Capítulo 7

275 49 20
                                    

Más tarde regresa Serena, pero entra con otra actitud.

-¿Puedo pasar Señor Black? - al parecer solo asoma la cabeza porque no percibo del todo su olor.

-Adelante Serenity - respondo desde mi cama.

-Serena por favor... -dice algo incomoda.

-Pero si así te llamas ¿no? tu misma me lo dijiste... entonces, no veo porque llamarte de otra manera. Además es un nombre precioso. - respondo solemnemente.

-Si pero...

-Pero nada, te llamaré por tu nombre y hasta aquí acaba esta conversación.

-Está bien... pero para igualar las cosas ¿puedo llamarlo por su nombre? A mi no me gusta que me llamen Serenity y aun así usted insiste en hacerlo, así que lo más correcto es que yo lo llame por su nombre. - Si pudiera ver su cara estoy casi seguro que tendría una ceja levantada.

-Bien. Te voy a conceder eso. Pero solo eso ¿entiendes?

-¡Perfecto! - dice animada - Parece que estás de mejor humor... -señala.

-Pues lo estoy, ahora que Mina, Seiya y Zafiro se han ido.

-¿Por qué? Son tú familia, no entiendo porqué los tratas así... - Suspira y parece que se acerca más a mi cama.

-¿Por qué te importa tanto? - mi tono de voz suena más duro de lo que quería.

-Pues porque siendo hija única lo que más desee siempre fue tener una hermana o hermano, y tú tienes dos...

-Seiya no es mi hermano.

-Lo sé, pero aunque no lo es de sangre, sé que lo quieres como si lo fuera. Tengo entendido que crecieron juntos.

-Veo que Mina te ha puesto al tanto de nuestras vidas... - Mi gesto se endurece.

-No te enojes - dice. Luego, hace algo que me desconcierta. Se sienta a los pies de mi cama. - Mina y yo somos amigas desde hace mucho y ahora que tú necesitabas quien te cuidara, ella me pidió venir, bueno es obvio porqué lo hizo, soy enfermera.

-En primera no me gusta que hablen de mí con otras personas, sobre todo si no las conozco.

-Ahora me conoces - interrumpe.

-Pero cuando habló contigo no, y básicamente no te conozco, llevas dos días aquí y no sé si solo reconocer tu voz y tu aroma sea conocerte. Nunca te he visto.

-Eso se puede arreglar - Su voz suena como si sonriera ¿Que se le acaba de ocurrir?

-No entiendo como... - de pronto, ya no siento su peso en la cama, luego se mueve y se sienta a mi lado y por primera vez desde hace mucho, siento pánico.

- ¿Que haces? - Mis ojos se abren mucho. No la puedo ver pero su olor a impregnado completamente mi sistema. Nunca nadie había estado tan cerca de mí, claro, salvo el doctor. Estoy a punto de alejarla, pero de pronto siento como unas pequeñas manos toman las mías. No es lo mismo como cuando me da el medicamento. Ahora sus manos están haciendo completo contacto conmigo, son cálidas, pequeñas y delgadas. Sube mis manos y las coloca en su rostro.

-Tócame...

-¿Qué? - estoy a punto de quitarlas, pero ella las sostiene - ¿No quieres conocerme? - seguimos en la misma posición, me siento abrumado, por primera vez en mucho tiempo no sé qué hacer.

-Vamos... recorre con tus manos mi rostro, mi cuello, incluso mis hombros... - se me ha hecho un nudo en la garganta. Esas palabras tiene un tono muy sugerente. Parece que ella no se da cuenta de eso. - Quiero que me conozcas con tus manos... - vuelve a decir, pero yo no puedo ni articular palabra.
Luego, guía mis manos por su cabello, es sedoso y largo, luego baja por su frente, sus pómulos, hasta su boca... toco sus labios, son delgados. ¿Que es esto? Siento como mi temperatura comienza a subir y no precisamente porque me encuentre enfermo. ¿No se da cuenta de lo que hace?.
Cuando siento mi entrepierna vibrar alejo las manos inmediatamente.

-¿Qué pasa? - dice consternada. Deposita una de sus delgadas manos sobre mi rodilla. ¡Oh no! error.

