Capítulo 18

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- Por favor... - le suplico pero no responde - ¿Serenity?

- Diamante, no lo sé.

- No haremos nada, solo quiero tenerte entre mis brazos.

- Está bien... deja voy por la cena.

Por fin la dejo levantarse y se despide con un beso.

Si hace un mes me hubiesen dicho que ahora estaría así, no lo hubiera creído. No es mentira cuando digo que Serenity me cambió la vida; es el destello que opacó mi oscuridad avivando la llamarada que creía muerta. Y de la cual ahora es una intensa hoguera que alimenta mi paz.

Medito sobre todo lo ocurrido, ahora ya no siento tanta culpa y eso era algo que me consumía. La tristeza y la desolación eran sentimientos negativos que había en mi vida.
Perder a Star fue completamente devastador, pensé que jamás me repondría, pero heme aquí, ciego pero feliz. Eso me lleva a otro pensamiento  ¿de verdad podré ver? para ser sincero, sí he llegado a pensar que posiblemente me he negado a ver porque no había nada más que quisiera admirar, como cuando Star estaba conmigo, pero ahora, ahora tengo a Serenity. ¿Y si puedo recuperar la vista? no lo sé, me parece algo muy fantasioso, pero quiero creer que sí puedo, y en todo caso, si no es así, haré todo lo que esté en mis manos para hacerlo. Me someteré a todos los tratamientos que sean necesarios para poder verla por fin.
Quiero verla. 

Mis pensamientos son interrumpidos por Serenity entrando en la habitación.

- Listo, ya estoy de vuelta.

- ¿Que hay para cenar? - tengo una sonrisa de oreja a oreja tan solo por saber que está aquí.

- Sándwich- se ríe.

Coloca una bandeja en mi regazo y luego se sube a la cama y se sienta a mi lado.

- ¿Sándwich?

- Si ¿no quieres? están deliciosos - pasa uno de los sándwich por enfrente de mi - huele rico.

- Pues, no soy fan de los sándwich pero admito que huele bien.

- Los hice yo, así que debes de comértelo - me lo acerca a la boca y le doy un mosdisco, luego ella me da un beso en la mejilla.

- Eres un buen niño - escuchó como le da una mordida al suyo.

- Estar así contigo me hace muy feliz. - admito.

- A mi también - vuelve a acercar el sándwich - ¿quien lo diría no? - vuelve a reír y su risa me encanta.

- Sabes, estuve pensando en lo que hablamos sobre mi vista.

- ¿Y que has pensado?

- Que sí quiero ir a ver al especialista que tú conoces, una segunda opinión no le hace daño a nadie, de paso salimos de dudas. Pero si resulta que esto no es psicológico y más bien es médico, me someteré a todos los tratamientos que me recomienden para poder recuperar la vista.

- ¿Enserio Diamante? - escucho sorpresa y admiración en su tono de voz.

- Sí, quiero verte Serenity. - buscó su
mano y entrelazo nuestros dedos.

- Pero prométeme algo...

- ¿Que?

- Que si los resultados no son favorecedores no te vendrás abajo. No importa lo que suceda, no volverás a ser el de antes.

- Será difícil, pero lo intentaré.

- Diamante, yo te quiero sin importar nada, quiero que te tatúes estas palabras en el alma: Te quiero.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora