-Bueno, ¿y qué quieres que haga? Yoongi se ha vuelto un amigo excelente y Jin es una persona grandiosa. A Ale la conozco porque trabaja en el laboratorio de fotografía y en una chica sensacional. Así estoy bien, no ocupo tener tantas personas en una vida que pronto dejaré. No voy a quedarme a vivir en Venecia por siempre.
-Ya lo sé, ___. Lo que quiero decir es que disfrutes el tiempo que estés aquí.
-Eso lo hago, créeme.
-Pero...
-¡Tu pizza está lista!- canté al oír el pitido del horno- me voy a dormir, buenas noches- le lancé un beso y me fui a paso apresurado a mi habitación.
Me sentía culpable, porque la verdad era que no me entusiasmaba tanto la idea de pasar el día con Lucy, al menos no si lo veía de la perspectiva de que no vería a Jungkook, o mejor dicho, de que no estaría yo sola con él. Me revolqué entre las sábanas de mi cama hasta que la apenas cálida luz del sol me llegó a los ojos.
-___- los golpes en la puerta no fueron tan intensos, pero sí molestos.
-Ya estoy despierta.
Salí de mi habitación y miré a Lucy sonreírme. Me sentí mal de nuevo.
-¿Cuáles son los planes de hoy?- pregunté totalmente desganada.
-Conseguir un vestido elegante.
-¿Elegante? ¿qué celebramos?
-El próximo domingo es el cumpleaños del señor Vittore y, ya sabes como son todas esas personas- puso los ojos en blanco -Gastan hasta el último centavo para darle lujo al ambiente.
-¿El señor Vittore?
-Sí, el dueño del hospital, Roberto Vittore.
-Oh... ¿y...?
-Estamos invitados- sonrió ampliamente.
-¿Invitados?
-Sí, tu, yo y Jungkook. Quien por cierto, ya debería estar aquí- dijo mirando el reloj de su muñeca.
-¿Jungkook? ¿nos acompañará?
-Claro, ¿y luego quién nos dirá que nos vemos lindas con los vestidos?- bromeó.
-Pero Jungkook es... hombre. Sabes que no les gusta eso- intenté encontrar una excusa creíble para que Jungkook no fuera, yo no debía siquiera estar cerca de él.
-Pero es mi Jungkook, él está dispuesto a acompañarnos.
Entonces el timbre sonó. El corazón me latió ansioso, presuroso y... angustiado.
Lucy corrió a la puerta, mientra que yo me quedaba allí parada, con ganas de correr en dirección opuesta. Después de la pequeña discusión que tuvimos ayer no sabía qué sentir. Pero entonces Lucy abrió la puerta y la Luz apareció en mis ojos, allí estaba él, tan deslumbrante como siempre, usando una camisa azul a cuadros, desabotonada, y unos jeans color negro, ajustados de sus piernas bien trabajadas. Hizo que el mundo se me volteara en un segundo cuando me miró.
-¡Amor!- dijo Lucy, sin duda feliz. Pero esta vez en lugar de darle un beso en los labios se lo dio en la mejilla.
Agradecí eso, aunque la fierecilla igual se sintió celosa.
-Hola- musitó Jungkook.
Lo saludé con la mano.
-Ve a cambiarte, ___, nos espera un largo día- caí en cuenta que aun estaba en pijama.
Sonreí y sin decir nada me fui a mi habitación.
Me puse un blusón negro combinándolo con unos jeans en tono gris y até mi cabello en alto, luego salí al encuentro con ambos.
-¿Lista?- preguntó Lucy.
Asentí. Era raro, como si me hubieran quitado la voz, pero lo cierto es que me sentía realmente incómoda al recordar la discusión de ayer. Y al parecer no era la única, Jungkook tampoco hablaba mucho.
Nos subimos a su auto, Lucy en el asiento del copiloto, claro, y yo acurrucada atrás, mirando a través de la ventana polarizada. Recordé cuando íbamos solo los dos, yo en el lugar de Lucy, y deseé fervientemente que ahora, Lucy se borrara de la escena y al instante me sentí mal, traicionera. Suspiré, empañando el cristal casi negro.
-___, ¿tienes alguna idea para el vestido?- preguntó Lucy.
-¿Eh?- dije cerrando mis pensamientos en algún cajón de mi mente.
-Sí, algún color que tengas ya en mente.
-Oh, bueno... no, en realidad.
-¡Yo sí! creo que escogeré uno en tono vino tinto- me miró, pero luego miró a Jungkook -¿Te gustaría?- le preguntó.
-Te verías hermosa con ese color.
Algo me pico cerca del pecho, como si una aguja se enterrara en mi corazón; me giré de nuevo a mirar por la ventana, tratando de ignorar la situación.
Jungkook condujo hasta una calle que estaba repleta de tiendas de vestidos de gala, como si fuera alguna calle de Nueva York.
Al bajar, Lucy, emocionada, me tomo de la mano y me hizo apresurar el paso; mientras que Jungkook nos seguía detrás.
Entramos en una tienda que en sus vitrinas exhibía tres preciosos vestidos en maniquís blancos y sin cabeza. Al instante, la calefacción del lugar me abrigó el cuerpo, ya que afuera estaba frío.
-¡Mira esos vestidos, ___!- Lucy señalo hacía su derecha, mostrándome tres vestidos en color negro.
-¿Puedo ayudarle?- preguntó una señora amable, que tenía el cabello color caoba acomodado en un peinado de estética, con un acento italiano apenas reconocible.
-Sí, estamos buscando vestidos para una fiesta elegante- dijo Lucy y luego sonrió.
-¿De noche?
-Sí.
-Siganme- dijo ella y caminó más al fondo de la tienda.
Lucy me hizo seña de que la siguiera y luego volvió a girarse para seguir a la señora. Apenas iba a dar el primer paso, pero su mano me ató del antebrazo, con fuerza pero sin causarme daño alguno, no hizo falta que me girara para comprobar que era Jungkook, sorpresivamente conocía sus manos muy bien.
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ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]
FanfictionDe todas las situaciones desastrosas que pueden existir, yo era dueña de la única que todo el mundo evitaría a toda costa. Lo peor era que esta no era una película, en la que el objetivo es sólo actuar y fingir; lo terrible es que esto es la vida re...