De pronto entro en cólera y empujó su mano fuertemente. - No me toques -grito.

-¿Pero qué pasa? - su peso se aleja de mi cama. Se ha puesto de pie.

-No me gusta que me toquen. No lo vuelvas a hacer... - respondo.

-Solo quería que me conocieras, lo lamento. - se escucha sincera.

-Solo evítalo ¿si?- respiró profundamente, ella no tiene la culpa de que yo no tolere la cercanía de otra mujer. No desde que Star no está conmigo.

-Está bien.

-Volviendo al tema principal... - continuó para cambiar de tema - Sí considero a Seiya como un hermano, pero por eso mismo quiero que se vayan de mi casa, al igual que Zafiro.

-No entiendo - responde.

-Pues los quiero mucho, a los dos, incluso a la molesta de Mina, y por eso quiero que hagan sus vidas sin tener que estar pendiente de mí,  yo no valgo la pena... - cuando lo he dicho ya es tarde para retractarme. No entiendo porque le confesé esto.

-Pero ellos te quieren igual y por eso quieren que sanes y quieren cuidar de ti ¿no lo ves?

-Es lógico que no veo. - suelto con sarcasmo.

-No me refiero a eso y lo sabes.

-Entiendo tú punto, pero también entiende el mío. Por todo ese amor que les tengo quiero que se vayan y sean felices, lo merecen. - suelto. Parece que esta chica tiene el don de la verdad. Estoy soltando todo sin esfuerzo.

-¿Por qué piensas que no vales la pena? - pegunta sin más.

-Porque no lo valgo. - respondo secamente.

-¿Es por el accidente? - pregunta tímidamente.

-Accidente que pude haber evitado.

-Mina y los demás no piensan igual.

-¿Estuviste en el accidente acaso? ¿eres perito? - me molesto.

-No. Y no quiero que te enfades... solo quiero que veas que no puedes sentirte responsable por algo que no estuvo en tus manos - se vuelve a acercar y me toma las manos entre las suyas. - Hay cosas que no podemos controlar Diamante y tenemos que aprender a vivir con ello.

-¿Tú que sabes de eso? - pregunto secamente, quisiera soltarme pero me tiene muy bien sujeto, así que no lo intento, no quiero lastimarla.

-Yo también me sentía como tú hace mucho tiempo, pero aprendí la lección y continué con mi vida.

-¿Por tu culpa murió el amor de tu vida? ¡No lo creo!

-Mi mamá... - ¡oh no!

-Lo... lo siento, no era mi intención. - Muevo mis manos y ahora soy yo quien la sujeta.

-No te preocupes, no lo sabías... - presiona mi mano - a lo mejor no es algo que te interese saber pero...-hace una pausa - Cuando era más joven pasaron cosas horribles en mi vida y mi madre murió a causa de eso, me salvó. En ese entonces, mi juventud no me permitía ver las cosas de manera clara, me sentía sucia y culpable. No dormía, no comía, básicamente me estaba dejando morir, al igual que tú... - otra pausa - Pero un día encontré personas que me apoyaron y me explicaron lo que te acabo de decir... entendí que hay cosas ajenas a nosotros que no podemos controlar ni aunque lo quisiéramos, y al final, todo tiene un motivo.

-Algo parecido me dijo Zafiro. - la interrumpo.

-Pues tiene razón... Afortunadamente no me tomó mucho tiempo entenderlo, pero si no hubiera sido así,  tal vez yo ... - calla.

Presiona sus manos nuevamente.

- ¿Crees en el destino? - pregunta de pronto.

-Antes sí.

-Bueno, pues yo si creo, y estoy segura de que en aquel momento alguien salvó mi vida porque tenía que estar aquí contigo muchos años después... para devolver el favor y ayudarte a ti.

Me suelto. - Yo no quiero que me ayudes.

-Yo tampoco lo quería. Déjame ayudarte Diamante por favor. - toma otra vez mis manos. - Por favor, quiero hacerlo ¿me dejarías?

Siento el calor recorrer mis manos. Es sincera, lo siento en sus palabras. Aunque no sé si podré. Hace mucho que perdí la fe.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora