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-¡Lucy!- me levanté desconcertada -Yo no...

-¡¿Tú no qué?! ¡Te acabo de escuchar, ____!- Las lágrimas caían de sus ojos como si fueran caballos de carreras, alterados por ganar -Oí cuando se lo dijiste a Yoongi, ¡eres una traidora!- Gritó y al instante sentí el sonoro golpe de la palma de su mano contra mi mejilla, produciendo un ardor instantáneo y el seguro enrojecimiento de mi piel.

Tan duro fue el golpe que la cara se me fue hacía un lado y Yoongi tuvo que retener a Lucy.

-¡Lu, tranquila!- le ordenó asustado.

-¿Cómo quieres que esté tranquila? Si mi supuesta mejor amiga me traicionó. Claro, ahora entiendo todo- No dejaba de llorar y el coraje se le veía en el rostro.

Los nudos se me habían quedado atorados en la garganta y el corazón hecho pedazos en mi pecho latía con dolor y angustia. Mis lágrimas eran amargas, deseaba con todas las ganas de mi alma que esto fuera una pesadilla.

-¿Cómo no pude darme cuenta antes? ¡¿Y no pensabas decírmelo?!- me empujó y Yoongi la volvió a sujetar.

-Lucy...

-¡Te abrí las puertas de mi casa, ¿y me pagas robándote a mi novio?!

Ella seguía hablando, llena de odio e ignoró a la voz de Yoongi.

-¡Que estúpida soy! No puedo creer que tú...- se quedó a la mitad de frase, le dolía bastante. La conocía como para decir que estaba hecha millones de pedazos, cosa que me sirvió únicamente para tirarme más en la miseria. Yo no podía hablar, sólo lloraba y miraba a Lucy, después ella comenzó a hablar otra vez -No puedo creer que hace unos minutos lloraba porque te ibas, ahora entiendo, sí puedo entender la razón, que cobarde eres. Pero ¿sabes? me da gusto que te largues, hipócrita. -Me dio una última mirada de pies a cabeza, dolida, se dio media vuelta para salir de la habitación.

Me quedé inmóvil, dejando que mis lágrimas cayeran hasta el piso sin piedad. Respirar se me dificultaba y sentía que me faltaba el aire.

Yoongi me miró decepcionado.

-Ve- alcancé a decir con el apenas sonido audible de mi voz -No la dejes sola.

Se me quedó mirando, era una mirada extraña, estaba entre la frustración y la angustia. Pero enseguida salió corriendo detrás de Lucy. Entonces me quedé sola.

Las lágrimas no se cansaban de salir y parecía como si nunca se acabaran, esto no tenía que terminar así, ni siquiera tenía que que haber sucedido un comienzo. 

Me quedé quieta durante un par de minutos y luego miré a mi alrededor. Ya no volvería a ver a Yoongi y no había tenido la oportunidad de despedirme. Busqué con la mirada alguna hoja de papel y pude ver unas en su escritorio, tomé un bolígrafo y comencé a escribir:

"Me lo dijiste, lo sé.

Disculpa todo el daño que hice, que le hice a ella. Era lo menos que quería que pasara. Agradezco todo lo que hiciste por mí, tu apoyo, tus consejos, aunque el último lo ignoré y mira lo que pasó. Pero sobre todo, gracias por entenderme, te extrañaré, fuiste mi mejor amigo y nunca te voy a olvidar."

Perdóname, Yoongi. 

Te quiero.                   _________

Lo dejé sobre su cama y luego, con un nuevo dolor en mi pecho, salí de aquella habitación. 

Giré mi vista al final del pasillo y ahí estaba la habitación de él, aquella habitación en la que había pasado el motivo que está causando todo esto. Lo iba a extrañar, eso no lo podía negar, con él me sentía viva, sentía que era capaz de todo, me hacía sentir tan bien el estar con él, pero esa felicidad que él me daba no era para mí, sino para Lucy, ella merecía toda esa felicidad. Miré hacía otro lado, observar todo lo que había aquí hacía que recordara todo. Caminé escaleras abajo como alma en pena y cuando crucé la sala para llegar hasta la puerta de salida, la mirada de la mamá de Jungkook me detuvo.

-¿Estás bien?- me preguntó.

Mantuve mi mirada baja, avergonzada y negué con la cabeza.

-¿Quieres una taza de té?

-Tengo que irme, se me hace tarde. pero gracias de todos modos- Intenté dar el primer paso hacía la puerta.

-Antes de que te vayas, quisiera decirte algo.

Me giré despacio sobre mis talones y la miré. Su rostro, dulce como el de toda madre, tenía un tono rosado en las mejillas, como un durazno. Su cabello liso y castaño igual al de Jungkook y ojos pequeños igual que los de Yoongi. Me sonrió.

-La traición es algo muy fuerte- Musitó, acercándose y la miré asustada, ella rió -Las paredes no son muy sólidas aquí. Además, uno intuye las cosas cuando las ve salir llorando por la puerta.

Me sentí más avergonzada que antes y bajé la mirada.

-Lo que quiero decirte- me levantó el mentón con delicadeza -Es que la traición puede llegar a ser muy dura, muy profunda, viniendo de una persona a la que se quiere. Pero más allá, el amor es más profundo y fuerte.

Me le quedé mirando confundida, ¿qué era lo que me estaba diciendo? Sollocé.

-Cariño- ella pudo ver mi confusión, tan clara como mis lágrimas -¿Tú amas a mi hijo, Jungkook?- se me paró el corazón, pero antes de que pudiera contestarle, ella siguió hablando -Lucy es una muy buena chica, trabajadora, educada, bonita. Me gusta que Jungkook salga con ella. Pero no se trata de lo que me guste a mí o al resto de la sociedad, se trata de la felicidad de mi hijo. Todos cometemos errores, pero siempre recuerda que el amor mucho más fuerza que cualquier otro poder en el mundo y al final de cuentas, aquellos errores son los peldaños y obstáculos de una escalera que nos lleva a nuestro destino.

Quise asimilar y comprender, una por una sus palabras. Ella me sonrió.

-Buen viaje- me acarició la mejilla.

-Gracias- susurré más confundida que antes.

Salí de la casa y el corazón se me encogió de angustia una vez más. ¿Cómo iría de nuevo al departamento? Yoongi se había ido con Lucy y yo, difícilmente recordaba el camino. A pie me haría más de treinta minutos, si es que llegaba.

Era el colmo de mis desgracias.

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora