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Pero el sólo contacto con su mano hacía arder mi piel. Me giré a mirarle, esperando algo parecido al extraño comportamiento de ayer, pero su mirada era distinta, era como siempre había sido, tierna, inspiradora, brillante.

-¿Podemos hablar un minuto?

Asentí y me soltó.

-Creo que...-comenzó y al instante bajo la mirada -que te debo una disculpa- yo me quedé en silencio, porque en realidad no sabía qué decir. Entonces levantó su mirada y capturó mi rostro, como no dije nada, continuó hablando -Por lo de ayer, la... extraña discusión que tuvimos, yo... eh... debí agradecerte, aunque no le veo nada de malo darle una simple flor a una amiga; pero tienes razón.

-¿En que tengo razón?

-En que a quien debo de darle ese tipo de cosas es a Lucy, ella es mi novia- puso una muy tenue sonrisita -¿no?

Me quise morder la lengua. Retractarme de las palabras que había dicho ayer, pero ya no podía, además de que era verdad, yo tenía razón, y me dolía tenerla.

-Claro, sí- sonreí también, aunque fingidamente.

-Entonces... ¿estamos bien? digo, somos amigos, ¿verdad?

Amigos. La palabra rebotó en mi mente como pelota de ping pong. Me dolió.

-Claro, amigos- puse una tenue sonrisa, apenas visible.

-Genial- su sonrisa se volvió amplia.

-¡___, Jungkook! ¿por qué se quedaron ahí?- Lucy salió de nuevo a la vista y nos tomó de la mano a cada uno, llevándonos con ella -___, vi unos vestidos, te encantarán- me dijo animada.

Le sonreí, fingiendo entusiasmo.

Nos llevó hasta el fondo de la tienda, en donde ella ya había hecho selección de tres vestidos; uo en verde, otro en morado y el último en tono tinto.

-Ve y escoge uno que te guste, ___, anda- me insistió y señaló un apartado con varios vestidos.

Me giré a ellos y comencé a pasar la mano sobre cada uno, distraídamente. Rosa, rojo, negro, morado, amarillo. Los colores pasaban por mi mente, pero nada más; porque en realidad no le estaba prestando atención alguna al diseño del satín.

Amigos. Aquella conclusión de él me decía que ese era nuestro destino, nada más. Si yo tenía sueños, esperanzas o cualquier tipo de especulación acerca de una posible relación futura, tenía que echarlas a la basura. Nada iba a pasar, nunca, sencillamente porque él era el novio de mi mejor amiga.

-Creo que el azul se te vería estupendo- dijo a mi lado, haciéndome volver a la realidad, pero aun manteniéndome perdida en las capas de terciopelo de su voz.

-¿Cómo?- pregunté atolondrada.

-El azul- señaló un maniquí portando un precioso vestido largo, en tono azul tornasol, o un azul copenhague, no supe bien. Con pequeños pero muy lindos diseños en plateado.

Me acerqué a él, sumamente atraída y Jungkook me siguió.

-Muy espacioso, ¿no crees?- dije admirando el amplio del faldón.

-No tanto. Perfecto, diría yo. Se te vería estupendo, como la blusa que tenías el día que salimos con Yoongi, ¿recuerdas? Además, es mi color favorito.

¿Qué si lo recordaba? Lo que me sorprendía era que él lo hiciera.

El vestido era realmente precioso, así que decidí pedirle ayuda a la señora para que me lo mostrara y me lo probé, justo como Lucy hacía con los que había elegido. Mientras que Jungkook esperaba sentado afuera.

-Se te ve hermoso- escuche decir a Jungkook, cuando Lucy le preguntó qué tal, entre tanto yo me esforzaba por meterme torpemente en el vestido.

Me pregunté qué color era ahora el que Lucy vestía, ya se había probado primero el vestido en tono tinto. Corrí la cortina y salí del vestidor cuando por fin logré acomodarme el elegante vestido.

Lucy y Jungkook me miraron, demasiado asombrados.

-¿Me veo tan mal? ¿no me quedó bien?- pregunté un poco cohibida entre ambas miradas de alucinación.

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora