𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊

Capítulo 55

La amenaza de Esmeralda no me perturbó en lo absoluto, pero  a Serenity sí.

- ¿Y si hace algo? - pregunta temerosa.

- Nada puede hacer... para cuando salga las cosas serán muy distintas amor...

La abrazo y trato de reconfortarla.

-  ¿Distintas? - pregunta y me
mira.

- Sí, estuve pensando en mudarnos de aquí, creo que debemos empezar una vida nueva en otro lugar, Hope se lo merece y nuestro hijo que viene en camino también.

- ¿Pero a dónde iremos?

- Que te parece ¿mudarnos a Estados Unidos?

Duda.

- Me trae malos recuerdos... - frunce el ceño.

- ¡Bien, entonces a dónde tú quieras!  - me separo de ella y le doy un casto beso en los labios.

- ¡Me gustaría París! - dice sonriente.

Al menos la noticia le ha quitado el mal sabor de boca.

- ¿París? Lo dices por Mina y Seiya...

- Sí... Extraño a Mina, además con el nuevo bebé puedo necesitar ayuda y que mejor que Mina que tiene dos...

Lo pienso un poco.

- Amor mío, la idea de ir a París me agrada mucho, pero ahí no tenemos campus, en Estados Unidos hay tres, debo seguir ocupándome de esos asuntos, no puedo dejarle toda la carga a Zafiro.

- Tienes razón... - dice cabizbaja.

- Pero ¿que te parece si vamos a visitarlos? Puedo organizarme con Seiya e ir una semana, luego volvemos y planeamos la mudanza.

- ¿De verdad iremos? - vuelve a sonreír y me abraza del cuello.

- Sí... - le doy otro beso - ¿pero dime? ¿prefieres Washington o Nueva York?

- Pues no conozco ninguno, pero creo que Nueva York... - dice dudosa.

Sonrío.

- Te va a encantar, te lo aseguro.

La vuelvo a besar, pero esta vez más apasionadamente, nuestras lenguas danzan al mismo compás. Mis manos bajan hasta su glúteos y los acaricio, ella gime en mi boca y eso me gusta. De pronto se separa, me mira fijamente y sale corriendo al baño.

Voy tras ella y le sostengo el cabello mientras vomita sobre la taza del baño.

- ¡Nuestro hijo te va dar mucha lata! - me rio.

Ella gira la cabeza y me mira con ojos amenazantes.

- ¡Bien, bien, me callo! - digo en son de paz.

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Más tarde busco a Zafiro para darle la noticia de nuestros planes.

Toco a la puerta de su despacho.

- ¿Puedo pasar?

Me mira con una sonrisa.

- ¡Claro hermano! ¿En qué te puedo ayudar? - me señala la silla que está frente a él.

- Gracias. - tomo asiento - Zaf tengo algo importante que decirte...

- Te escucho...

- Veras, estuve pensando mucho y creo que, después de todo lo que hemos pasado, es importante que hagamos un cambio significativo en nuestras vidas, por eso hemos decidido irnos a vivir a Nueva York...