Capítulo 15

289 52 35
                                    

No entiendo porque Serenity reacciona así. Sé que también me quiere, puedo sentirlo.  Su respuesta a mis besos significa algo, pero no sé qué es lo que la detiene ¿miedo? ¿miedo a qué?

Anoche cuando nos separamos, no dijo nada más, solo salió de la habitación y esta mañana no ha venido. Es Zafiro el que me ha traído el medicamento y el desayuno. Serenity se disculpó diciendo que se sentía un poco mal.

-Hermano, me voy, porque si me tardo un minuto más perderé el vuelo - se acerca y me abraza.

-Cuídate... - estoy ensombrecido por su ausencia.

-Diamante, dale tiempo...

No respondo. Él no sabe todo lo que le dije, no sabe que le abrí mi corazón y ella simplemente no lo aceptó.

Al paso de las horas caigo lenta y tortuosamente de nuevo a mi infierno.

-Diamante ¿puedo pasar? - No es quien esperaba.

- ¿Que quieres?

- Vengo a disculparme por mi comportamiento de anoche. - su tono es sincero, pero ahora lo que menos quiero es oírlo. Bueno, aunque debo de estar agradecido con él, si no se hubiera puesto a coquetear con Serenity, yo nunca hubiera aceptado lo que sentía por ella.

- Está bien. Yo también me comporté mal. Acepto que me sobrepasé.

- Perfecto - hace una pausa - Diamante hay algo más que quiero decirte - notó un nerviosismo en su voz.

-Adelante.

- Seguro te parece muy precipitado, pero estoy interesado en Serena, y por tu reacción de anoche, sé que tú también, y cómo ante todo soy un caballero, te aviso que haré todo lo que esté a mi alcance para conquistarla. - sus palabras me enfurecen. Si pudiera le lanzaría un puñetazo en la cara.

- Pues suerte con eso... - respondo con ironía, no debo de demostrar el miedo que siento.

- ¿Suerte con eso? ¿qué clase de respuesta es esa? ¿Pensé que estabas enamorado de ella? Solo un hombre enamorado podría actuar como tú lo hiciste.

- ¡Claro que estoy enamorado de ella! La quiero y ella ya lo sabe. Sé que siente lo mismo por mí, así que si quieres perder tu tiempo tratando de conquistarla, adelante. - tengo que fingir seguridad aunque por dentro me esté muriendo de miedo.

- ¿Estás seguro?

-Por supuesto.

- Bueno, ya cumplí con avisarte. Ah, y otra cosa, como es obvio que te molesta el hecho de saberme cerca de ella, me iré de esta casa. Quiero jugar limpio y estando aquí no lo podré hacer. Por el trabajo no te preocupes, sé separar los negocios de mi vida privada. Siempre he sido muy responsable, de eso no debes tener duda.

Se escucha la puerta abrirse.  No respondo. Cierro mis puños por la furia. Tengo que seguir fingiendo hasta que se vaya.

- Diamante, te prometo que si la conquisto, la haré la mujer más feliz del mundo. - y con esas palabras sale de mi habitación.

¡Maldita sea! estoy sumamente encolerizado ¿cómo se atreve venir a decirme eso? ¿Tan seguro está de poder conquistarla? No, eso no puede ser. Sé que ella siente lo mismo que yo, sé que me quiere, pero desgraciadamente él tiene una ventaja sobre mi, puede verla. Eso me pone aún más furioso. Él puede llevarla a cualquier lugar, pasear con ella de la mano por la ciudad, puede ver su rostro y acariciarlo. Sin duda es una ventaja enorme. Tengo que hacer algo, no puedo permitir que la conquiste.

-Serenity... - grito una y otra vez hasta que por fin ella viene a mi encuentro.

La puerta se abre. Que delicioso huele. Quisiera poder besarla nuevamente.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora