Capítulo 37

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La alegría no se deja esperar cuando regresamos a la casa y les contamos que estamos comprometidos.

- ¿Es enserio? - grita Mina emocionada - ¡Felicidades!

Corre con Serenity y la abraza, hace que le muestre el anillo y se cuchichean.

-¡Serena, felicidades! - La abraza también Amy.

- ¡En hora buena! - ahora es Dárien quien nos felicita.

- ¡Hermano Felicidades! - Zafiro y yo nos damos un caluroso abrazo - Te deseo lo mejor.

- Gracias Zaf.

- ¡Hey! ¡Que bueno que dijo que sí! - Seiya se acerca y también me abraza - ¡No te hubiera soportado el mal humor si te dice que no! - ríe.

- Que gracioso eres... - finjo mal humor.

- Ya enserio, me siento muy feliz por ustedes, de verdad.

- Gracias Seiya - vuelve a abrazarme - no te pongas melodramático - digo con sorna.

Luego, todos los demás nos felicitan y brindamos por nuestro compromiso.

- ¿Y para cuando la boda? - pregunta Dárien con una copa de vino tinto en la mano.

- Pues aún no hablamos de eso... - responde Serenity.

- ¿Te parece en un mes Amor? - pregunta tomándola de la cintura y acercándola a mí.

- Sí, me parece perfecto - enreda sus largos brazos en mi cuello y me besa.

- ¡Bueno, bueno, ya habrá tiempo para sus arrumacos!- interviene Mina y todos ríen.

- Chicas ¿aceptarían ser mis damas de honor? - pregunta una vez que nos hemos separado por la interrupción de la rubia.

- ¡Claro! - responden al unísono.

- Cómo para mí ambos son muy importantes, quiero que ambos sean mis padrinos... - intervengo - ¿aceptan?

- Por su puesto... - dice Seiya.

- Sería un honor hermano - secunda Zaf.

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Por la noche, estoy embargado de una sensación inexplicable.

- ¿En que piensas? - pregunta Serenity.

La veo y sonrió. Estoy paseando en brazos a mi hermosa hija, es su primera noche con nosotros.

- En cuánto la amo... - Parece que mi pequeña me entiende, pues sonríe levemente.

- Es un ángel... - suspira.

- Sí. Es mi ángel de pelo rubio y ojos púrpura - Le doy un suave beso en su pequeña frente.

Así es como quiero tenerla, siempre entre mis brazos.

- ¿Eres feliz? - de pronto la pregunta de Serenity me desconcierta.

- ¡Claro que lo soy! jamás, jamás, jamás he sido tan feliz - me acerco al moisés y deposito ahí a mi princesa, luego subo en la cama y me acerco a mi mujer - gracias... - le doy un beso un beso en la frente.

- Gracias ¿por qué? - me acaricia el rostro.

- Por salvarme, por amarme... - le doy otro beso pero ahora en los labios - y por nuestra hija - suspiro - Serenity...

- ¿Sí?

- No tienes idea de lo feliz que soy en este momento... Bueno, ya solo falta que seas mi esposa - digo con orgullo.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora