151Escuchando a escondidas(听墙角)

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Cuando Chu Ling fue a visitar a Chen Yu, en lugar de usar el uniforme oficial coreano, se había puesto una bata color azul cielo con bordes dorados bordados y una corona de jade en la frente, que era la ropa típica del Clan Chu. Su cuerpo delgado era alto, casi de la misma altura que Jun Xuan Xiao, pero no tan corpulento, tenía los hombros más angostos y su elegancia era como la de un bambú.

"Su Excelencia, su conjunto ha estado fuera de moda por mucho tiempo."

Jun Xuan Xiao habló con desdén, no se había fijado en la apariencia de Chu Ling pero, con las ropas que llevaba en ese momento, había ganado una imagen elegante. Cuando el rey pensaba que se había vestido de esa forma deliberadamente porque iba a ver a Chen Yu, su boca se ponía un poco amarga. Realmente estaba llevando a otro hombre a ver a Yu-er, nunca lo habría pensado, y no pudo evitar levantar el pecho y procurar sobresalir al lado del otro hombre. Pero, después de todo, él había accedido y parecía mezquino arrepentirse de improvisto.

Chu Ling no parecía darse cuenta de la hostilidad del rey y le dijo sonriendo. "Es costumbre usar las ropas del Clan Chu debajo de cualquier otras, Su Alteza no debe sorprenderse."

"Pfff"

El rey tarareó, ¿por qué era tan extraño? Aunque el temperamento de Chu Ling era realmente bueno, él estaba más confiado en sí mismo. Jun Xuan Xiao se bajó del caballo negro de un salto, viendo desde lejos que Chen Yu estaba parado afuera de la residencia esperando y el rey levantó las cejas ligeramente. Probablemente tenía muchas ganas de ver a sus parientes, los ojos de Chen Yu brillaban y estaba de muy buen humor. La palabra emoción estaba casi escrita en su rostro.

Los ojos de Chen Yu estaban fijos en Chu Ling, ni siquiera había volteado a ver a Jun Xuan Xiao, y le gritó. "¡Yu-er!"

Aun no lo miraba a él.

Las cejas de Chen Yu siempre estaban estiradas con un aire de preocupación pero, ahora que miraba a Chu Ling, su actitud era cordial. Realmente la sangre era más espesa que el agua y su parentesco aumentaba su buena voluntad. Tal vez, realmente anhelaba demasiado por sus parientes.

De todos modos, el abusador realmente no le había mentido esta vez.

"¿Te llamas Yu-er?"

El tono de voz de Chu Ling era amable y estaba honestamente feliz de ver a Chen Yu.

Chen Yu asintió, Chu Ling le sonrió amablemente y se acercó para acariciarle el cabello con un cariño fraternal.

"Claramente eres un descendiente del Clan Chu. Yu-er eres realmente hermoso, incluso entre todos los del Clan Chu, eres absolutamente único. Al menos yo nunca he visto a nadie que sea más atractivo que tú en el mundo entero. Mi nombre es Chu Ling, tu madre era mi tía, puedes llamarme hermano."

Chen Yu no habló, aunque sentía que Chu Ling era amable, después de todo era un extraño que acababa de conocer y se sentía avergonzado de hablar. Jaló la manga de Chu Ling y le hizo señas para que entraran a la residencia.

Jun Xuan Xiao le había dicho a Chu Ling que Chen Yu había aprendido a hablar poco tiempo atrás y, si no era alguien conocido, no hablaría. Por lo que Chu Ling no estaba sorprendido y avanzó para mantenerse a su paso.

Siendo ignorado completamente por Chen Yu, el rey se quedó atrás solo, sentía que se quemaba por los celos y la mirada de sus ojos era asesina.

Chen Yu y Chu Ling se sentaron uno frente al otro y Jun Xuan Xiao se acomodó al lado de Chen Yu, lo más cerca posible. Chen Yu lo miró de reojo, un abusador iba a ser siempre un abusador, su trasero era tan grande que ocupaba más de la mitad del cojín y Chen Yu se alejó de él.

"Yu-er, tu casa es muy bonita, tranquila y aislada." Chu Ling miró a su alrededor y alabó sinceramente.

Jun Xuan Xiao sonrió y levantó su taza de té, le había dado a Yu-er la mejor residencia para que la disfrutara.

"¿Tu padre y tu madre..." Chu Ling le preguntó suavemente.

La expresión de Chen Yu era apagada y contestó tranquilamente. "Están muertos."

Jun Xuan Xiao casi escupió su té. Había estado esperando por tanto tiempo, convenciéndolo y engañándolo, para que Chen Yu le respondiera una palabra al fin. Pero este pariente suyo, al que no había conocido por más del tiempo que tomaba beber media taza de té, ya había logrado abrir el corazón de Chen Yu. ¡Dos palabras enteras! Antes sólo tenía que preocuparse por Bian XIV pero ahora, ¿de Chu Ling también?

"¿Pero tienes otros hermanos o parientes cercanos?" Chu Ling siguió preguntándole.

Chen Yu negó con la cabeza y dijo. "Desde que mi madre murió, sólo quedo yo."

Jun Xuan Xiao miró fijamente a Chu Ling con ojos como lobo y aventó una semilla en su boca, masticando con fuerza, como si estuviera masticando sus huesos.

"Su Alteza." Chu Ling no pudo evitar decirle. "Quisiera hablar unas pocas palabras con Yu-er, ¿podría retirarse por un momento? Si no se siente cómodo con la situación, puede quedarse cerca de la puerta."

El rey golpeó la mesa con sus manos y, aunque había controlado su fuerza, la tapa de la tetera se cayó. Apunto de enojarse, el rey vio que Chen Yu lo estaba mirando con disgusto, el enojo de Jun Xuan Xiao se apagó como si hubiera sido cubierto por arena y se obligó a controlarse.

"Yu-er, ¿quieres hablar con él a solas?" El rey le preguntó.

Obviamente, Chen Yu asintió. Desde que habían entrado a la habitación era como si hubiera tambores y gongs, el rey era como un bisonte y no los dejaba hablar en paz. Jun Xuan Xiao respiró y se tragó el enojo hasta el estómago con mucho esfuerzo, aguantando las ganas de aventar a Chu Ling afuera de la residencia, había jurado que respetaría los deseos de Chen Yu y ya no sería arbitrario.

"Bueno, si necesitas algo, sólo llama a este rey." Jun Xuan Xiao se levantó y salió del cuarto.

Cuando cerró la puerta, sus ojos estaban llenos de furia y podría haber despedazado a Chu Ling en ese momento. No se fue, quería escuchar que tipo de cosas le quería decir a Yu-er.

"Su Alteza..." Un sirviente pasó a su lado y, viéndolo inclinado con la oreja pegada a la puerta, no podía creer que alguien tan imponente como el rey pudiera estar escuchando conversaciones ajenas escondido detrás de una puerta.

Jun Xuan Xiao le lanzó una mirada y se enderezó con las manos a los lados.

"Cof cof...Este rey..." Jun Xuan Xiao estaba enojado y tardó en responderle. "¡Lárgate! Lo que este rey haga, ¡¿por qué tiene que explicárselo a alguien como tú?!"

"Si, si."

El sirviente estaba tan asustado que sus piernas se ablandaron y se alejó lo más rápido que pudo, llevándose su gran caballo negro.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora