Capítulo 3

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-¿Que haces tú aquí? - alejé la mano inmediatamente y tiré las pastillas a no se dónde.

-Ya te dije, estoy aquí para ayudarte - una suave voz salió de su boca, se parece a la de... no, ni pensarlo.

- Vete de aquí, te dije que no te necesitaba - alzo la voz esperando asustarla con eso.

- Sabes, tus gritos no me molestan, me he topado con gente peor, así que no importa. - responde decidida - Me quedaré aquí hasta que Zafiro, Mina y Seiya quieran, y te advierto, no te tengo miedo, hagas lo que hagas no me iré de aquí... así que, hazme el favor de tomarte el medicamento, que veo que necesitas.

Escucho su voz alejarse a cada palabra, parece que camina en dirección a donde supongo lancé las pastillas, luego regresa y pone el frasco en mis manos.

- ¿Cómo te atreves a hablarme así?   - me siento ofendido y furioso ¿quien se cree? - no quiero nada de ti ni de nadie, lo que hayan ofrecido pagarte te doy el doble, pero lárgate de aquí.

-El dinero es importante para mi no lo voy a negar, pero me interesa más el bienestar y la salud de mis pacientes, así que no importa lo que me ofrezcas.

- ¡Vete! - hago un movimiento con mi mano señalando la puerta.

- No hasta que te tomes estas pastillas. Sé que te duelen los ojos, así que es mejor que te las tomes y te duermas un rato, ya luego hablaremos - me quita el frasco y escucho que lo abre, luego, toma mi mano nuevamente y coloca una pastilla.

Siento como mi cuerpo hierve de furia, pero la verdad es que me duelen los ojos y estoy sumamente cansado de discutir, así que a regañadientes me tomo la pastilla.  Ella me acerca un vaso de agua, el cual bebo de un trago.

-¿Contenta? - sujeto el vaso frente a mí esperando que ella lo tome.

- Sí, mucho... bueno, te dejo descansar, en un rato más vuelvo a ver cómo sigues. - me quita el vaso de la mano y lo pone en el buró. Luego escucho sus pasos, abre la puerta y al parecer se va, pero deja su aroma en la habitación. Huele a jazmín, dulce y fresco. Bueno ahora sabré cuando esté cerca. 

Con el paso del tiempo he aprendió a distinguirlos a todos, Mina huele dulceson, su perfume perturba siempre mi nariz. El aroma de Zafiro es a Dolce & Gabana, usa ese perfume desde que entró en la adolescencia. Y Seiya, él huele a Paco Rabanne gracias a Mina que le regaló ese perfume desde que se casaron, según, porque es su aroma favorito en un hombre ¡que ridículo!.

Dos horas más tarde, o eso creo, despierto más relajado y sin dolor.  Pienso en lo que me han dicho Seiya y Zafiro.
En lo referente a la luna de miel, me parece perfecto que se vaya  un tiempo y me dejen solo. Mina a veces puede ser una gran molestia lanzando imprudencias a diestra y siniestra con su voz chillona.
Lo que me preocupa es lo que dijo Zafiro. Si pudiera yo mismo iba a ponía todo en orden, no puede ser que estén pasando esas cosas. Espero que mi hermano sepa solucionarlo. Y bueno, además está esa chica que se dice ser enfermera. Ahora resulta que le importa más "mi bienestar", por Dios, todo mundo tiene un precio y ella también debe de tener el suyo. Estoy seguro que la convenceré más temprano que tarde, y cuando eso pase, por fin podré quedarme solo.

Lo que me inquieta es que su voz  me recuerda a ella, a mi Star... La extraño tanto que creo que cualquier voz me la puede recordar. Pero no, ella era única, majestuosa, nadie la podría igualar.
Si tan solo... si hubiera previsto lo que iba a pasar, jamás hubiere salido de casa.  Esos recuerdos más que entristecerme me ponen colérico. Merezco lo que me está pasando, merezco vivir en este infierno de oscuridad, merezco morirme lentamente con el dolor más insoportable, merezco todo lo peor... por eso es que no quiero que nadie me ayude. Por mi culpa ella murió y ahora yo merezco pagar por eso.

Abrumado por mis pensamientos no
me doy cuenta que de alguien entra en la habitación.

-Hermano ¿cómo te sientes? - sus palabras me sobresaltan.

-¿Cómo se supone que me debo de sentir?

-¡Ya vas a empezar! - contesta fastidiado - Te estoy haciendo una simple pregunta ¿acaso no la puedes contestar?

-Es que es una pregunta estúpida. ¿Quieres saber cómo me siento? Me siento mal y no lo digo solo por que soy ciego -grito - he perdido al amor de mi vida en un trágico accidente que pude haber previsto.

-Tú no tuviste la culpa ya te lo hemos repetido un millón de veces, incluso Seiya te lo ha dicho. Si no lo recuerdas Star era su hermana - También él levanta la voz - Lo que pasó fue algo que no pudiste adivinar qué pasaría, las cosas fueron tal y como debieron de haber sido y nada podías hacer para evitarlo.

-¿Cómo debían haber sido? ¿Quieres decir que esto es justo lo que tenía que pasar? ¿Que al final yo me iba a quedar ciego y Star iba a morir?

-Tú ceguera es "psicológica" - interrumpe.

-No pensé que fueras tan idiota como para creer en eso... ¡Estoy ciego! Como voy a querer yo estarlo -bueno tal vez si, si ya no puedo verla nada vale la pena mirar. Retrocedo en mis pensamientos y me niego a creer que esto es mental
- Mira Zafiro enserio no quiero volver a pelear y eso es lo que siempre hacemos, así que hazme el favor de salir de mi habitación y dejarme de una vez por todas en paz.

-Tienes razón, desde que despertaste en el hospital no hemos hecho otra cosa que pelear - se escucha cansado, nunca sale bien librando en nuestras peleas - Solo venia a decirte que mañana temprano me voy, espero que cuando regrese veas la vida diferente, !ah! y hazme un favor, no corras a Serena ¿está bien? Ella solo ha venido a ayudarte y a ayudarnos, trátala como se merece.

-¿Pareciera que te interesa mucho esa mujer? - digo con sorna - ¿acaso te gusta hermanito?

- ¡Nunca se puede hablar contigo! - inhala aire ruidosamente - En fin... Me voy temprano, por eso vine a despedirme, cuídate Diamante. - Camina hacia la salida y sale.

Tiene razón, desde que desperté en el aquel hospital no hemos vuelto a ser los mismos, yo me he encargado de hacerle la vida difícil. Lo quiero, lo quiero mucho, como no quererlo si es mi hermano menor, pero por eso intento que se aleje de mí, que haga su vida, no merece estar pegado como lapa a alguien como yo. Se merece ser feliz, pero el muy tonto no lo entiende, prefiere aferrarse a mi oscuridad en lugar de ir hacia la luz.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora