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El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me cubrió de sudor frío toda la cara y me obligó a abrir los ojos tan rápido como me paré. El horrible accidente que habían tenido mis padres se proyectó esa noche en mis sueños, miré el reloj aún con los nervios de punta.

Eran la 7:52 a.m. Suspiré y me levanté de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me dí una ducha rápida y luego me cambie.

Salí a la cocina, Lucy aún no despertaba así que me dio tiempo de prepararle el desayuno. Cociné un par de huevos fritos y salchichas con un pedazo de tocino, luego preparé jugo de naranja. Lucy vivía en Italia pero sigue siendo americana.

-¡Mmm! ¿qué es eso que huele tan delicioso?- salió de su habitación directo hacía la cocina y luego me sonrió.

-Quise prepararte el desayuno- le puse el plato en la mesa.

-Awww- exclamó -Es maravilloso tenerte aquí.

Ambas reímos y luego nos pusimos a comer todo lo que había salido del sartén.

-¿Qué planes tienes para hoy?- me preguntó.

-Creí que tú ibas a hacer mi agenda de este día- dije confundida.

La grande sonrisa de la que era dueña se expandió por su rostro.

-Sólo quise asegurarme de que no lo hayas olvidado- rió de nuevo -Te llevaré por las mejores tiendas de ropa que jamás hayas visto- la emoción saltó en sus ojos.

-Genial- musité.

Ropa. No era una adicta de la moda o algo parecido, por lo tanto nunca me emocionaba tanto ir de tienda en tienda hasta encontrar el atuendo perfecto, pero a Lucy siempre le había gustado y tenía un excelente gusto en ropa. Cada vez que íbamos a una tienda, era ella la que terminaba con más de cinco bolsas en la mano.

Hacía frío, un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos por sus calles.

-¿Cómo pasó lo de Jeremy? Eso jamás lo supe- me dijo y le mire extrañada -Quiero decir, nunca supe cómo lo olvidaste.

-Oh, bueno, simplemente decidí superarlo y ya- me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un hermoso saco café.

El reflejo de Lucy se dibujó a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mi como una ola de mar.

-Dime Lucy, ¿cómo conociste a Jungkook?- musité sin mirar el rostro de ella y fingiendo que observaba el bello saco del aparador, nerviosa, algo definitivamente raro.

-En un café, un día lluvioso- suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces la miré -Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!- suspiró -Cuando lo vi claramente me di cuenta que era asiático, me contó que es de Corea y vino aquí, a Venecia por el mismo motivo que yo, olvidar amores del pasado, sin embargo, hasta la fecha no me ha dicho que fue lo que le pasó...- se perdió pero después volvió a retomar el curso con ánimos -Luego de reírnos un rato, me pidió mi número de teléfono y en la noche del mismo día me llamó- sonrió -Sólo quería desearme buenas noches- suspiró teatralmente.

-Suena... como a un cuento- sonreí.

-Me siento como en uno- sonrió también -Dios ¡Estoy tan feliz!- me abrazó completamente llena de emoción, cosa que siempre hacia cuando estaba así.

-¿Cuántos años tiene?- pregunté retirándome de su abrazo.

-Veintitrés.

-No hay mucha diferencia de edad entre ustedes- dije aliviada.

-¿Sabes qué nos dicen?- inquirió animada.

-¿Qué?

-Que somos la pareja perfecta, que los dos estamos hechos a la medida, que nacimos para estar juntos.- suspiró.

Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mí, en mi estómago, se removía incómodo y desesperado, como una fierecilla enjaulada en lo más oscuro de una habitación, muy lejos de la salida.

-Me alegro mucho por ti.

-¡Ya sé! podríamos salir todos alguna vez, así te presento- comentó.

-¿Todos?...

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora