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-¿Mal? Dios, ___, el vestido es hermoso, te ves genial- me dijo Lucy acercándose a mí.

-Te ves preciosa- musitó Jungkook, como un escultor admirando a su propia obra.

-¿Dónde encontraste el vestido?- preguntó maravillada.

-Pues... Jungkook me ayudó a encontrarlo- admití, aunque debería haber dicho, "Jungkook lo eligió"

-¿En serio?- se sonprendió -No tienes malos gustos, Jungkook.- rió.

-Gracias.

Me sentí muy observada así que decidí hacerle fiesta al vestido de Lucy usaba.

-Tu vestido es precioso. Morado claro, tu color favorito.

Era un vestido sencillo pero lindo, en tono morado, en corte princesa y unos tirantes que lo ataban al cuello.

-¿Te gusta?

-Claro, se te ve hermoso.

A decir verdad, el vestido era bastante sencillo, sí, pero Lucy tenía ese no sé qué que hacía lucir preciosa cualquier cosa que se pusiera, aun así fuera la prenda más horrible del mundo.

-Entonces, creo que tenemos los vestidos- dijo satisfecha.

Le sonreí, tímida.

-Lucy, no tengo con qué pagarlo- el precio del vestido no era para nada barato.

Lucy explotó en risitas tiernas.

-No seas tonta, ___, yo los voy a pagar.

-¿Qué? No, no, no.

-Claro que sí, y no quiero protestas. Anda, cámbiate para ir a pagarlos- me empujo hacía el vestidos y ella cerró la cortina, corriéndola de un tirón.

Me miré al espejo, ahora me sentía peor; Lucy era una excelente amiga, ¿y cómo le pagaba yo? Enamorándome de su novio. Suspiré y decidí no pensar en ello, ¿para qué me hacía más daño? Me despojé del vestido y lo doble sobre mi brazo, para salir cuando ya estaba vestida con mi ropa.

Lucy pagó ambos vestidos y aproveché para agradecerle a Jungkook por la ayuda.

-Gracias, por elegirme el vestido- dije y le sonreí de una forma desconocida para mí.

-Por nada, me alegra haberte ayudado.

Me le quedé mirando justo como él a mí. Su mirada era como una canción romántica en mi alma, de esas canciones que te hacen desear bailar bajo la luz de la luna.

-Jungkook, ___- nos llamó Lucy y nos hizo apartar la mirada -Vamos- sonrió.

Me dio la caja del vestido y Jungkook tomó la de ella para llevarla él, luego se giró a mí.

-¿Te ayudo?

-Claro, gracias.

Salimos de la tienda y Lucy tomó la mano de Jungkook para caminar hasta el auto. La fierecilla se enfureció por ver sus manos entrelazadas. De pronto, deseaba al menos confundirlo, que alguna parte de su cerebro formulaba mi nombre junto a la remota posibilidad... al menos. Pero al instante me percaté de ello, me retracté velozmente. Esto no debería de estarme pasando.

Sacudí la cabeza como queriendo deshacer esos pensamientos y decidí ignorar todo aquello que la fierecilla me gritaba, aun si yo estuviera de acuerdo.








El chillido del tocino sobre el sartén caliente tronaba en mis oídos y el aroma que este desprendía hacía rugir a mis tripas que se quejaban de hambre.

Apenas había conseguido sobrevivir ayer, tenía que admitir que me dolía bastante el corazón verlos reír, abrazarse y ni hablar de cómo se me partía el corazón cuando se besaban.

Serví el tocino sobre el plato amarillo en donde ya estaban un par de huevos revueltos, me senté a comerlos, tratando de no traer a mi mente los recuerdos de ayer, porque dolía, de verdad dolía.

Cuando terminé de comer, lavé mi plato y salí del departamento; hoy tenía que ir con Ale a contarle todo, porque aunque yo le llevara muy pocos años de diferencia, ella era increíblemente madura, su manera de pensar me fascinaba y me dejaba sorprendida, y yo le tenía la confianza suficiente como para ir y contarle mi secreto inconfesable.

-Me tienes abandonada- bromeó.

-Lo sé, lo siento.

-¿Trajiste material nuevo?

-No, en realidad no traigo fotos ahora. La verdad, tengo algo que contarte.

-¿Jin preguntó por mí?- sus ojos destellaron de encanto.

Reí.

-No la última vez, pero sí lo hace.

-Oh...

-Vayamos a tomar un café, ¿quieres?

-Claro.

Salimos y recorrimos algunas calles, hasta que nos sentamos en un café cercano.

-Bueno, dime, que me estoy muriendo de la curiosidad.

Sonreí nerviosa y la expresión me cambió al instante.

-¿Por qué esa cara?- dijo ya preocupada.

Pensé que decirlo así, sin rodeos, era la mejor opción, así que hable rápido.

-Estoy enamorada del novio de mi mejor amiga.

-¡¿Qué dices?! ¡oh! cuéntame todo. Tengo bastante tiempo.

Me le quedé mirando, sorprendida y divertida por su reacción. Ella interpretó perfectamente mi silencio.

-Oh, lo siento- dijo tranquilizandose -Cuéntame.

Le conté la historia desde el princípio, el tiempo nos sobraba a ambas y, desahogarme con Ale me resultó más sencillo de lo que esperaba. Ella era mujer, me entendía y comprendía más de lo que hubiera podido hacer Yoongi o Jin. En el transcurso de la charla, la veía hacer expresiones de sorpresa y otras de que estaba sumamente atenta; todo eso me recordó a Jin, ambos tenía un rostro muy expresivo.

Cuando terminé de contarle, el silencio que guardó me hizo sentir nerviosa y comencé a enrollar mis dedos entre el blanco mantel de la pequeña mesa redonda.

-Es el chico de las fotos, ¿no?

-Sí.

-Lo sabía- sonrió con autosuficiencia.

-¿Qué sabías?

-___, los ojos se te veían brillar cuando hablabas de él, y vaya que es apuesto el muchacho, ¿eh?

-¿En serio?- dije afligida. Si ella lo había notado, ¿Jungkook se habrá dado cuenta de cómo es que late mi corazón cuando está cerca?

-Lo amas.

-¿Amarlo? ¿estás loca? ¡claro que no!

-Claro que sí, ___, se nota. Amar y enamorarse no es lo mismo; enamorarse es disfrutar de todas aquellas sensaciones que se sienten al ver a la persona "especial"- hizo comillas con los dedos -Pero cuando amas, ya empieza a doler.

me quedé en silencio, sobrepensando sus palabras y al comprender, se me cayó el mundo encima. Ella tenía razón. Yo... lo amaba. Dejé salir un leve suspiro.

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora