Después de un tiempo, Hong Lian salió de la habitación arrastrando a Bian XIV a un lado.
"¿Le diste un afrodisiaco ese día?, ¿Alguna medicina?"
El tono de voz entrecortado de Hong Lian era bastante cortés mientras le hablaba.
Bian XIV levantó las cejas y le preguntó. "¿Cómo lo sabes?"
Aunque el loto rojo era un desvergonzado, recordó haber estado en las nubes y la lluvia con Song Qing en la noche y se ruborizó.
"¡No te preocupes por cómo se enteró este esclavo!"
"¡Lo sé!" Bian XIV cayó en cuenta de pronto y dijo. "Dije que ¿cómo puede, un zorro como tú, lucir tan radiante y lleno de energía hoy? Hay hombres que lucen nutridos después de la octava ronda y caminan frívolamente."
"¿Es tan obvio?" Hong Lian habló con sorpresa.
El médico resopló y le dijo. "No quieres pensar en lo que este médico sabe, ¡me doy cuenta incluso que te has revolcado varias veces!"
Hong Lian resopló con desprecio y, en lugar de avergonzarse, sonrió orgullosamente y le dijo. "¿Envidia? ¿Estás tan deseoso que podrías plantar árboles?"
"¡Qué asco! ¡Desvergonzado!" Bian XIV lo miró de reojo y lo regañó. "¿Crees que eres lo suficiente para venderte a este médico?"
"Tengo demasiada flojera para pelear contigo, este esclavo te da la razón, tiene el cuerpo y el trasero cansado. Incluso en el establecimiento Qin Huai, no podía ser mejor que ahora, ojalá algún día puedas probar la alegría que siento, me temo que estarás más enamorado que este esclavo."
El loto rojo agitó la mano y preguntó. "¿Tienes más de esa medicina?"
Bian XIV abrió la boca y lo regañó. "¿No conoces la palabra restricción? Ten cuidado de que te rompan esa flor, ¡no estaría feliz de tener que curarte!"
Hong Lian le contestó con impaciencia. "No te preocupes por eso, ¡este esclavo pagará la cura con su dinero!"
Bian XIV siguió regañándolo y le dio un paquete.
"Tómatelo con calma." El médico le dijo con desprecio. "Por esta vez no te cobraré, ¡guárdalo para pagar la curación de esa flor en el futuro!"
El loto rojo se guardó el paquete en las ropas y caminó alegremente hacía la entrada del palacio tarareando una pequeña canción.
"Debes ser feliz en la vida, la, la, la."
La brisa de la noche apagó la luz de la vela del dormitorio, Jun Xuan Xiao tenía la cabeza enterrada en los asuntos políticos que se habían acumulado en los últimos dos días y, de vez en cuando, volteaba a ver a Chen Yu. Antes, solía poseerlo todo el tiempo, pero no sabía cómo atesorarlo, ahora le bastaba con verlo a su lado para sentirse muy satisfecho.
Cuando el médico se iba a retirar, Chen Yu se agarró de su manga de mala gana, haciendo que Jun Xuan Xiao se sintiera más triste pensando que Chen Yu prefería confiar en otra persona para evitarlo. Después de que Hong Lian Y Bian XIV se fueron, Chen Yu permaneció en silencio y sin importar cuanto Jun Xuan Xiao le hablara, él se negaba a decir algo. El rey no se atrevía a forzarlo y el médico le había dicho específicamente que Chen Yu no debía ser estimulado en lo absoluto, si existía la posibilidad de que bajara la guardia algún día, no había otra forma más que agradarlo cien veces.
"Yu-er, solía gustarte que este rey te enseñara a escribir. Mira, estos son nuestros nombres que este rey escribió para ti, no está dispuesto a separase de ellos, siempre los trae en su persona."
Jun Xuan Xiao sacó ese tesoro y se lo presentó a Chen Yu, él los miró de reojo rápidamente y volvió a concentrarse en el libro que estaba leyendo. Los ojos del rey se obscurecieron y murmuró de nuevo, sabía que estaba diciendo puras tonterías pero no podía evitar sentirse afortunado. ¿Qué tal que Chen Yu le respondería en algún momento?
"Yu-er, mandé poner un altar para tu madre en la habitación de al lado, si la extrañas, no tienes que salir del palacio para visitarla."
"Yu-er, ¿te gustó la sopa de almeja de nieve de hoy? No comiste ni la mitad, mañana no puedes ser tan exigente."
Jun Xuan Xiao no sabía cuánto tiempo había estado hablando solo pero cuando volteó a ver a Chen Yu de nuevo, se dio cuenta que se había quedado dormido y aún sostenía a medias el libro en sus brazos, acurrucado hacia un lado como un pequeño gato. Caminó hacia él despacio, lo cubrió con la manta y le cambió la venda de la mano, contuvo el aliento temiendo que Chen Yu se escondiera de él si lo despertaba. Sólo ahora que Chen Yu estaba dormido, se podía acercar a él. El rey se inclinó sobre la cama para ver más de cerca a Chen Yu, sus cejas y sus labios. En el pasado, Jun Xuan Xiao sólo pensaba que era muy atractivo pensando en cómo invadirlo para poseerlo, incluso por diversión lo había destruido ruda y desalmadamente. Había dejado una marca indeleble en él y hasta ahora se daba cuenta que su bondad merecía ser protegida, no era una exageración sentirse arrepentido porque no había otra persona como él en el mundo. Jun Xuan Xiao se lamentaba no haberse dado cuenta de eso hasta ahora.
Estirando el metacarpo ligeramente deformado de la mano izquierda de Chen Yu, sus ojos se cerraron y apretó los dientes, ¿cómo había sido capaz de romperle la mano?
"Yu-er, lo siento, si hiciera que pudieras deshacerte del odio que sientes por mí, ¡me rompería los huesos! Esperaré y esperaré hasta que quieras verme de nuevo."
Jun Xuan Xiao sentía amargura en el corazón y cubrió gentilmente los labios de Chen Yu. Este era el beso más suave que había dado en su vida, duró solo un momento, pero había sido el momento más satisfactorio para él porque había podido sentir el calor corporal de Chen Yu, su aroma. Realmente era afortunado.
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El Amante Mudo (Parte 1)
RomanceCuando el Rey de Zhen Bei se casa con la supuesta hija del Magistrado Chen no esperaba que conocería a la persona que lo haría cambiar sus ambiciones y planes. Después de perderlo todo, ¿qué estará dispuesto a hacer para recuperarlo? Traducción al e...