111 Palabras brillantes

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Xiao Xiye volvió los ojos, aparentemente en conflicto.

La concubina estaba muy feliz, sabía que el emperador se sentía culpable por la muerte del tercer príncipe y sus palabras, que habían añadido más leña y vinagre, facilitarían que el emperador considerara los rumores sobre el demonio.

"Emperador, la madre de esta concubina murió con los mismos síntomas del tercer príncipe. Ella falleció el día que Chen Yu nació." La concubina habló con cautela. "Esta concubina no entendía del todo, ¿el emperador quisiera llamar al supervisor de la Prisión Qin Tian?"

Las palabras de la concubina le recordaron al emperador que había ordenado que se mandara llamar a gente de la prisión Qin Tian para velar al tercer príncipe.

"Te estoy preguntando, acerca de que la Estrella demonio ha estado inquieta últimamente, ¿este tema puede ser tomado en serio? ¡No te permito que me mientas!"

El supervisor vestía una túnica decorada con una estrella y se arrodilló en el suelo para contestar.

"Este ministro lo reportó al emperador hace más de medio mes. Ciertamente, la Estrella Demonio floreció y se acercó a la Estrella Chen, esto significa que la Estrella Demonio había entrado a la capital. Pero el emperador no lo creyó y corrió a este ministro, ahora el tercer príncipe ha fallecido y es evidencia suficiente para demostrar que el desastre ha comenzado a cumplirse."

Xiao Xiye estaba sentado en el Trono del Dragón y permaneció en silencio por mucho tiempo, sosteniendo su frente mientras pensaba profundamente.

"En este caso, ¿cómo podemos evitar el desastre?"

"La forma más rápida y mejor sería encontrar al demonio y ¡matarlo! El desastre naturalmente morirá con él. Pero..." El supervisor vio el rostro helado del emperador y dijo. "Si el emperador realmente se niega a hacerlo, se puede intentar reprimirlo con objetos poderosos."

Xiao Xiye le preguntó con impaciencia. "¿Cómo lo podemos suprimir?"

"Por ejemplo, se podría construir una pagoda en el palacio, dejar que los monjes mantengan la estatua de Buda iluminada todo el tiempo y, tal vez, eso suprimiría a los espíritus malignos de la Estrella Demonio."

"¡Sólo háganlo!" Xiao Xiye ni si quiera lo pensó y ordenó inmediatamente. "Destino cien mil monedas de plata, ¡pueden comenzar a hacerlo inmediatamente! En menos de medio mes, quiero ver una nueva pagoda en el palacio, si no pueden hacerlo, ¡aterrizaran en el suelo!"

El supervisor estaba aterrado y sudaba frío, no quería perder la vida.

La concubina Chen escuchaba con ansiedad y preguntó. "Emperador, el primer método es realmente imprescindible, estamos hablando de la Corte de la Dinastía Jing después de todo."

"¡Cállate!"

Xiao Xiye miró a la concubina con desprecio sin siquiera regañarla y se apresuró al Pabellón Qilin.

La concubina Chen se mordió los labios, ofendida, pisoteó con los pies resentida y volteó a ver al supervisor.

Después de pensarlo por mucho tiempo, había decidido añadir la medicina para acumular calor a la preparación médica del tercer príncipe, Esto lo hizo toser sangre y que la enfermedad empeorara, finalmente perdiendo la vida. Después, sobornó al supervisor para que esparciera los rumores y que la culpa recayera en Chen Yu, pero el emperador era parcial y ¡no había ordenado que lo mataran inmediatamente! Acaso Chen Yu sería capaz de escapar del desastre, ¿había fallado? ¿Cómo podría Chen Ruo Fei superar esto?

"¿Por qué no le dijiste al emperador que la única opción era matar al demonio?" La concubina Chen le preguntó.

El supervisor se limpió el sudor asustado y la miró.

"¿No vio como lo protege el emperador? Si este viejo solamente le hubiera aconsejado que lo matara, no habría pasado mucho tiempo antes de que el emperador ordenara que fuera ejecutado y ¡la cabeza de este superviso rodara! ¡Eh!"

La concubina Chen sentía una presión en el pecho y dijo. "¡Tonto! Tomaste las treinta y dos mil monedas de plata de esta concubina ¡sin decir ni una palabra!"

Los dos se separaron molestos.

Cuando Xiao Xiye regresó al Pabellón Qilin, Chen Yu caminaba con pasos pesados. Había encendido una lámpara, no podía conciliar el sueño y estaba silenciosamente examinando un libro de registros que tenía en la mano. La luz de la vela oscilaba y Chen Yu era como una cascada, su piel inmaculada lucía casi transparente bajo esa luz. Xiao Xiye lo sentía tan distante que era como una niebla que estuviera a punto de disiparse.

Ningún ser humano era tan atractivo como él, igual que cuando Xiao Xiye lo había visto por primera vez en esa noche nevada.

"Yu-er." Xiao Xiye lo llamó suavemente.

Chen Yu bajó el libro y le dirigió una sonrisa fría y brillante.

"¿Está bien la emperatriz?"

Xiao Xiye se sintió culpable, había estado ocupado con otras cosas y solamente había ordenado que las sirvientas llevaran a la emperatriz a sus aposentos y que llamaran al médico, no había tenido tiempo de ir a verla.

"Yu-er, ¿realmente estas preocupado por la emperatriz?" Xiao Xiye le preguntó francamente.

Chen Yu no mostró ninguna malicia y gesticuló. "Mi madre lloró de esa forma dolorosa y desesperada cuando me acompañó a subir a la litera matrimonial y me vio partir hacía el Palacio del Rey."

El rostro de Xiao Xiye adoptó una expresión extraña y parecía sorprendido.

"Ella va a estar bien, ya he mandado llamar el médico para que la cuide."

Chen Yu asintió y gesticuló de nuevo. "¿El emperador ha decidido que va a hacer conmigo?"

Xiao Xiye se sintió profundamente avergonzado, nunca le había mostrado su corazón pero ahora Chen Yu ya no era un joven ingenuo. Era talentoso e inteligente, había aprendido a ser observador y analítico. Incluso siendo capaz de ver a través de los pensamientos de las personas.

"Yu-er, no pienses en eso." Xiao Xiye habló cortantemente. "No voy a hacer caso de esos rumores y no te voy a hacer daño. ¿Lo has olvidado? Prometí protegerte de cualquier cosa.

Chen Yu hizo gestos para interrumpirlo. "El emperador tiene un gran corazón y tiene sus propios sufrimientos, de hecho, a Chen Yu se le ocurre otra opción."

"¿Cuál?"

Xiao Xiye sintió que la esperanza se encendía en él pensando que Chen Yu siempre le daba sorpresas, tal vez él tenía la mejor opción de los dos mundos.

"Deje que me vaya del palacio, los rumores en la capital se disiparan naturalmente y el emperador no tendrá que preocuparse por ellos."

El Amante Mudo (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora