~49~

3.3K 278 36
                                    

Pero de pronto, una voz en mi cabeza me preguntó escandalizada que qué estaba ocurriendo y me ordenó severa que parara.

-¡No!- dije apartando su rostro del mío.

La respiración estaba acelerada y el puñado de mariposas volaba desquiciadamente en mi estómago. Miré con el pánico pintado en los ojos el rostro prohibido que acababa de besar y la culpa me revolvió el estómago; aventé su cuerpo lejos de mí y me llevé las sábanas hasta la cabeza, cubriéndome completamente.

-Lo siento- susurró.

-No, yo lo siento. ¿puedes irte? por favor...

Oí después el sonido de la puerta cerrarse y el silencio me hizo derramar algunas lágrimas. Eso había estado mal, muy mal. La que tuvo que haberse disculpado tenía que haber sido yo. Yo fui quien aferro su rostro al mío, quien anheló ese beso, yo, yo, yo... traidora era mi segundo nombre.

La culpa que sentía en ese instante era inexplicable; parecía como si los órganos dentro de mi cuerpo se hubiesen vuelto pesados y luego desaparecieran dejando un vacío completamente abrumador. Había tocado fondo.

Estaba ebria, pero por supuesto me quedaba una pizca de cordura.
El corazón hecho pedazos debajo de mi pecho me dolía de la inmensa culpa que estaba sintiendo y era como si trajera una espina clavada en él. Cada latido era una oleada más fuerte de dolor y el mar al que pertenecían aquellas olas llevaba nombre propio: Lucy.

Yoongi me lo había advertido, "nada estúpido" me había dicho y yo iba con un letrero de "estúpida" pintado en la frente. Seguro Lucy me mataría, pero aquello era lo mejor, yo merecía morir como mínimo o con al menos dramatismo, debía irme de la vida de Lucy.

La hora de partida había llegado, yo tenía que irme en cuanto tuviera la oportunidad, tomar el primer avión a California o cualquier otro medio que me ofreciera alejarme de aquí.

La cabeza comenzó a punzar de dolor y con el estómago revuelto aun, me levanté de la cama y visualicé rápidamente el baño, a donde corrí y en el que devolví lo último que había comido y tomado.

Después de que solté todo, lavé mi cara y me dejé caer sobre el azulejo blanco del piso, sintiendo su frío contacto con mi piel y allí, hechada en el suelo, perdí la conciencia de nuevo.

Al abrir los ojos, el dolor de cabeza taladró con intensidad mi cráneo, haciéndome cerrarlos de nuevo. Traté de abrirlos otra vez, poco a poco y la luz clara del día mi los escandiló a tal grado que el dolor agudizó.

Tenía un recuerdo vago del día anterior y entre más me esforzaba en ordenar el desorden en mi cabeza, más me dolía.

El bar, el espejo, Jungkook, su Hybrid, el beso... ¡Lucy! Tan pronto como le encontré sentido a las palabras, el recuerdo me llegó a la mente. Me levanté sobresaltada y visualicé después de unos segundos una habitación. No era mía. Había una guitarra negra y el color del cuarto era azul de diferentes tonos. Esta era la habitación de un hombre y el único que me venía a la mente era Jungkook.

La cama estaba desecha pero yo estaba segura de que anoche me había derrumbado sobre el piso del baño y no sobre la cama. Lamentablemente, nada había sido una pesadilla, como yo lo hubiese querido, todo era real y aquellos labios rosados, suaves y ahora con sabor menta y chocolate, habían sido míos anoche, por un minuto.

Traté de buscar un reloj y había uno sobre el escritorio, 12:35 p.m. y la cabeza no me dejaba de doler.

Fui al baño, medio mareada y lavé mi cara. Traté de acomodarme los cabellos soltando mi pelo completamente. Luego de que me vi con mejor aspecto, decidí que tenía que salir corriendo de esta casa.

Esperaba y cruzaba los dedos para que Jungkook no estuviera, así, saldría sin que él se diera cuenta y... me iría.

Tomé mi morral  que se encontraba en una silla cercana y me lo crucé sobre el pecho. Me armé de valor y giré la perilla de la puerta abriéndola. Salí con la mirada baja y al instante de que me encontré fuera de la habitación, levanté mi vista, escandilada horrorosamente por la clara luz  del medio día.

Jungkook me miraba, sentado en una de las sillas que tenía cerca de la mesa. Allí otra espina en mi corazón. Ambos nos miramos por un largo rato, como si nos comunicáramos con los ojos. Aquello pudo haberse interpretado como un "te odio" doloroso e insultante o como el "te amo" más honesto de la historia.

Tan sólo respirar me dolía, así que bajé la mirada y me dirigí a la que parecía la puerta de salida. Apresuré mis pasos pero parecía como si mis pies no se abrieran tanto en cada paso.

-Espera, ____- su voz tan hermosa me hizo detenerme aunque la razón me gritaba despavorida que saliera corriendo ya.











-Volveré a California, Jin- sollocé.

-¿Por qué? ¿por qué tan pronto?

La voz se me atoró en el nudo de la garganta, impidiéndome hablar. Me sentía fatal de confesar mi pecado. 

-Hice algo muy malo- abrí rápido la puerta del auto y subí, todo tan rápido que no tuvo oportunidad de volver a hablar.

Corrió hacía el otro lado del auto y subió de la misma manera que yo.

-¿Qué tan malo pudo haber sido como para que te obligue a irte?

-Muy, muy malo- las lágrimas eran el vivo recuerdo de la noche anterior e incluso de esta misma mañana.

-Por favor, ____, no me asustes. ¿Qué hiciste?

-Anoche me embriagué...

-Oh, vamos ____, eso no es tan malo- el alivio de su rostro huyó cuando continué hablando. 

-... y besé a Jungkook- confesé, trantando de ahogar el nudo en mi garganta.

Entonces se le desplomaron las cejas de sorpresa y desconcierto.

-¿Qué?

Me llevé las manos a la cara, intentando al menos ocultar mi rostro avergonzado y las lágrimas que lo bañaban, ya que no podía pararlas.

-¿Besaste a Jungkook? ¿pero cómo? ¿por qué?- sus preguntas sólo hicieron que me sintiera peor y el dolor se acumulara más, sin contar que la cabeza estaba por explotarme.

-¡Por estúpida!- solté, retirando las manos de mi rostro -Lucy se dió cuenta de que Jungkook no era el mismo y el domingo pasado a la muy idiota de mí, se le ocurrió bailar con él a plenas narices de su novia. Debí imaginarlo ¿sabes? Hasta la persona más estúpida lo hubiera reflexionado, pero se trata de mí.

-____, tranquila- me tomó del brazo -Cuéntame con más calma y sin insultarte.

Suspiré, yo no sabía cómo es que esperaba que no me insultara a mi misma. Me merecía toda clase de insultos habidos y por haber. Pero trate de tranquilizarme.

-Yoongi me lo dijo y me pidió que fuera... sensata y lo primero que hago es ir a embriagarme para olvidar el dolor por romperle el corazón a mi mejor amiga, dime, ¿qué tan sensato es eso?

-Jungkook fue a buscarme al lugar cuando estaba borracha, me sacó de allí y me hizo subir a su Hybrid... Casi le confieso que lo amo- Mi voz se volvió a quebrar -Y luego de una ridícula discusión me quedé dormida. Cuando desperté me di cuenta de que no estaba en el departamento de Lucy sino en casa de Jungkook, acostada en su cama- el recuerdo pareció nítido en mi mente, como si fuese una película que se estuviera proyectando con bastante claridad -Susurré su nombre y él se acercó a besarme la frente para desearme buenas noches- ya no estaba tan segura de que mi voz tuviera sonido, pero Jin seguía mirándome atento -Sujeté su rostro entre mis manos y lo besé, simplemente lo bese- me perdí por un momento en el recuerdo.

-¿Y Jungkook qué hizo?

-No se apartó... ¡No se apartó! yo tuve que detenerlo porque si no...- entonces mi voz se perdió entre lágrimas que me ahogaban la garganta.

-Tengo varias cosas que decir, pero primero...- Abrió sus brazos invitandome a abrazarlo, me abrigó en ellos y yo, derramé allí todo mi dolor.  

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora