Había estado la mayor parte del tiempo con ellos dos y me había gustado la noticia de que ahora eran inseparables, sólo le faltaba a Jin decir que día le pediría que fuera su novia.
Salté de mi asiento al percatarme de la hora.
-Demonios, es tardísimo.
-¿Tarde para qué?- preguntó Jin.
-El viaje de Lucy ¿recuerdan?- les había contado la historia a la hora de la comida, Ale me llenaba de consejos y Jin resultaba ser unos excelentes oídos.
-Oh, verdad.
-Habla con ella, ___. Una amistad se vuelve más sólida si ambas partes hablan de lo que les preocupa- me aconsejó Ale, como toda la tarde lo había estado haciendo.
-Gracias Ale. Espero tener tiempo- miré el reloj -Y si no me doy prisa, no podré despedirme.
-¡Suerte!
-Hasta pronto- dijo Jin.
Salí dándoles una sonrisa y apresuré el paso hasta el edificio. Faltaban doce minutos para que las 8:30 se dieran, Lucy tenia que partir antes de las 9.
Mientras corría hacía mi destino, recordé a Jungkook; él ya debería estar allí, seguro. Eso hizo que mis pies disminuyeran la velocidad un poco. No quería llegar y toparme con la despedida amorosa entre ambos porque sabía muy bien que me iba a doler, incluso pensarlo ya causaba una aguda sensación de malestar en el corazón.
Por primera vez utilicé el ascensor y llegué hasta el tercer piso en tres cuartos de minuto, dí grandes zancadas hasta el departamento y abrí torpemente la puerta, esperando a que Lucy no se hubiese ido ya.
-¡Lu, lamento...!-mi frase se quedó inconclusa porque justo al abrir la puerta me encontré con la escena romántica que quería evitar a toda costa. La despedida amorosa entre Lucy y Jungkook.
-¡____! Que bueno que llegaste antes de que partiera. Pensé que no vendrías.
Se deshizo del abrazo de Jungkook y se dirigió a mí para abrazarme. Algo del perfume de Jungkook aún había quedado impregnado en sus ropas y llegó hasta mi nariz de forma tenue.
Intenté sonreír y poner buena cara, aun sintiendo los horripilantes deseos de estallar en llanto y dejar salir a borbotones las pesadas lágrimas que sentía que me empañaban ya la vista.
Una lágrima cayó en el hombro de Lucy, una lágrima que no pude reprimir.
-Oh, ___ pero no llores, o me harás llorar a mí- su tono de voz se tornó cálido y tierno, como siempre había sido.
Ella creía que yo lloraba por su viaje. Era un buen pretexto, pero me sentía mal porque no era cierto. La verdad era que sí sentía dolor, pero era uno propio del corazón, causado por la demostración de afecto entre ellos dos.
Sonreí, esperando que no fuera muy evidente lo falso en ella.
-Cuídate, Lu. Te voy a extrañar- aquello había sonado honesto, porque era verdad.
-Yo también.
Luego, la mano de Jungkook me acarició la espalda en busca de darme consuelo. Hasta ese momento recordé su presencia y un inexplicable rencor me invadió. Lo odiaba bastante, pero de igual manera, lo amaba más de lo que podía llegar a odiarlo. No entendía cómo es que había ilusionado tanto a mi corazón y luego lo había dejado caer en un agujero sin fondo y muy oscuro.
-Te acompaño abajo- dijo él y luego tomó la pequeña maleta de Lucy -¿vienes?- me preguntó.
Asentí y entrelacé mi brazo con el de Lu, luego bajé la cabeza. Lo que menos necesitaba era que Lucy se fuera, aunque sea una semana; sin duda serían los siete días más difíciles, teniendo que abstenerme de todo tipo de encuentro con su novio.
Bajamos por el ascensor, mientras que nadie pronunciaba palabra alguna y mi vista seguía fija sólo en el piso del elevador. Cuando llegamos al primer piso y salimos del pequeño apartado, la camioneta de la gente del señor Vittore ya esperaba por Lucy.
Ella dio un suspiro y luego se giró para ver a Jungkook. Lo miró un par de segundos, como queriéndole decir algo con sus ojos, parecía que... suplicaban. Pero Jungkook bajó la mirada y exhaló despacio, luego besó la frente de su novia.
-Cuídate mucho, amor- le pidió.
Mi corazón, ya roto en miles de pedazos, se contrajo de dolor al escuchar esa última palabra.
Lucy sonrió débilmente.
-Te amo, Jungkook- susurró en su oído y yo deseé con un fervor descomunal estar en alguna otra parte en ese momento.
Pero él no dijo nada, esbozó una pequeña sonrisa y volvió a besar la frente de Lucy. En serio, lo odiaba.
Luego Lucy se giró a mí y me sonrió, con esa sonrisa que me había estado dando últimamente.
-Te voy a extrañar- le repetí -Cuídate mucho.
-También tú, una semana se pasa rápido.
Le sonreí y luego, Jungkook y Yo la vimos subir a la camioneta.
-Nos vemos en una semana- nos dijo y se despidió con un gesto de mano.
Jungkook y yo miramos la camioneta hasta que se perdió entre las calles oscuras.
Cerré los ojos por un instante hasta que la voz de Jungkook me hizo abrirlos de nuevo.
-¿Volvemos al departamento?- preguntó cínico.
Pero yo no debía de estar con Jungkook, ni siquiera verle durante estos días. Lucy se merecía respeto y era lo que al menos le daría.
-Jungkook, estoy muy cansada. Quiero subir y tirarme a dormir. Disculpa.
-No, no hay problema. Descansa. Nos vemos mañana- me sonrió y algo en su confianza de que nos veríamos el siguiente día me hizo creerlo.
-Adiós- y sin mirarle más subí hasta el departamento.
Al instante en el que entré, el lugar ya no era el mismo. Se supone que ya debería de haberme acostumbrado a pasar las horas sola, pero ahora por alguna razón era distinto.
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ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]
FanfictionDe todas las situaciones desastrosas que pueden existir, yo era dueña de la única que todo el mundo evitaría a toda costa. Lo peor era que esta no era una película, en la que el objetivo es sólo actuar y fingir; lo terrible es que esto es la vida re...