~20~

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Cuando llegamos, Ale tardó en salir, estaba peleando con la máquina de impresión, de nuevo.

-¡Espera sólo un momento, ___!- gritaba desde atrás, mientras que yo no dejaba de reír. Pobre de ella, esa máquina siempre le sacaba canas verdes.

Jin permanecio tranquilo, mirando las cosas del local, hasta que Ale apareció al fin detrás del mostrador.

-¡Listo!- me sonrió con esa sonrisa que se expandía tierna sobre su rostro.

Cuando Ale desvió la vista de mí, la posó en la única otra persona que estaba conmigo. Jin la miraba embobado.

-Oh, Ale, te presento a un amigo. Jin, ella es Ale, de la que tanto te he hablado; Ale, él es Jin, mi vecino.

La cara de Jin era de sorpresa, asombro y fascinación y en sus ojos había un brillo que hace unos momentos no estaba ahí.

-Hola- balbuceó.

-Hola- le respondió ella.

Ambos se sonrieron y luego Ale me dedicó su atención.

-¿Fotos nuevas?- Me preguntó entusiasmada.

-Ya lo sabes- reí e hicimos lo de siempre.

Luego de unas horas y de que Jin y Ale se conocieran más, decidimos él y yo que ya era hora de regresar. El sol ya se había puesto cuando Jin y yo caminábamos hacía el edificio.

-Tu amiga es muy bonita- dijo ligeramente ruborizado- Muy simpática además.

Me solté a reír.

-Creo que lo pude haber adivinado- admití y él enrojeció más, la pálida piel de sus mejillas se pintó de color rojo.

-¿Por qué dices eso?

-Por tu cara y cómo la mirabas.

-¿Tan obvio era?

-Algo.

Ambos reímos.

-¡Seokjin!- grité de pronto, quizá hasta sacándole un susto por la forma en que me miró- ¡Tú sabes italiano!

-Emmm... sí- dijo como lo más obvio del mundo y sin comprender el cambio de tema tan repentino.

-Dime qué significa...- hice memoria para acomodar las palabras en orden y tratar de pronunciarlas correctamente- "che bella coppia che fate"

A lo mejor Jungkook creía que ya se me había olvidado lo que el muchacho de la heladería nos dijo y que no me quiso traducir, pero para mala suerte de él, yo tenía muy buena memoria.

-Que bella pareja hacen- dijo Jin.

-¿Qué?

Jin rió.

-Eso significa.

Abrí los ojos ante lo poco evidente y ante la ilógica de que me emparejaran con Jungkook. Luego me solté a reír de nuevo. No sabía si estar avergonzada o divertida.

-¿Por qué?- inquirió Jin.

-Porque... lo vi en la televisión, en una película. Quería saber qué significaba- inventé.

-Claro- musitó.









A la mañana siguiente, el día había amanecido perfecto para ver una película, o al menos, a mi se me antojaba hacerlo. Fui a un vídeo club cercano y renté una de terror cuyo título no entendí pero la portada sí que era macabra.

Desayune fuera y en la tarde me prepare dos huevos fritos. Cuando el reloj marcó las 6 de la tarde, sin más planes en mi lista, decidí ver la película que había rentado. La coloqué en el DVD de Lucy y puse los subtítulos. Apagué las luces y me acurruqué en el pequeño sofá, tapándome con una manta violeta que estaba ahí, dejando que el apartamento fuera sólo iluminado por las luces del exterior. Le puse play a la película y comencé a ver cada una de las escenas que el televisor proyectaba.

Había pasado casi la hora y yo me aferraba a la manta retorciéndola entre mis manos, terriblemente aterrada con el corazón a mil por hora. Jamás me había espantado ver una película como ahora. El televisor reflejaba sobre mí, aquellas imágenes del protagonista siendo perseguido por alguien que lo quería asesinar. Estaba completamente aterrada.

Unos golpes en la puerta me hicieron dar un tremendo brinco y un alarido de espanto de mis labios. Comprendí luego que sólo era alguien llamando a la puerta.

Le puse pausa a la película y salté del sofá corriendo, casi adivinando quién estaría del otro lado.

-¡Jungkook!- grité 99% más aliviada.

-¿Te ocurre algo? ___ estás muy pálida- preguntó preocupado.

-Estoy viendo una película de terror horrible- expliqué y lo introduje tomándolo de la mano.

-¿Qué película?- preguntó un poco más calmado

-No sé, es de un tipo queriendo asesinar a alguien- señalé el televisor.

-Ya sé cuál es. No da tanto miedo- rió.

Fruncí el ceño.

-¿Estás loco o no eres humano? ¡Claro que da miedo!

Sonrió.

-¿Entonces por qué la ves?- preguntó divertido.

-Pues porque... porque... no sé, es horrible.

-Sí, pero aún quieres terminar de verla ¿cierto?

-¡Claro! no voy a quedarme a la mitad de la trama, ¿quieres ver lo que queda conmigo?

-Por supuesto, y luego quién va a protegerte- sonrió con autosuficiencia.

-Gracioso.

Me acomodé de nuevo el el sofá y después Jungkook se sentó en uno de los brazos de éste, pasando su brazo sobre el respaldo. Ambos estábamos muy juntos y mi corazón comenzó a acelerarse. Di play a la película de nuevo. Ahora ya estaba todo más oscuro y sólo podía ver tenuemente el reflejo de la luz del televisor sobre nuestra piel.

Una escena me obligó a cerrar los ojos con fuerza y desviar mi rostro hacía el respaldo, pero con lo que se topo mi rostro no era el terciopelo del mueble, sino con un abdomen duro revestido en una franela blanca y un suave perfume tan cerca de mi nariz.

Caí en cuanta entonces de que estaba ocultando mi cara en el abdomen de Jungkook; me iba a retirar, completamente sonrojada y por supuesto iba a pedir disculpas; pero entonces unos fuertes y viriles brazos se ataron a mi alrededor haciendo que el corazón se me cayera hasta el piso. Aquello era un cárcel meramente hermosa y yo su indigna prisionera.

De repente, todo el miedo se evaporó.

Mi nariz aspiraba su delicioso perfume mientras que sentí sus manos acariciando mi cabello, inmediatamente la piel se me erizó. Podía oír perfectamente el latido de su corazón estallar en mis oídos; un latido raro: rítmico pero acelerado, tranquilo y rápido a la vez... "pum, pum, pum" estallando en mis oídos, y yo ahí, entre sus brazos, protegida.

Me atreví a levantar el rostro y meré más de cerca el suyo; su mandíbula y cuello, donde estaban esos hermosos lunares, en especial ese, el que tenía justo debajo de su labio, y su piel, resplandeciendo con la tenue luz de la tele. Entonces bajo la cabeza y me pilló mirándole. Enrojecí en plena oscuridad cuando me vi reflejada en el color café de sus ojos, tan cerca. Parpadeó un par de veces y su cálido aliento me golpeaba el rostro. A esa distancia tan mínima, su rostro era aún más hermoso.

Hubiera querido tener telepatía para saber qué era lo que él estaba pensando ó si estaba en el mismo caso que yo, porque yo no podía pensar.

-¡Chicos ya vine!

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora