𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊

Capítulo 40

-Me quiere explicar ¿por qué me siento así?

- Tienes ansiedad.

-¿Ansiedad?

-Sí, una ansiedad producida por el miedo a perder lo que más amas, ya una vez lo hiciste, así que es lógico y justificable hasta cierto punto que te sientas así.

-¿Y que puedo hacer?

-Pues veamos ... primero, tienes que enfrentarte a la premisa mas importante "todos en algún momento nos vamos a morir".

-¡Eso lo sé ...!- respondo malhumorado.

-Pero no consientemente; verás, cuando perdiste a Star, recibiste un shock emocional bastante fuerte, tanto, que hasta decidiste dejar de ver... Ahí te enfrentaste cara a cara con el dolor de la perdida de un ser amado, luego, cuando la vida de Serena y tu hija estaban en peligro reviviste ese sentimiento, temiste por sus vidas, un miedo irrefrenable se apoderó de ti. Entonces, inconscientemente vives en ese miedo constante, por eso tu desesperación por querer estar cerca de ellas, cuidándolas de cualquier peligro, de cualquier acecho, temes que pierdan la vida y que tú no puedas hacer nada para salvarlas. Tal como te pasó con Star.

Lo que dice tiene sentido.

- Sé que todos vamos a morir, soy consiente de ello... pero...

- "El pero" es muy simple, tienes miedo. Es normal, te lo repito, pero te haces daño a ti y a ellas, estás causándote ansiedad por no poder controlar lo que pasará. Al final terminarás con una crisis o sobre protegiéndolas a grados insospechados. Te aconsejo que trates de estar tranquilo, enfócate en el trabajo, distráete haciendo algún tipo de ejercicio, convive con ellas pero dales su espacio y date un espacio para ti, trata de ser cociente de que no podrás hacer más de lo que esté en tus manos, hay cosas que no están en nosotros, aveces solo somos espectadores en nuestra propia película.

- Entiendo... - respondo de mala gana.

- Diamante, entiendo que temas perder a tu esposa y a tu hija, es normal, todos tenemos miedo de perder a una persona amada, lo que no es normal es que por ese miedo contante te causes un daño a ti o a ellas.

- ¡Jamás haría eso! - me pongo de pie y camino de un lado a otro, estoy desesperado, sé que tiene razón en lo que dice - A veces siento... - guardo silencio.

- ¿Qué sientes?

- Hay momentos en los que siento que no merezco toda la felicidad que tengo, que de un momento a otro me será arrebatado.

-Eso es porque aún hay culpa en tú interior y esa culpa te hace sentir que no eres merecedor de la felicidad, pero no es así, eres merecedor de todo lo bueno que hay en tu vida, de tu esposa y de tu hija. Tú mismo me dijiste un día que vivías en un infierno y que Serena te rescató, pues bien, date por rescatado y disfruta de tu libertad, disfruta del paraíso en que el vives ahora.

-Tiene razón, Serenity y mi hija son mi paraíso.

-Bueno, creo que por hoy es todo, te veo en un semana, tu tarea será enfocarte esta semana en tu trabajo, ponerte al día y empaparte de toda la información necesaria, debes de ir soltando poco a poco y verás que ya no sentirás tanta ansiedad.

-Bien, muchas gracias.

Cuando salgo de consulta me siento un poco mejor, la verdad es que al menos ahora sé que es lo que me tiene tan inquieto, pero no puedo permitir que éste sentimiento de miedo se apodere de mí, no debo. Amo a Serenity y a mi hija con todo mi corazón y por ellas debo de vivir sin miedo. Debo de darles lo mejor de mí, sé que mi esposa me conoce tan bien que no tardará en darse cuenta de que algo me pasa y después de todo lo que ella ha vivido no es justo que yo la preocupe con mis miedos.