Mi sangre se congela.
¿Dónde está Serenity? ¿Dónde está mi hija? ¡No me puede estar pasando esto!Tomo el primer avión hacia Tokio, son las trece horas más largas de mi vida, paso por la angustia, la desesperación, el odio y la tristeza. No puedo dormir, no tengo apetito, la ansiedad me está matando, necesito llegar cuanto antes y encontrarlas.
Por fin el avión aterriza y yo salgo disparado hacia la sala de espera, Seiya ya me espera.
- Diam si es verdad lo que dijiste, alguien te tendió una trampa - conduce y me mira de reojo.
- He venido pensando en eso... - apenas puedo articular palabra estoy en shock por todo lo sucedido, además de que me siento desorientado - Pero no entiendo ¿porqué Kaolinite haría algo así?- le doy un golpe a la guantera del auto. - ¿sabes que? ¡Vamos a buscar a esa perra! me tiene que explicar ¿qué demonios hizo? y ¿por qué?.
Le doy la dirección de Kolinite y cambiamos el rumbo hacia su casa. Cuando llegamos, estaciona el auto, la casa está con las luces apagadas. Bajamos y caminamos sigilosos hacia la puerta de entrada, Seiya toca un par de veces pero nadie atiende, estoy desesperado, levanto un pierna y le doy una patada para abrirla, luego entramos en silencio, todo está oscuro, parece que lleva días abandonada.
- ¡Maldita sea! ¡No está! - grito molesto.
- Diam cálmate, hay que buscar algo que nos indique dónde pudiera haber ido.
Buscamos por toda la casa pero no encontramos nada.
- ¿Y ahora que voy a hacer? - salgo, me siento en la escalera del pórtico de la casa, me siento derrumbado, sin Kaolinite no podré demostrarle a Serenity que no la engañé.
- Primero debes tranquilizarte, te necesito con la cabeza fría, debes recordar todo cuanto puedas, tal vez la respuesta está frente a nosotros pero no la vemos. - se sienta a mi lado y me da unos golpecitos en la espalda.
- Ya te dije lo que recuerdo... no sé qué pasó en los demás días.
- Déjame pensar - se queda mirando a un punto fijo en la nada, luego dice - primero ¿crees que el viaje haya sido una trampa desde el principio?
- No sé, Zafiro fue el que me envió y él mismo dijo que la perra debía ir conmigo - señalo enfurecido.
- Entonces, vamos a buscar a Zafiro ... ven, levántate - se pone de pie y me extiende una mano, la tomo, me pongo de pie y caminamos hacia al auto.
Llegamos a casa en veinte minutos que a mi parecer fueron dos horas.
- ¡Zafiro! - le grita Seiya - ¡ven acá!
Mi hermano sale de su habitación, enojado, claro está. Me mira al pie de la escalera y pareciera que le salen chispas por los ojos.
- ¡Ah! Veo que ya llegaste... - chasquea.
- ¡Zaf, tenemos que hablar los tres! - le advierte Seiya.
Yo me estoy mordiendo la lengua, quisiera decirle mil cosas pero sé que su comportamiento está justificado, está enojado conmigo por lo que se supone le hice a mi esposa, aunque las cosas son muy diferentes.
No responde, baja las escaleras lentamente y al llegar a mí pasa de largo y entra en la biblioteca. Enserio que en estos momentos agradezco que Seiya esté de mi lado, no podría contra los dos.
- ¡Zaf tienes que saber que lo que viste- hace una pausa- lo que vimos, no es real! - señala Seiya sentándose a mi lado en el despacho, Zafiro a tomado la cabecera, como juez, que ahora pareciera que es.

ESTÁS LEYENDO
𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊
Hayran KurguDiamante Black se enfrenta a un infierno, su propio infierno. Cuando pierde en un accidente a su prometida Star, no solo pierde la capacidad de ver, también pierde sus ilusiones y esperanzas. Entra en una oscuridad más allá de su falta de visión, se...