𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊

Capítulo 19

Quiero durar un minuto más así con Serenity. Quisiera que el tiempo se detuviera.
Ahora somos uno solo. A partir de este momento no habrá nadie que me separe de ella. La quiero, la quiero con todo mi corazón.
Reniego por lo que estoy apunto de hacer, pero tengo que hacerlo.
Salgo de ella y le doy un beso en los labios, me coloco a su lado y ella se acomoda sobre mi pecho.

- Diamante, no sabes que feliz me haces - me abraza fuerte.

- Y tú a mí- Beso su coronilla - estar juntos es lo mejor que me ha pasado desde hace mucho tiempo - - Pero tienes un problema...

- ¿Un problema? - alarmada levanta su cabeza y creo que me mira.

- Ahora no podré sepárame nunca de ti... - me rio y ella respira. Me da un golpe en el estómago. - ¡Auch!

- Tonto, me asustaste. - se ríe también.

- ¿Por qué? te acabas de meter en un gran problema, para alejarme de ti tendrían que matarme - giro mi cuerpo y hago que ella lo haga también. Estar en esta posición me gusta, me gusta mucho, siento que de cierta manera la protejo.

- No digas eso - acaricias mis manos con las suyas - Pero en todo caso, tú también estás en un gran problema, yo tampoco quiero alejarme de ti.

- Entonces todo es perfecto - besó su pelo - ¿tienes frío? - siento que se estremece.

- Sólo un poco.

Me levanto un poco y busco la sábana. Nos arropo con ella.

- ¿ Así está mejor? - la vuelvo a abrazar.

- Sí. Estando en tus brazos estoy mejor.

- Me parece muy bien.

- Descansa.

- Tu también mi amor - quién diría que volvería a pronunciar esas palabras.

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A las ocho de la mañana suena la alarma. Busco a Serenity, pero no está. Un pánico se apodera de mí, ¿fue un sueño acaso? No, claro que no. Comienzo a llamarla:

- Serenity... - grito.

La puerta se abre y ella entra. Su olor inunda mis fosas nasales y la calma aparece.

- ¿Que pasó? ¿estas bien? - se acerca y me toca la cara.

- Sí, solo que desperté y no estabas - pongo mi mano sobre la suya, me gusta sentir su caricia.

- Fui por el desayuno y a pedirle al chofer que fuera a comprar más pastillas - me besa - tranquilo, aquí estoy.

Recorro sus brazos y bajo hasta su cintura, la guío para que se siente, la vuelvo a besar, me siento ansioso, quiero demostrarle que la necesito. La recuesto sobre la cama y me pongo sobre ella. Tomo sus manos y las sostengo a cada lado de su cara. No lo voy a negar, me gusta tener el control.

- Diamante... - apenas la beso y ella gime.

- Serenity... te necesito - la beso más profundamente.

- Yo también, pero tenemos un cita - dice jadeando mientras abandonó su boca y bajo a su pecho.

Me detengo - ¿Una cita? ¿Con quien? - suelto sus manos y la ayudó a levantarse.

- Pues con el oftalmólogo - escucho que sonríe - pero no puedes ir así - su risa se convierte en carcajada.

- ¿Así? ¿así como? - ambos nos ponemos de pie.

- Diamante ¡estas desnudo! - me abraza y me besa el pecho - anda vamos, necesitas un baño. Tenemos la cita a las nueve y media.

-¿Tan pronto? - la abrazo también.