título Jieyu. Pero para Xiao Xiye eso era trivial, estaba aturdido por toda la situación con el Rey de Zhen Bei, ¿cómo se sentiría afortunado de tener a la Concubina Imperial Chen?

Chen Yu movió su cuerpo ansioso, su nombre original no era Chen Yu.

"Solicito ver al emperador."

La señorita Chen había presentado sus respetos y esperaba que fuera generoso. Ella fue la que había pedido que casaran al esclavo mudo con el rey en su lugar y se había cambiado el nombre a Chen Ruofei.

"Esta concubina no se estaba escondiendo, ha venido especialmente a ver a su viejo amigo. Esta concubina sabe que Chen Yu es muy tímido y asustadizo, así que les he pedido específicamente a los sirvientes que no dijeran nada. Nunca pensé que el emperador estaría aquí."

"¿Viejo amigo?" Xiao Xiye sonrió con sospecha. "Te refieres a tratarlo como a un fantasma y ¿enviar a este pequeño sirviente al Palacio del Rey en tu lugar?"

La concubina Chen palideció y se arrodilló en el suelo rápidamente. Resultaba que el emperador ya había investigado a fondo ese asunto, con la reputación del Rey de Zhen Bei, ninguna mujer se atrevía a casarse con él.

Sin embargo, la concubina Chen era una persona motivada por el pensamiento y era capaz de decir algo a tiempo considerando el cambio de situación.

"Esta concubina sabía que lo que había hecho estuvo mal, pero si no fuera por las acciones de esta concubina, Chen Yu nunca hubiera conocido al emperador y no se habría vuelto su huésped. Así que, aunque el yin y yang estuvieron mal, la relación fue destinada por Dios."

Xiao Xiye sabía que ella era muy hábil con las palabras y, aunque era una sutileza, no estaba molesto. Ciertamente, como ella había dicho, si Chen Yu no hubiera sido enviado al Palacio del Rey de Zhen Bei, Xiao Xiye no lo hubiera conocido.

"Así que, ¿esperas una recompensa por tus logros?"

La concubina Chen agachó la cabeza. "Esta concubina no se atreve."

Xiao Xiye se rio ligeramente. "No tienes que arrodillarte, te entiendo. Xuanxiao es famoso y casarse con él es el equivalente a morir, fuiste forzada a tomar esa decisión."

La concubina Chen levantó los ojos sorprendida, su gratitud se desbordaba y era incapaz de expresarlo con palabras.

"Emperador."

Xiao Xiye no volvió a mirarla y se volteó a preguntarle a Chen Yu. "Yu-er, habías pasado toda tu vida en la Residencia del Magistrado Chen, ¿acaso ella te molestó alguna vez?"

Chen Yu negó con la cabeza, eran muy pocas las ocasiones en que había visto a la señorita Chen, ni pensar en que lo molestara.

"Eso está bien." El emperador habló suavemente. "En el futuro, no importa donde estés en el palacio o quien te moleste, yo los castigaré por ti."

Chen Yu desvió la mirada. Este tipo de afecto, que se sentía como caridad, lo había tenido una vez y al final no tenía valor, ya no lo tentaba.

Xiao Xiye vio que la respuesta de Chen Yu era fría y se sintió un poco perdido, pero no estaba desanimado.

La concubina Chen vio la indulgencia y el cuidado en los ojos de Xiao Xiye y se sintió celosa. Aunque había bastado con que el emperador viera directamente el rostro de la señorita Chen una vez para que la consagrara con el título Jieyu, que significaba hermosa, él casi nunca la miraba. Su belleza, que era muy famosa, era incapaz de compararse con este tipo de corazón enamorado.

Afortunadamente, ese mudo que la conocía bastante, no se había atrevido a decir nada.

En la residencia del magistrado, la señorita Chen se sintió molesta desde la primera vez que había visto a ese pequeño mudo, pero no había pasado nada más. Pero como este sirviente era tan atractivo, aunque la belleza de la señorita Chen era alabada desde que era pequeña, había sido opacada por un esclavo mudo. ¿Cómo se iba a sentir feliz?

En especial, esos esclavos lujuriosos, que con tal de molestarlo habían peleado en la residencia. Bajo las órdenes de la señorita Chen, su madre había sido golpeada y había ordenado que encerraran al esclavo mudo en el cuarto de leña sin permiso de salir para que no influenciara a los otros esclavos.

De esa manera, ella, la primera belleza de la Dinastía Jìng, aseguraba su posición como la más hermosa.

"Emperador, cuando usted me preguntó al respecto esta concubina había olvidado todo el asunto. Esta concubina sabía que Chen Yu ha estado débil y con frío, he traído este calentador de mano especialmente para él. Esta concubina lo trajo desde su casa, pero está dispuesta a dejarlo ir, seguramente el amo Chen Yu puede utilizarlo, aunque sea una cosa vieja."

"Bueno, déjalo ahí." El emperador agitó las manos como si estuviera espantando unas moscas.

Las pestañas de la concubina Chen se agitaron y se negaba a retirarse.

La concubina Chen era una mujer alegre que solamente quería pasársela bien y sabía engañar a la gente. Ese esclavo mudo se había convertido en su sustituto, pero no había muerto entre las piernas del rey de Zhen Bei. Después, había sido rescatado por el emperador y llevado al Palacio Imperial. Ahora, repasando todo lo que había pasado y viendo la apariencia enamorada del emperador, la concubina Chen se sentía más incómoda.

¡¿Podría ser que este mudo había sido enviado por Dios para humillarla?! ¡Debía tratar de ser astuta!

Laconcubina Chen salió del pabellón Qilin y se apresuró hacia el Templo JiaoFang.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora