79 Desprecio de lo que uno más añora I

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Chen Yu caminó enérgicamente, casi corriendo, hasta el estudio del rey donde le dijeron que había ido al Pabellón Bingxin. Lo que sostenía en sus manos sonaba un poco mientras se agitaba, pero Chen Yu lo escuchaba claramente, su corazón latía como el de un conejo por la emoción.

Chen Yu no conocía bien el palacio, cuando finalmente encontró el Pabellón Bingxin, estaba empapado en sudor. Jadeaba muy rápido y el aire helado entro en sus pulmones, le dolía y comenzó a sofocarse.

El rey estaba en el pabellón concentrado en una mesa con arena, esa mesa simulaba un mapa.

Al escuchar los pasos apresurados de Chen Yu, el rey frunció el entrecejo y soltó unas banderas que tenía en la mano.

"¿Song Qing está cuidando bien de ti? ¿Cuándo te permitió este rey andar corriendo por el palacio?"

Chen Yu sabía que no debía correr alrededor en contra de los deseos del rey, pero como no quería verlo, solamente había podido encontrarlo de esa manera.

Chen Yu se acercó al rey.

"Tengo algo para ti."

Chen Yu repitió sus gesticulaciones porque por el cansancio y los nervios estaba siendo incoherente.

El rey no sabía que podía ser, levantó la ceja con elegancia, él era el único que le había dado regalos a Chen Yu. ¿Qué podría darle? ¿Qué cosa merecía que el viera? ¿Su cuerpo? Ya era suyo y, después de que fue profanado por el emperador, ya no lo quería nunca más.

Chen Yu tomó la mano del rey y colocó solemnemente un pequeño cubo en la palma, después lo empujó enfrente de los ojos del rey, tenía los ojos llenos de esperanza.

Era como si dijera, mira, este es mi corazón, no me gusta el emperador, tu nombre es el que está grabado en el frijol rojo.

Chen Yu no podía esperar a probar su valía con este modo infantil, así como los frijoles del dado eran de un rojo brillante, así era su corazón sincero.

El rey sostuvo el exquisito dado y sólo lo miró. El jade blanco del dado estaba esculpido en pequeños cubos, que estaban unidos con un hilo rojo, si no se observaban los frijoles con detalle no se podía ver las letras.

"¿Qué quieres decir?"

La orilla de la boca del rey estaba llena de burla, le parecía ingenioso aventar el dado y jugar con él.

Chen Yu se sintió desilusionado y entró en pánico. Si, esta es la tradición de mi tierra natal, Yunmeng. El territorio del norte estaba a miles de millas de Yunmeng y era lógico que el rey no supiera de esta tradición.

"Mi madre me dijo que la gente en nuestro pueblo grababan el nombre de la persona que aman..."

Chen Yu gesticulaba enérgicamente, sin embargo, por un largo tiempo, su lenguaje de señas no era preciso. Entre más ansioso se ponía, era más probable que fuera torpe y confuso, la mitad de lo que decía no se entendía.

'Mierda.'

El rey no tenía la paciencia para verlo bailar.

"Este tipo de tonterías infantiles, a este rey no le gustan y no le sirven para nada."

Aventó el dado por la ventana, cayó en la nieve y desapareció.

La sonrisa forzada de Chen Yu se quedó congelada en su cara y sus pupilas se encogieron. Mientras el dado caía, era como si él también hubiera caído de un edificio alto.

De repente, se dio la vuelta y corrió por las escaleras que salían del pabellón. Se tropezó y su codo perdió un pedazo de piel, pero no le importó en lo absoluto, corrió hacia la nieve como un loco, ridículo y avergonzado.

La mente de Chen Yu estaba en blanco, sólo quería recuperar el dado, pero era casi del mismo color que la nieve y la pequeña parte roja del dado estaba cubierta. Era imposible encontrarlo a primera vista.

Chen Yu estaba ansioso, arrodillado y escarbando enel suelo buscándolo, sin pestañear, por miedo a perderlo en una mirada. Susmanos delicadas abrían la nieve, pero era difícil buscar pulgada a pulgada.

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora