~24~

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La tarde había llegado y el sol se había ocultado ya en algún punto del cielo cuando volvíamos al departamento. Había sido increíble haber pasado todo el día con Jungkook cuando no estaba en mis planes. Me sentía mal a veces de haber utilizado a Jin en varias ocasiones para sacarle ese rostro serio y un ceño fruncido a Jungkook. Pero más allá de la remota culpa, se sentía bien.

-¡Uff! Fue un magnífico día el de hoy- dijo Jin riendo complacido.

-Lo fue. Gracias Jin.

Besé su mejilla ligeramente coloreada por una bella pincelada rosa y crucé los dedos porque el ceño de Jungkook apareciera de nuevo en su bello rostro. Le miré por la colilla del ojo cuando me aleje de Jin y lo vi con las manos en sus bolsillo y la mirada baja, como si quisiera evitar ver.

-Hasta luego, Jin- le dije.

-Hasta luego, princippesa- rió tímido, luego dio la vuelta y entro a su departamento.

Miré a Jungkook quien ahora esbozaba una linda sonrisa, ¿no le había afectado en nada mi patético intento por ponerlo celoso?

-Que grosero es Jin, no se despidió de mí- dijo pero mantenía esa sonrisa.

-Es un poco despistado, no te lo tomes a mal- sonreí.

Abrí la puerta y él me siguió.

-Son las 6:30, ¿qué quieres hacer?- me preguntó.

-Estuve caminando todo el día por la plaza, no creo que me queden ganas de hacer algo más- musité aventándome al sillón y dejando la rosa sobre la mesa de centro.

-¿Quieres jugar cartas?- sugirió sentándose a mi lado.

-No, siempre me ganas.

Él rió por lo bajo.

-Bueno que tal... ¿ver una película?

-Ya vi todas las que Lucy tiene, y me da pereza ir hasta el vídeo club a rentar una. Lo siento.

-Está bien, ¿por qué no jugamos a las 10 preguntas?- insistió.

-Bueno, creo que eso puedo hacerlo aquí sentada- reí y me crucé de piernas sobre el sillón, acomodándome para quedar cara a cara con Jungkook.

-Está bien, comienza tú.

-Me dijiste que te gustaba la música. ¿Alguna vez has escrito una canción?

-Sí, tengo algunas letras, pero no son tan buenas- sonrió y bajo la mirada.

-Estoy segura de que son geniales- animé.

-Siguiente pregunta- rió.

-¿Algún día me enseñarás una?

Me miró y rió de nuevo por mi insistencia.

-Está bien, algún día.

-Bien, veamos... ¿Tu punto más cosquilloso?

-Emm... el cuello.

-¿Qué hay de tu futuro?- pregunté meramente curiosa.

Se encogió de hombros.

-Pues sólo estoy seguro de una cosa. No seré administrador como Yoongi- rió -A lo mejor, quizá, compositor.

-¿Compositor? ¡Dios, eso sería fenomenal!

-Gracias.

-¿De qué hablan las canciones que escribes?

-De la vida, de mí, del amor...

-¿Alguna vez le escribiste una a Lucy?- inquirí temerosa por la respuesta.

Se quedó serio por unos segundos, con un semblante duro e inexpresivo

-Me da pena admitirlo, pero no.

-¿Por qué no?

-Es que...- elevó sus manos hasta su cabeza y la rascó despeinando su cabello -Lo intenté, de verás, pero las palabras que salían y las frases que se formaban... simplemente no me gustaban. No eran buenas.

-Pero al menos lo intentaste. Ya sabes lo que dicen "la intención es lo que cuenta"- le sonreí aliviada y feliz.

-Supongo- asintió riendo -Siguiente pregunta.

-Está bien, veamos... ¿qué pensaste de mí la primera vez que viste?

Sonrió, dejándome ver todos esos hermosos y perlados dientes.

-Que eras ___, la amiga de Lucy.

-No eso, eso ya lo sabías. Me refiero a la primera impresión.

-Oh, bueno. Recuerdo que me reí porque peleabas con la puerta- sonrió -y pensé que eras divertida; luego me seguiste la plática, entonces supe que eras sociable; para después deducir que eras agradable porque era fácil reír contigo.

-Oh, vaya, gracias.

-Siguiente pregunta.

-¿Qué extrañas más de Corea?

-Diría que mi familia, pero ellos viven aquí, así que... tal vez mi antigua universidad; me gustaban las fiestas- rió -Siguiente y última pregunta.

-¿Me las estás contando?

-¡Claro! el juego se llama 10 preguntas, ¿no?

-Está bien, está bien- manoteé.

Pensé muy bien mi última pregunta, y sólo se me vino a la mente la que había estado pensando desde el inicio del juego, incluso mucho antes. Pero no sabía si hacerla era buena idea, sin embargo lo pensé hasta que las palabras salieron de mi boca con sumo cuidado.

-¿Por qué te fuiste de Corea?- musité, tímida y con la voz apenas audible.

Él se quedó en silencio de nuevo y luego bajó la mirada. ¡Tonta, tonta, tonta! me decía una voz interna; si no se lo contó a Lucy, no sé por qué tenía la esperanza de que me lo contara a mí.

ᴇʟ ᴍᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ  [ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora