𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊

Capítulo 56

Estoy en la oscuridad, una oscuridad completa y avasalladora, parpadeo un par de veces pero no logro ver absolutamente nada.

Tengo frío, siento como mi cuerpo tiembla.

No hay nadie a mi lado, nadie puede salvarme. Tengo mucho miedo.

Caigo, siento como caigo en picada en un abismo enorme y no hay nada de que sostenerme.

Quiero gritar, quiero pedir ayuda, pero he perdido la voz.

Siento un dolor en el pecho. Me presiona.

Ahora me falta el aire, no puedo respirar, tomo las ultimas bocanas, me siento como un pez fuera del agua. Me ahogo.

Este es mi último aliento...

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- ¡No me dejes! ¡Por favor, no me dejes!

Una dulce voz se escucha a lo lejos, muy, pero muy lejos, llora.

- ¡Nuestros hijos te necesitan!

Una corriente eléctrica me sacude.

- ¡Resiste! ¡No me dejes!

Quiero llegar a esa voz pero no puedo...

Otra corriente eléctrica vuelve a sacudirme.

- ¡Diamante!

Ahora la escucho más cerca...

Una vez más, otra corriente, pero ahora es más fuerte que las anteriores.

- ¡Te amo, no me dejes!

El aire entra sin contemplación a mis pulmones, mi corazón da un latido fuerte. Siento mi cuerpo volar rápido hacia arriba.

- ¡Lo tenemos! ¡hay que trasladarlo!

Ahora es la voz de un hombre. Aún escucho sollozos.

- ¡Perdió mucha sangre! ¡Rápido una  transfusión!

Otro hombre grita muy cerca de mí.

Siento como mi cuerpo se mueve, pero no por mí, alguien más lo hace.

- ¿Se va salvar verdad? ¿Dígame que se va a salvar?

Otra vez esa dulce voz, parece desesperada.

Más movimientos. Luego, un ruido ensordecedor de... parecen sirenas.

¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?

Comienzo a sentir tambaleos, oigo un "bip" muy débil, siento el pecho frío.

- ¡Diamante por favor no me hagas esto!

Otra vez esa voz, ahora es más clara. Serenity...

Quiero abrir los ojos, no puedo, quiero hablar, pero tampoco puedo. Tengo un dolor enorme en el estómago. Duele, duele mucho.

Nuevamente siento las sacudidas. Hay mucho ruido.

- ¡Disparo con arma de fuego, tuvimos que hacerle una transfusión, le dio un paro cardíaco, pero pudimos regresarlo, la bala aún sigue adentro!